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domingo, 12 de septiembre de 2021

Radiografía de la variante delta: ocho veces menos sensible a los anticuerpos

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
soniamoreno
Dom, 12/09/2021 - 08:00
Qué dice la ciencia sobre el virus de la covid-19 dominante en España
SARS-CoV-2 captado en los laboratorios de los NIH estadounidenses.
SARS-CoV-2 captado en los laboratorios de los NIH estadounidenses.

La variante delta, conocida primero como B.1.617.2, se identificó por primera vez en el estado Maharashtra de la India a fines de 2020. Desde entonces se ha extendido por todo el mundo, siendo la variante mayoritaria en Europa. En su informe epidemiológico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) achaca a esta variante, más transmisible, el ascenso global de los casos en los últimos meses –la semana pasada,  en Estados Unidos se registraron 1,2 millones de nuevos contagios por SARS-CoV-2, seguido de India (293.000) y Reino Unido (243.000)-. La OMS advierte de que ya está presente en al menos 174 países, y de forma predominante en todas las regiones, excepto en América del Sur.

Nueve de cada diez contagios en España

En España, es el patógeno detrás de casi todos los casos nuevos de infección por coronavirus. La actualización epidemiológica sobre las variantes del SARS-CoV-2 de preocupación del Ministerio de Sanidad, publicada este lunes, indica que aquí ha ido incrementando su  porcentaje en los muestreos aleatorios. “En la semana 34 (23 al 29 de agosto), con datos de 13 comunidades, el porcentaje de casos compatibles estimado por PCR se encuentra entre 52% y 100%. Mediante secuenciación integrada en el sistema de vigilancia, en la semana 33 el porcentaje alcanzó un 96,5%”, reza el documento.

Qué la hace especial

Parece que son clave las mutaciones L452R y P681R; la primera se ha asociado a un aumento de mayor facilidad para unirse al receptor de la ECA (ACE2, en inglés), algo que también parece favorecer la variación P681R. Esta mutación también podría acelerar la propagación del SARS-CoV-2 de una célula a otra. El equipo de Kei Sato, virólogo de la Universidad de Tokio, ha descubierto que P681R altera un aminoácido en la proteína pico del SARS-COV-2, facilitando tam la fusión del virus con las membranas plasmáticas de las células no infectadas, con una rapidez casi tres veces mayor que las proteínas que no tienen esta mutación.

¿Mil veces más carga viral?

Con la variante delta pululando por los aerosoles es más fácil contraer la infección. “El número de reproducción (R0) [el número de personas de media a las que una sola persona infectada puede transmitir la enfermedad] de la cepa original de SARS-CoV-2 es aproximadamente 2,5. La variante alfa (B.1.1.7), que anteriormente dominaba en el Reino Unido, es aproximadamente un 60% más transmisible que el virus original. La variante delta es un 60% más transmisible que la variante alfa, lo que se traduce en un R0 de casi 7”, explica un artículo en The Lancet Respiratory Medicine. De ahí que no baste con un 70% del grupo inmunizado para frenar la pandemia, y se hable ahora de un 85%, incluso un 90%, o, entre los más derrotistas, directamente de la imposibilidad de adquirirla.

A menudo se menciona que con la variante delta, las personas infectadas tienen mil veces más virus en las vías respiratorias superiores en comparación con la cepa de Wuhan de 2019. Sea o no mil la cifra exacta, lo cierto es que la carga viral es mayor.

Un estudio prepublicado a mediados de agosto y dirigido por el epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong Benjamin Cowling, encontró que los síntomas se manifestaban 5,8 días después de la infección por con la variante delta; 1,8 días después de que dieron positivo por primera con la PCR. Esto deja un periodo de transmisión que el virus delta, como estamos viendo en todo el mundo, sabe aprovechar bien. De hecho, el estudio Cowling constató que el 74% de las infecciones con la variante delta ocurrieron en el período presintomático.

Cuidado con las reinfecciones

En Reino Unido, los estudios poblacionales apuntan a una mayor probabilidad de reinfección de la variante delta en comparación con la alfa. El incremento del riesgo se estima en 1,46 más y aumenta a partir de los 180 días desde la primera infección.

Más habilidad para evadir el sistema inmune

Varios estudios coinciden en que la efectividad de la vacuna es algo menor contra la variante delta. Un trabajo publicado en The New England Journal of Medicine sobre los inyectables Comirnaty (Pfizer y BioNTech) y Vaxzevria (AstraZeneca-Oxford) realizado en Reino Unido muestra un claro descenso, más acusado tras la primera dosis. Con la pauta completa, la efectividad con Comirnaty que era del 93,7% para alfa pasa al 88% frente a delta y la de Vaxzevria, de 74,5% para alfa decae a 67% para delta, también tras la segunda dosis.

