El término lombrices se emplea popularmente para hacer referencia a la oxiuriasis, la infección por el gusano Enterobius vermicularis, aunque realmente podría incluirse bajo esa denominación la infestación por otro gusano redondo frecuente en el medio, como el Ascaris lumbricoides.
Como explican a CF desde el Centro de Información del Medicamento (CIM) del COF de Navarra, en el caso concreto de la oxiuriasis, “se adquiere al ingerir los huevos de las lombrices, que son de tamaño microscópico y se encuentran en las manos de las personas infestadas, y en los objetos que éstas hayan tocado (juguetes, toallas, sábanas, pupitres…). Excepcionalmente también pueden transportarse por el aire, de manera que son inhalados y, posteriormente, deglutidos”.
Estos expertos explican que los huevos ingeridos llegan al intestino delgado, donde nacen las larvas, que se desplazan hasta el intestino grueso, donde se convertirán en gusanos adultos (blancos, finos, de unos 5-10 mm, que recuerdan a trocitos de hilo blanco). “La reproducción en esta zona del intestino permite que las hembras depositen los huevos en los márgenes del ano, semanas después de haberse producido la infestación”.
Según Jesús Garrido García, jefe de la Unidad Pediátrica de Vithas Granada, uno de los principales síntomas es el picor anal en los niños y las vulvovaginitis de repetición que no mejoran con tratamiento en niñas. Y es que, como apuntan los expertos del COF de Navarra, “los huevos están cubiertos de una sustancia pegajosa que, además de fijarlos a la piel, produce irritación y picor. El rascado consiguiente –continúan– conduce a que los huevos se peguen a los dedos y queden alojados bajo las uñas, así que al llevarse el niño las manos a la boca los deglute y mantiene el ciclo. Los huevos, además, se diseminan por los objetos que se van tocando (juguetes, pupitres, sábanas, toallas, alimentos, agua, lavabos…), donde son viables hasta dos o tres semanas. Por eso, es muy fácil el contagio a otros convivientes, así que los entornos familiares, guarderías, campamentos, son focos importantes de contagio”.
Asociados al picor, que “se manifiesta sobre todo por la noche, coincidiendo con el propio ciclo del parásito, durante el desplazamiento nocturno de las hembras hasta los márgenes del ano para poner los huevos”, dice el COF de Navarra, pueden aparecer irritabilidad, sueño intranquilo o pesadillas. Es más, el especialista de Vithas Granada añade que también pueden causar “dolor de barriga, y en casos muy extremos estancamiento o pérdida de peso”.
Cómo tomar la muestra
Los farmacéuticos pueden explicar a los padres que “a veces se aprecian los gusanos a simple vista, como pequeños hilos blancos alrededor del ano o directamente en las heces”.
Y si no se visualizan, pero existe sospecha, “el pediatra solicitaráel test de Graham, en el que se requerirá la colaboración de los padres para recoger la muestra”. Y es aquí donde el papel del farmacéutico se vuelve esencial para explicar el objetivo de la prueba, “que no es otro que visualizar los huevos depositados por las hembras alrededor del ano durante la noche”, concreta el CIM, y cómo hacerlo correctamente.
Eva Pedrido Reino, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Vithas Vigo, comenta que hay que recordar que se debe “coger una muestra de los márgenes del ano con papel celo al levantarse por la mañana. Se debe utilizar celo transparente (no translúcido tipo Scotch), que se colocará sobre un portaobjetos. Es necesario tomar tres muestras en tres días consecutivos que deben ser transportadas al laboratorio en un sobre de papel cerrado o en un frasco, y nunca sueltos”.
El CIM del COF de Navarra hace hincapié en insistir a pie de mostrador que el celo colocado sobre el portaobjetos esté “lo más estirado posible, evitando que se formen pliegues o arrugas”. Además, “la muestra debe ser de la primera hora de la mañana, antes de orinar o defecar, y antes del lavado matinal y se insistirá en no usar cremas o talco la noche anterior, ni tomar muestra si la zona anal tiene muchos restos fecales”. En cuanto a la conservación debe hacerse a temperatura ambiente hasta que se acuda a la cita médica prevista”.
Según el CIM, el farmacéutico debe estar familiarizado con la existencia y manejo correcto de “algunos dispositivos que vienen ya preparados y que facilitan la toma, evitando el contacto con la zona perianal o con el portaobjetos, para prevenir tanto contagios como cortes con el borde del cristal; llevan un embalaje que permite el transporte al centro de salud en condiciones adecuadas”.
Tratar a toda la familiar
Garrido García explica que, dependiendo del tipo concreto de lombriz, se usan distintas opciones y con pautas diferentes.
En esta línea, la farmacéutica especialista menciona como tratamiento de elección el mebendazol, del que hace distinciones en las dosis en función de si se trata de oxiuriasis o de trichuriasis, ascariasis, anquilostomiasis, necatoriasis y parasitosis mixtas.
En el primero de los casos, asegura que se administra una única dosis de un comprimido o 5 ml (1 cucharadita) de suspensión oral. “Se recomienda repetir el tratamiento después de 2 y 4 semanas, especialmente en programas de erradicación”.
En el segundo caso, se aconseja “un comprimido o 5 ml (1 cucharadita) de suspensión oral dos veces al día (por la mañana y por la tarde) durante tres días consecutivos. Y añade: “Debe considerarse la suspensión oral para los pacientes (niños, adolescentes y adultos) que son incapaces de tragarse los comprimidos. No se recomienda utilizar el tratamiento en menores de 2 años”.
Centrándose en la oxiuriasis, el CIM también menciona otro medicamento, el pamoato de pirantel, disponible igualmente en comprimidos masticables de 250 mg, o en solución oral (250 mg/5mL). “Con este principio activo la dosis depende del peso, siendo de 10 mg por cada kg de peso hasta un máximo de 1 g, en una toma única”. También explican que el esquema de dosificación basado en una estimación del peso corporal/edad “va desde media cucharadita en niños de 6 meses-2 años, hasta cuatro comprimidos en adultos de más de 75 kg (el esquema está perfectamente detallado en el prospecto de ambas presentaciones del fármaco)”.
Tome nota
Medidas de higiene para la prevención de contagios:
- Limpiar suelos y baños. Los huevos pueden sobrevivir hasta tres semanas en superficies.
- Lavar las manos. Es muy importante, prestando especial atención a las uñas.
- Duchas. Ducharse con agua caliente a primera hora de la mañana, ya que elimina muchos huevos.
- Pijama cerrado. Que los niños usen pijamas cerrados evita el rascado directo de la zona anal.
- Ropa. Lavar a más de 60 grados la ropa de cama y de baño en contacto con el niño infestado, sin sacudir
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