La familia Grifols ha decidido buscar cobijo en el megafondo canadiense Brookfield después de que la valoración de la firma de hemoderivados haya perdido un 40% de su capitalización en Bolsa este año tras el ataque de los bajistas de Gotham City el pasado mes de enero. Su valor en mercado no remonta, existen dudas sobre la relación del holding familiar, Scranton, con la propia Grifols y todo ello sumado a una volatilidad continua de inversores que miran con lupa cómo evoluciona la deuda de la compañía, habría motivado a los Grifols a tomar esta decisión.
Esta misma mañana, tras una información adelantada anoche por Cinco Días, el consejo de administración de la compañía ha confirmado que este domingo recibió "una petición" a través tanto de la familia Grifols, ya apartada de las funciones ejecutivas, como del fondo Brookfield "para permitir el acceso a determinada información de la sociedad" con el objetivo último de adquirir el cien por cien de las acciones y excluir a la compañía de cotización. Buscan lanzar una opa de exclusión.
Según manifiesta el consejo de la firma catalana, Brookfield y los accionistas "han llegado a un acuerdo para evaluar una posible oferta pública de adquisición por la totalidad del capital social" de la compañía, pero no dan más datos. Dicen "desconocer" si finalmente se llevará a cabo y los términos en los que podría realizarse. ¿Qué implica esto? Sencillamente, se desconoce si Grifols y su socio pudieran comprar la compañía al mismo precio al que cotiza en mercado, hacerlo con prima sobre su cotización actual, cerca de los 5.514 millones de euros (entre las acciones A y las B) o, incluso, ofrecer un descuento, lo que cual mermaría la posición de sus minoritarios, ya de por sí bastante afectados en lo que va de año, y los ejercicios previos tampoco han sido sencillos. Esta última y tercera vía es muy poco habitual.
Suspendida la cotización
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha decidido suspender la cotización de Grifols antes de la apertura de mercado. El viernes cerró en los 8,99 euros. El regulador está valorando en estos momentos si la información remitida esta misma mañana es suficiente como para poder levantar la cotización. De lo contrario, se solicitaría un mayor detalle al consejo de administración de Grifols y, mientras, sus títulos permanecerán suspendidos.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que la familia Grifols junto a los socios fundadores controlan algo más del 30% de la compañía, según fuentes próximas a la misma, donde se incluyen las participaciones de Scranton, el vehículo inversor de los Grifols y foco de todas las sospechas, que es accionista de la cotizada con una participación del 8,67%; Deria es la sociedad controlada por Nuria y Enrique Grifols Roura y cuenta con el 9,19% de los títulos y Santiago Grifols está presente en el capital a través de Ponder Trade, con el 7,089%. A ello, aunque la farmacéutica no ha dado más detalles, se sumaría el paquete accionarial que controla Jordi Fábregas, del 6%, a través de Ralledor Holding Spain. Esto implica que la opa de exclusión estaría destinada, siempre según suposiciones, al 70% restante del capital en manos de accionistas de referencia, como BlackRock con el 4,3%; Capital Group controla otro 4,57% o JP Morgan que mantiene un 3,8%, del que la mayor parte está prestada a terceros y no es descartable que pudiera ser a inversores bajistas.
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