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sábado, 15 de agosto de 2020

Dos caras de la pandemia: el declive de las farmacias turísticas frente al auge de las de interior

Profesión
carmentorrente
Dom, 16/08/2020 - 07:00
Crisis sanitaria
Teresa Lucas Hernández, farmacéutica en El Hornillo (Ávila) y Gádor Amelia Castejón Castejón, al sur de Tenerife.
Teresa Lucas Hernández, farmacéutica en El Hornillo (Ávila) y Gádor Amelia Castejón Castejón, al sur de Tenerife.

"Lo estamos viviendo con miedo. Estamos a un nivel del 50% de operaciones. Hay muchas anulaciones de reserva, la gente no termina de venir, ni quienes tienen aquí su segunda residencia", asegura Jorge Martínez de la Cámara, farmacéutico en Benidorm (Alicante), que ha tenido que realizar dos ERTES en dos meses en una plantilla de 14 personas (con cuatro farmacéuticos).

Jorge Martínez de la Cámara, farmacéutico en Benidorm (Alicante), con parte de su plantilla.
Jorge Martínez de la Cámara, farmacéutico en Benidorm (Alicante), con parte de su plantilla.

A sus 69 años, trabaja en una de las boticas más antiguas de la localidad (una de las dos primeras que hubo), con más de 100 años, propiedad de un tío suyo (la compró hace 43 años), y asegura no haber vivido nunca una situación similar. "Lo más parecido, salvando las distancias, hace 25 años, cuando se trasladaron los dos ambulatorios y las farmacias cercanas absorbieron casi todas las recetas del pueblo. Pero esto no tiene nada que ver", añade. Aún con todo, "la botica está en el centro de la pueblo, por lo que hay mucho tránsito de gente, con la playa a 100 metros. Sobre todo tenemos muchos rusos residentes, pero turistas extranjeros, pocos", señala.

Farmacias vacías en Tenerife

Si esto sucede en la costa peninsular, en las islas no están mejor. Así lo asegura Gádor Amelia Callejón Callejón, titular de la Farmacia Playa de las Américas, al sur de Tenerife, farmacéutica hospitalaria en excedencia con una farmacia de nueva apertura desde hace tres años: "Lo malo es que en Canarias no dejan venderla ni traspasarla hasta que pasen 10 años, cuando en autonomías como Madrid puede venderse a los tres años. Esto es un yugo, un horror, una medida mega arcaica. Está bien que lo hagan para no especular, pero se pasan".

"El COF debería pensar en cómo ayudar a las farmacias turísticas"

¿Cómo resume la situación? "Fatal desde el mes de marzo. Hay días en los que no entra nadie. Esto es una ciudad desierta, aunque ahora se nota algo más de movimiento", sostiene, y detalla que apenas ha subido su facturación, pasando de facturar unos 200 euros durante el confinamiento a 600 euros al día, lo que supone unos 10.000 o 15.000 euros al mes; los alquileres de local se pagan entre 6.000 a 8.000 euros, según explica también Manuel Ángel Galván, presidente del COF de Tenerife.

 Gádor Amelia Callejón Callejón, titular de la Farmacia Playa de las Américas, al sur de Tenerife.
Gádor Amelia Callejón Callejón, titular de la Farmacia Playa de las Américas, al sur de Tenerife.

En cuanto a ayudas a estas farmacias, Galván subraya que han logrado acuerdos con entidades bancarias como Caixa y Bancofa a la hora de dar financiación, para que no tengan en cuenta la facturación de estas farmacias, sino las ventas totales, ya que estas boticas apenas facturan por la Seguridad Social. A su vez, Galván señala que han permitido reducir horarios a esas farmacias con horarios ampliados.

Sin embargo, la reducción de horarios no supone ninguna ventaja para Callejón. Su farmacia abre 93 horas a la semana (de 9 a 22 horas al día todos los días del año), y no ha reducido horario porque no le parecía efectivo recortar a sus empleados dos horas al día, con cambios de contrato. Y no ve el futuro con mejores ojos. De hecho, afirma que ahora en octubre tiene que informar del horario que tendrá el año que viene: "Y no sé qué voy a hacer. Nos deberían dar la oportunidad de comunicarlo más tarde", aclara.Tampoco ha hecho un ERTE a sus empleados (dos farmacéuticos y dos técnicos), sino que les dio vacaciones alternas durante los meses de confinamiento, "porque no hacían falta tantas personas". Y alternas porque a esta situación se sumó una situación personal (enfermedad de su madre) que le hizo ausentarse de la botica. 

Por ello, propone que les otorguen algún tipo de ayuda o subvención, o iniciativas que les faciliten ponerse en contacto con asociaciones de vecinos. "Las ayudas para endeudarnos más con el banco no las considero ayudas. Es más yugo, no tiene sentido. El COF debería pensar en cómo ayudar a las farmacias turísticas", comenta.

