El farmacéutico Salvador Rivas Martínez, que consagró su vida a la geobotánica, el estudio de las plantas en su entorno natural y de cómo se asocian éstas entre sí, ha fallecido en Madrid a los 85 años.
Miembro de una ilustre saga de farmacéuticos, Rivas Martínez se licenció en Farmacia en la Universidad de Barcelona en 1.958 con premio extraordinario y premio nacional fin de carrera. Tres años después, se doctoró en la Universidad de Madrid, con premio extraordinario.
Entre 1962 y 1964 fue colaborador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, adscrito al Instituto A.J. Cavanilles, puesto que compatibilizó, entre 1963 y 1964, con una plaza de profesor adjunto de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid.
En 1965 se trasladó a la Ciudad Condal tras haber logrado, mediante oposición, con tan sólo 29 años, la Cátedra de Botánica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.
Allí permaneció hasta 1968 y en ese periodo asumió la dirección del Departamento de Botánica del Instituto ‘A.J. Cavanilles’ (CSIC) en aquella ciudad.
En 1967 finalizó los estudios de la Licenciatura en Ciencias Biológicas.
En Madrid
Regresó a Madrid en 1970, tras lograr la Cátedra de Botánica de la Facultad de Ciencias en la Universidad Complutense. Ese mismo 1970 pasó a dirigir el Instituto A.J. Cavanilles (CSIC).
Dos años más tarde, fue nombrado consejero del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en 1974 director del Real Jardín Botánico de Madrid. Desde 1975, director del Instituto Botánico A.J. Cavanilles; se mantendría en estos cargos directivos hasta 1979.
Permaneció al frente de la Cátedra de Botánica de la Facultad de Ciencias hasta 1976 y en 1977 pasó a desempeñar la cátedra homónima en la Facultad de Farmacia de la misma universidad, en la que permaneció hasta que, en octubre de 2005, pasó a la categoría de profesor emérito.
Ejerció como vicerrector de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) entre 1979 y 1983. En 1994 fundó el Centro de Investigaciones Fitosociológicas, del que fue director hasta su fallecimiento.
Más allá de las aulas
Fue miembro de número de la Real Academia Nacional de Ciencias Exactas, Física y Naturales (1985), corporación en la que pasó a ocupar plaza de supernumerario desde 2000. En 1978 fue admitido, como miembro de número del Instituto de Estudios Madrileños y, desde 1991, fue académico de honor de la Academia Malagueña de Ciencias.
Trayectoría llena de honores
Recibio las medallas de oro de la Universidad Complutense de Madrid (2002) y la de la Facultad de Farmacia de Madrid (2005) así como la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (2005).
En febrero de 2009 se le otorgó el I Premio Iberoamericano de Botánica Celestino Mutis, convocado por el Ayuntamiento de Cádiz y, en 2013, el premio nacional de la Sociedad Geográfica Española.
Fue doctor Honoris Causa por cinco universidades: País Vasco (1995), Granada (1996), Politécnica de Lisboa (2001), Ancona (Italia) (2002) y León (2005).
Su llegada a la RANF
Ingresó en la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF) el 6 de marzo de 1975, para cual pronunció un discurso de ingreso sobre la taxonomía vegetal.
Como informa la RANF, con 25 años de pertenencia a la corporación era su académico decano. Por su temprano ingreso en el Instituto de España, recibió en diciembre de 2011 el homenaje a la antigüedad académica del Instituto.
Dirigió 32 tesis doctorales. Publicó más de 400 trabajos de investigación, alguno con más de 2000 citas, en los campos de Fitosociología, Taxonomía Vegetal, Bioclimatología y Biogeografía de Europa, Asia, África, América del Norte, América del Sur y Australia.
Se abrió a CF
En 2003, Rivas Martínez recibió a CF en el Centro de Investigaciones Fitosociológicas para hablar de botánica, farmacia y de cómo entendía él ambos mundos. En aquella entrevista dijo: "Tengo un conocimiento sobre el mundo basado en las comunidades vegetales y poseo una visión que no tienen los demás. Yo entiendo las etnias, por qué son de una manera o de otra..., y eso me permite entender mejor a la Humanidad, no al hombre".
Defensor a ultranza del mundo rural, el campo y la naturaleza, era un hombre optimista. De hecho, en aquella ocasión afirmó: "El futuro simpre saldrá bien porque el hombre es inteligente. Pero existen aspectos bioéticos que hay que valorar, y para ello es necesaria realizar cierta autocensura; por eso yo defiendo acabar con los desequilibrios, con la explotación de nuestro entorno".
También era autocrítico respecto a las profesiones sanitarias. De hecho afirmó: "Los sanitarios deberían conocer también el medio ambiente pero las carreras son cada vez más cortas. La gran demanda de la sanidad es la Medicina y las medicinas, las que recomponen la salud. Es el gran negocio y para ello se prepara a los estudiantes.
En el plano personal, era un amante del alpinismo, una práctica que le reportó "mayores satisfacciones que la profesión", confesó a CF.
Este ilustre profesor e investigador fue director del Real Jardín Botánico de Madrid y fundador del Centro de Investigaciones Fitosociológicas, del que fue director hasta su muerte. Off Gema Suárez Mellado Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/31Jk54U
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