Otra reciente investigación publicada en Nature también revela que la variante delta del coronavirus era 5,7 veces menos sensible a los sueros de individuos previamente infectados, y hasta ocho veces menos sensible a los sueros de individuos vacunados (con AstraZeneca o con Pfizer), en comparación con la variante alfa. Dicho de otra manera: se necesita multiplicar por ocho los anticuerpos de un individuo vacunado para bloquear el virus.

El estudio estuvo dirigido por investigadores del Instituto Cambridge de Inmunología y Enfermedades Infecciosas, en Reino Unido, y del Centro Nacional para el Control de Enfermedades, en Delhi (India); desde este último centro, el coautor principal del estudio Partha Rakshit afirma que la variante delta “sortea mejor la inmunidad existente, ya sea a través de la exposición previa al virus o la vacunación, aunque el riesgo de enfermedad moderada a grave se reduce en tales casos".

Un sanitario realiza una PCR.
Un sanitario toma una muestra para realizar una RT-PCR. (EFE/Marcial Guillén)

Inmunidad adquirida de forma natural

No es el único que trabajo que trasluce que la inmunidad natural puede ser más protectora que la obtenida con las vacunas. Otro trabajo prepublicado realizado en el Centro Maccabi de Investigación e Innovación KSM, en Israel, también sugiere que la protección inmune natural desarrollada tras una infección por SARS-CoV-2 ofrece un mejor escudo que las dos dosis facilitadas por Pfizer y BioNTech. Sobre las implicaciones de la difusión de este trabajo, el inmunólogo Michel Nussenzweig, de la Universidad Rockefeller, comentó en Science que “lo que no queremos que la gente diga es: ‘Está bien, debería salir e infectarme, debería tener una fiesta de infección’. Porque alguien podría morir".

Según sus autores es el estudio observacional de vida real más amplio hecho hasta el momento donde se compara inmunidad natural y la inducida por vacunas. A partir de la revisión de registros médicos de decenas de miles de israelíes, tomaron los datos de las infecciones, síntomas y hospitalizaciones entre el 1 de junio y el 14 de agosto, cuando predominaba la variante delta en Israel.

A vueltas con la virulencia

Los primeros datos sobre la gravedad clínica asociada a delta también apuntaron un posible aumento en el riesgo  de  hospitalización. En la población de Escocia se estimó que la infección por esta variante suponía un aumento del 1,85 más riesgo necesitar atención hospitalaria.

Y en Canadá, un estudio que comparaba  infecciones causadas por delta frente a infecciones  por variantes no eran de preocupación (VOC) cifró el aumento del riesgo de ingreso en 2,2 veces; así como 3,87 veces más probabilidades de pasar por la UCI y 2,37 veces más de fallecer.

Sin embargo, un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense de la semana pasada recoge que "no está claro si la variante delta causa una enfermedad más grave en poblaciones adultas o pediátricas". Lo que nos lleva a la cuestión de los niños.

¿Qué está pasando con los niños?

El informe de los CDC también expone que “el porcentaje de hospitalizaciones por covid-19 que resultaron en ingreso en la UCI se ha mantenido cerca del 20% desde que delta se convirtió en la variante predominante del SARS-CoV-2. Un estudio de niños y adolescentes hospitalizados por covid-19 entre marzo de 2020 y julio de 2021 encontró que la proporción de los pacientes ingresados en una UCI durante el período anterior al delta (1 de marzo de 2020 al 19 de junio de 2021) y el período de predominio del delta (20 de junio al 31 de julio de 2021) no difirió (26,5% y 23,2%, respectivamente). Este mismo estudio encontró una duración media de estancia de 3 días durante el período anterior al delta y de 2 días durante el período predominante en el delta entre los pacientes hospitalizados de 0 a 17 años con covid-19”.

Lo cierto es que las infecciones por el coronavirus están aumentando entre los niños. De momento, no hay evidencias rotundas que indiquen que la variante sea más dañina en la población pediátrica en comparación con otras variantes. Si ahora se está poniendo el foco más en los niños, señalan los expertos, puede ser por el hecho de que la variante delta se transmite mucho más entre toda la población y la mayoría de los adultos están protegidos por vacunas.

La variante delta es más transmisible, puede que más virulenta y parece evadir mejor la respuesta inmune, si bien las vacunas resisten a su desafío. coronavirus Off Sonia Moreno Medicina Preventiva y Salud Pública Inmunología Off

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