Pese a estar en la playa, comenta que no recibe ni una visita de personas locales, que acuden siempre a su farmacia a por tratamientos, sino sólo de turistas y cada vez menos. Turistas que sólo entran a por un paracetamol o mascarillas. Sin embargo, como ella comenta, "La gente está muy confundida con las farmacias turísticas. Aquí hasta se venden mascarillas en la playa, geles en parafarmacias o incluso los mismos tatuadores venden las cremas. Aparte, poco margen sacamos con la venta de mascarillas, vendiéndolas a 0,96 euros".

Callejón añade que "no es lo mismo una farmacia turística que una de barrio, porque aquí entra gente de diferentes culturas e idiomas. Para muchos una farmacia es igual que un supermercado, porque en algunos países, como Inglaterra, se puede comprar de todo, hasta enchufes", asegura. Lo mismo ocurre en las farmacias de interior de Tenerife: "Aquí a las farmacias del pueblo les va mucho mejor. Incluso yo antes del confinamiento tenía también trabajadores que acudían a la farmacia", sostiene.

Más población desde marzo

La otra cara de la pandemia es la de las farmacias rurales de interior, que todos los veranos ven aumentar la población de la zona y, por consiguiente, los pacientes que acuden a su establecimiento. Sin embargo, este año la Covid ha hecho que muchos de estos veraneantes, con segundas residencias en la zona, adelantasen sus vacaciones al mes de marzo, justo cuando empezaba el confinamiento.

María Teresa Lucas Hernández, farmacéutica en El Hornillo (Ávila).
María Teresa Lucas Hernández, farmacéutica en El Hornillo (Ávila).

Así lo explica María Teresa Lucas Hernández, farmacéutica en El Hornillo (Ávila), municipio en plena sierra de Gredos, con menos de 300 habitantes durante el año y aproximadamente el doble en verano. En estos meses su facturación aumenta en torno al 25-30%, lo que es de agradecer siendo además una farmacia de Viabilidad Económica Comprometida (VEC), y ha notado más afluencia de público en marzo y abril, ya que muchas personas (sobre todo madrileños) con segundas residencias llegaron al pueblo antes de decretarse el Estado de Alarma.

Si bien Lucas Hernández no tiene datáfono, porque hay mucha gente mayor, reacia a pagar con tarjeta, este verano la pandemia le hará ponerlo en breve, ya que son muchos los que rehúsan pagar en metálico. Mamparas, gel hiadroalcohólico, mascarilla y mampara son ya sus amigos inseparables, "a quien la pantalla agobia un poco en verano, y con la mascarilla es suficiente", asegura quien ha estado los meses de confinamiento llevando medicación a domicilio: "Cerraba la farmacia las 19 horas y comenzaba la ruta, a veces hasta las 21:30 horas", señala. Ahora, salvo casos puntuales, no acude ya a domicilio.

Sobre cómo vivió el desabastecimiento de mascarillas al comienzo de la pandemia, indica que al principio se plantearon hacerlas. "Luego ya no, porque empezaron a llegar donaciones a comienzos de abril, como 300 mascarillas del Ayuntamiento de Cebreros (Ávila), hechas por ellos y esterilizadas en las máquinas de los dentistas, aparte de Diputación de Ávila y donaciones particulares. Se repartieron 3 mascarillas gratis por persona".

Colas antes de abrir

Una situación parecida es la que está viviendo Raquel Casado Álvaro, vocal de titulares de farmacia rural del COF de Madrid y única farmacéutica en Buitrago de Lozoya (Madrid), situada en la sierra Norte de Madrid, donde hay 13 boticas.

Su municipio está a años luz de El Hornillo en cuanto a población: frente a los 300 habitantes del municipio abulense, este tiene más de 1.800. Pero comparte algunos de los problemas, como el aumento de población en verano, que este año también ha comenzado antes, en el mes de marzo."Los meses de marzo y abril fueron brutales", asegura. Eso sí, en cuanto finalizó el Estado de Alarma la población volvió a descender, y ahora la afluencia es similar a la de otros veranos.

Raquel Casado Álvaro, vocal de titulares de farmacia rural del COF de Madrid y única farmacéutica en Buitrago de Lozoya (Madrid).
Raquel Casado Álvaro, vocal de titulares de farmacia rural del COF de Madrid y única farmacéutica en Buitrago de Lozoya (Madrid).

"En verano la población siempre ha aumentado muchísimo", asegura, hasta el punto de que siempre se forman colas en su farmacia. De hecho, si deja la puerta de la botica abierta antes de las 9:30 (hora oficial de apertura), entran personas (ahora el aforo lo limita a dos) y no duda en atenderles. "Si dejo abierta la puerta a las 8:30 porque se está secando el suelo, entra gente", añade. Y es que nunca desatiende a nadie, igual que hizo en el confinamiento, llevando también medicación a domicilio.

"Estamos pendientes de los repuntes. Si no es muy urgente ahora llevo medicación sólo los miércoles, no a la carta. Antes si me llamaban de Madarcos (a 12 kilómetros), les llevaba las medicinas, pero no puedo estar todo el verano yendo a los pueblos", asegura.

Las farmacéuticos viven en primera persona cómo la Covid-19 ha hecho bajar la facturación de las farmacias turísticas hasta un 50% o la ha incrementado un 30% en las boticas de interior. Off Carmen Torrente Villacampa Farmacia Comunitaria Profesión Off

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