El Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) pretende solventar el problema de la obsolescencia tecnológica con subvenciones directas distribuidas a lo largo de 4 años, con el objetivo de lograr que todo el equipamiento sanitario de uso público autonómico esté “al nivel que le corresponde” al sistema sanitario catalán, ha explicado a Diario Médico Ivan Planas, director de Recursos Económicos de este organismo de la Generalitat.
El pasado 19 de enero el CatSalut publicó la Resolución de convocatoria de subvenciones destinadas a la cofinanciación de inversiones en equipamientos propios de los centros hospitalarios de agudos del SISCAT (públicos y privados concertados), en el marco del PERT (Programa específico de apoyo a la renovación tecnológica). La convocatoria, cuyo plazo finaliza mañana, 27 de febrero, está abierta a cualquier entidad, ya sea pública o privada, siempre que gestione centros integrados en el SISCAT o líneas de servicios asistenciales que pertenezcan al sistema de utilización público catalán.
Planas ha informado de que “históricamente”, de todo lo que tiene que ver con obra nueva y equipamiento tecnológico, se encargaba el CatSalut y luego lo pasaba a manos de los gestores de los centros que, a partir de ahí, se responsabilizaban del mantenimiento y la actualización, si procedía. Con la crisis de 2008 y los recortes presupuestarios consiguientes en la sanidad catalana, los centros “no tuvieron capacidad de actualización por razones económicas”; algo que, ha recordado Planas, afectó a todas las comunidades autónomas e incluso se abordó de manera específica en una Conferencia de Presidentes en 2005. “El sanitario es un sector muy dinámico y los centros priorizan la adquisición de equipos que mejoran la resolución antes que para renovar lo que ya tienen disponible”, ha afirmado.
El de 2018, ha dicho, es el primer ejercicio en el que la inversión en nueva tecnología en Cataluña superó al valor de la depreciación de los equipos. En los anteriores, había sido al revés, puesto que la prioridad de los centros eran el personal y la actividad asistencial. En esos años, recuerda, la ayuda de la Fundación Amancio Ortega ha aportado algo de oxígeno al problema: 46,8 millones de euros en total para equipos de radioterapia.
Pero la obsolescencia, que se acrecienta con el tiempo si no se resuelve convenientemente a tiempo, requería de una acción más importante. En 2018 los centros invirtieron 50 millones de euros en lo que les correspondía, y algo similar debió de pasar en 2019 y 2020, aunque el CatSalut aún no tiene información detallada al respecto. El CatSalut, por su parte, para acelerar el proceso de renovación, ideó las subvenciones directas que, según Planas, se retrasaron con la pandemia, pero que quedarán así, en su montante total anual, a partir de este año: 30 millones en 2021, 40 en 2022, 40 en 2023 y 40 en 2024.
Es decir, 150 millones en 4 ejercicios; algo que, no obstante, quedará en manos del Gobierno de la Generalitat que salga de las recientes elecciones autonómicas (celebradas el 14 de febrero). Los centros, si son aceptadas sus peticiones, recibirán una subvención de entre el 20 y 70% del gasto previsto (los equipamientos más caros recibirán más fondos).
Selección de los proyectos
La selección de los proyectos se hará de acuerdo con criterios (edad de la tecnología, capacidad de reparación, número de averías al año, si el fabricante está obligado al mantenimiento,…) y ámbitos prioritarios (servicio 24 horas, bloque quirúrgico, consulta externa, hospital de día,…) preestablecidos en la convocatoria oficial.
De ahí saldrá automáticamente una puntuación automática y luego una comisión formada por personal del CatSalut y de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias le dará una segunda vuelta.
Planas ha destacado que en 2017 se inventarió toda la tecnología y se concluyó que, en ese momento, la necesidad de reposición subía ya a 90 millones de euros anuales; además de detalles acerca de dónde había mayor y menor obsolescencia. A partir de 2022, destaca el director de Recursos Económicos, los centros estarán obligados a disponer de un plan de renovación tecnológica integral (incluyendo TIC, etc…).
Ha precisado asimismo que el CatSalut paga a los centros públicos y privados concertados por la actividad que realizan e, incluido en eso, está que dispongan de la tecnología necesaria para hacerla; “de acuerdo con el PART quizá se podría trasladar a los contratos” algo específico, admite.
¿Compra centralizada en el CatSalut?
¿Por qué el CatSalut, aprovechando la economía de escala, no negocia directamente la compra y renovación de tecnología con las empresas proveedoras? “Hemos encontrado una solución intermedia: el CatSalut establece acuerdos marco con esas empresas, a los que se pueden adherir los centros. La ventaja de eso es que mejoras la capacidad de negociación pero no pierdes la visión de las necesidades reales de los centros. Es bueno que la decisión dependa de ellos. Y los acuerdos marco están teniendo mucho éxito a nivel de centros adheridos”, responde.
Sobre la alta tecnología que se concentra en pocos hospitales, el CatSalut, según Planas, está fomentando las alianzas estratégicas para ganar en eficiencia. Sería el caso de, por ejemplo, un nuevo equipamiento de terapia de protones que finalmente se ubicará en el Parque Sanitario Pere Virgili de Barcelona pero que estará disponible para todos los centros con oncología catalanes.
Finalmente, a la pregunta de si el CatSalut utilizará fondos europeos para sufragar las subvenciones del PERT, Planas ha dicho que, si es posible, sí lo harán, pero que, por ahora, la opción es el uso de recursos propios.
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