Alrededor de 74.000 profesionales de enfermería han sufrido la Covid-19 en España, de los cuales 5.500 lo han hecho de manera grave, y solo a tres de cada diez se les ha realizado más de una prueba diagnóstica de esta enfermedad a lo largo de la crisis sanitaria.
Son las principales conclusiones del análisis que la empresa especializada en estudios on line Sondea ha realizado para Satse, tras realizar una encuesta a finales de mayo y principios de junio a un total de 8.218 profesionales de enfermería de España sobre su situación y condiciones de trabajo en la actual crisis sanitaria de la Covid-19.
Estos profesionales, además, suspenden con un 3 sobre 10 la cantidad y calidad del material de protección que han tenido a su disposición, viéndose obligados 8 de cada diez a reutilizar las mascarillas FPP-2 o FPP-3 para atender a las miles de personas afectadas por el coronavirus.
Los enfermeros suspenden con un 3 sobre 10 la cantidad y calidad del material de protección que han tenido a su disposición
Para Satse, la alta afectación de la enfermedad dentro del colectivo enfermero, la falta de suficiente material y EPI, así como de pruebas diagnósticas de la Covid-19, y las graves consecuencias que su lucha contra la enfermedad ha supuesto nivel personal y familiar, son algunas de las principales conclusiones del estudio.
"Las conclusiones refrendan las sucesivas y reiteradas denuncias que desde la organización sindical se han realizado tanto a nivel nacional como internacional", añaden desde el sindicato enfermero".
Dan un 4 sobre 10 a la implicación del centro sanitario o sociosanitario en el que trabajan durante la crisis sanitaria y un 5,74 a la de su mando superior
Más del 90% ha tenido contacto con pacientes Covid
El estudio señala que 9 de cada 10 profesionales de enfermería encuestados han trabajado durante la crisis sanitaria y que también 9 de cada 10 han tenido contacto con pacientes diagnosticados o sospechosos de coronavirus (91,60%).
"De los encuestados, casi 3 de cada 10 aseguran haber tenido síntomas de la enfermedad, lo que supone alrededor de 74.000 profesionales en el conjunto del Estado, teniendo un carácter grave en unos 5.500 de los casos", denuncian desde Satse.
En cuanto a las pruebas de detección de la enfermedad, tres de cada diez (36,65%) afirman que le han realizado más de una prueba, mientras que a un 55,35 por ciento sólo le hicieron una. Las pruebas realizadas han sido PCR en el 56,22% de los casos, test rápidos en el 53,70% de los casos y estudios serológicos en el 46,41%.
EPI inadecuados e insuficientes
En lo que respecta a la protección con la que han contado para realizar su trabajo, la cantidad y calidad del material disponible ha sido valorado por los profesionales durante las peores semanas de la pandemia con 3,46 puntos sobre 10, siendo muy mal puntuada (de 0 a 4) por 2 de cada 3 enfermeras/os (67,08%).
Ahora sigue siendo percibida con una media de 5, y es suspendida por un 38,06% de los profesionales encuestados.
A solo 3 de cada 10 se les ha realizado más de una prueba diagnóstica de esta enfermedad a lo largo de la crisis sanitaria
Asimismo, tres de cada cuatro enfermeras consideran que necesitarían más información y formación sobre el manejo de los EPI (76,32%), y más de uno de cada 3 declaran no haber recibido ningún tipo de información y formación al respecto (35,83%).
Reutilizar EPI durante la pandemia
El material que más han tenido que reutilizar las enfermeras/os ha sido la mascarilla FPP-2 o FPP-3 y ha sido así para cerca del 80% de las profesionales (77,30%).
Por otra parte, cerca del 60 por ciento han reutilizado mascarillas quirúrgicas (61,66%) y más de la mitad batas impermeables (53,59%), mientras que uno de cada 4 profesionales tuvieron que reutilizar trajes de buzo de los de un solo uso (25,75%).
El estudio también concluye que cerca de un 27% de las enfermeras han realizado alguna denuncia, escrito de queja o similar respecto a las circunstancias de seguridad existentes durante las semanas de crisis sanitaria.
Consecuencias laborales y psicológicas
Según el estudio, la pandemia también ha afectado a la estabilidad del puesto de trabajo a cerca del 20% de los encuestados, y casi el 15% de estos profesionales han necesitado ayuda psicológica por la sobrecarga laboral y duras condiciones que han tenido que soportar (estrés, ansiedad, contacto permanente con el dolor y, en muchas ocasiones, la muerte…).
¿Implicación del centro sanitario o sociosanitario?
Por último, la encuesta pregunta sobre la implicación del centro sanitario o sociosanitario en el que trabajan durante la crisis sanitaria y le dan una nota de 4,27 sobre 10, mientras que puntúan con un 5,74 sobre 10 a la implicación de su mando superior.
“Las conclusiones del estudio no dejan lugar a dudas de que la falta de previsión y diligencia de las autoridades competentes ha puesto en grave riesgo a la salud y seguridad de las enfermeras y enfermeros, así como la de las personas de su entorno”, subraya Satse.
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