Esta semana se ha presentado el Documento de consenso para mejorar la adherencia a la farmacoterapia en pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana en tratamiento antirretroviral, que ha sido elaborado por expertos pertenecientes al Plan Nacional sobre el Sida (PNS), al Grupo de Estudio del Sida (Gesida) y a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Uno de los responsables de este texto es Ramón Morillo, farmacéutico especialista y coordinador del Mapa Estratégico de Atención Farmacéutica al Paciente Externo de la SEFH (Mapex-SEFH), quien ha hablado con este periódico para analizarlo con detalle.
Explica Morillo que este documento es la cuarta actualización de una guía que se ha vuelto a revisar después de más de 10 años (la última fue en 2008) y que recoge un enfoque centrado en una atención mucho más amplia. Y es que, según afirma, el documento va dirigido a "todos los profesionales sanitarios" que trabajan en el seguimiento del paciente con VIH y su principal objetivo es que, a través de la labor colectiva, se logre una mejor adherencia. "Está planteado para que, a través de un abordaje multidisciplinar y la intervención de los distintos profesionales sanitarios, se consiga potenciar esa adherencia", asegura.
A esto añade que la guía no busca solo ese abordaje multidisciplinar, sino también uno "multidimensional", que incluya cuestiones como aspectos cognitivos, sociales o nutricionales. "Esto es muy importante, ya que permite conocer más dimensiones del paciente y ayuda a realizar una atención óptima e individualizada".
Terapias concomitantes
Sobre la farmacoterapia de estos pacientes, Morillo expone que, "en los últimos años, han llegado formas farmacéuticas más simples que han supuesto una mejora en los tratamientos de VIH". Sin embargo, asegura que es en las terapias concomitantes donde los sanitarios deben realizar un seguimiento más exhaustivo para lograr esa optimización de la adherencia en este tipo de pacientes. "Es ahí donde debemos hacer hincapié [...] Cada uno de nosotros, desde su esfera de actuación, debemos adaptar nuestro modelo de asistencia para conseguir que la forma de trabajo que recogemos en esta guía se afiance y que esa mayor coordinación entre nosotros se traduzca en beneficio para el paciente", destaca.
Asegura además que, con el paso del tiempo, se han producido cambios en el paciente con VIH que el profesional sanitario no puede obviar: "No es lo mismo un paciente más veterano, que ha vivido etapas anteriores, que un paciente más reciente; por lo que tenemos que adaptar nuestros roles asistenciales para adecuarnos a sus demandas".
Más allá de lo recogido en esta guía, Morillo habla además sobre cómo ha impactado la pandemia de la Covid-19 en el paciente con VIH en tratamiento antirretroviral. Asegura que durante el estado de alarma ha habido plena continuidad en las terapias antirretrovirales, que se dispensan desde los hospitales, y vuelve a incidir en que es en los tratamientos concomitantes donde habría que analizar cómo ha sido el cumplimiento. "Los tratamientos antirretrovirales han estado asegurados en todo momento. Sería bueno que ahora se analizase con detalle cómo ha sido el acceso y la adherencia de estos pacientes a la medicación concomitante".
Pese a esto, Morillo afirma que los centros hospitalarios ya han intentado ahondar en este asunto durante la pandemia. Y es que, según cuenta, durante los meses más duros de la crisis sanitaria, "a más del 60% de los pacientes" a los que se les enviaba medicación (no solo en VIH, sino en general en todas las patologías) se le realizaba una consulta telefónica previa para hacer seguimiento de la medicación prescrita.
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