Algunas células del sistema inmune especializadas en reconocer microorganismos patógenos como bacterias, virus u hongos cuentan con los denominados "receptores innatos", que actúan como la primera línea de defensa contra las infecciones, ya que desencadenan respuestas inmunitarias rápidas y generales. A diferencia de la inmunidad adaptativa, que requiere un proceso de "aprendizaje" del sistema inmunológico, como el que se da con algunos tipos de vacunas, la inmunidad innata no cambia su especificidad a lo largo de la vida de un individuo.
Sobre esta base, un estudio del Grupo de Inmunobiología Hepática e Intestinal de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y el Instituto ISABIAL del Hospital General Universitario de Alicante sobre el papel del sistema inmunológico en la enfermedad crónica avanzada del hígado ha revelado que la disminución de los niveles de la proteína LSECtin incrementa un tipo específico de linfocitos T cooperadores (Th17) en el hígado que favorece la progresión del daño inflamatorio. Ello sugiere que restaurar los niveles de esta proteína podría, potencialmente, contribuir en la recuperación de las funciones inmunitarias hepáticas alteradas en la cirrosis.
Este trabajo, en colaboración con investigadores de otras instituciones españolas, ha sido publicado en Liver International.
¿De dónde nace el interés por las lectinas tipo C? Según recuerda Rubén Francés, director del Grupo de Inmunobiología Hepática e Intestinal de la UMH y líder del estudio, durante la cirrosis hepática se produce un desequilibrio del sistema inmunológico que afecta a distintos receptores innatos, entre los que se encuentra LSECtin, con un papel fundamental en el control de la inflamación -su activación desencadena una serie de respuestas para eliminar los patógenos y estimular el sistema-. "Por lo tanto, son fundamentales para el reconocimiento temprano de diversos agentes patogénicos para el organismo", explica Francés.
En concreto, las lectinas de tipo C ayudan a unir y procesar antígenos, promueven la adhesión de leucocitos para que ingresen en el tejido hepático y modulan las respuestas de los linfocitos T. LSECtin o CLEC4G está presente principalmente en las células que recubren los vasos sanguíneos del hígado. Francés incide: "Dado que el hígado filtra todo el contenido sanguíneo procedente del intestino, con nutrientes pero también con moléculas potencialmente patogénicas de la microbiota, los receptores innatos presentes en el endotelio hepático, como es el caso de LSECtin, desempeñan un papel clave en la regulación del sistema inmunológico hepático, modulando la función inflamatoria o tolerogénica de los linfocitos a través de ligandos específicos".
Investigación
Esther Caparrós, investigadora de Inmunología de la UMH y colíder del estudio, explica cómo se ha llevado a cabo esta investigación en células de los vasos sanguíneos de hígado de ratón y tejidos humanos. Para desarrollarla, se aislaron las células del endotelio vascular de los hígados en el modelo animal de cirrosis inducida, que llevamos a cabo de forma habitual en el laboratorio. En estos hígados se mide la expresión de LSECtin, tanto génica como proteica, por diversas técnicas de biología celular y molecular. El análisis de las poblaciones linfocitarias T se caracteriza por tinción para observar la presencia específica de las células Th17 en tejido hepático de muestras en el modelo animal y también en tejido humano.
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