Lars Fruergaard Jørgensen, presidente de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA), subraya el valor económico y de conocimiento que aporta la industria farmacológica en Europa. Es un buen momento para que represente a la industria, ya que como CEO de Novo Nordisk, hoy la joya de la economía danesa con un valor que supera los 500.000 millones de dólares, es un buen modelo a seguir para muchas compañías. Esta empresa con tintes familiares fundada hace 100 años es el ejemplo por el que apuesta el economista y a la que pertenece desde hace 33 años.
La meta de la farmacéutica danesa es la curación de la diabetes. Un camino trazado desde la insulina a los análogos a la hormona GLP-1, o péptido similar al glucagón-1. O más bien, la familia de fármacos más famosa de la historia presente de la Medicina: los Ozempic y compañía: Wegovy, Saxenda... y los que se encuentran en pleno desarrollo. Una nueva generación de medicamentos que van más allá de la diabetes e impactan de forma directa en una de las pandemias silenciosas del siglo XXI: la obesidad. Los resultados en la reducción de peso, condicionada a unos hábitos sanos (ejercicio y alimentación saludable) y control de las enfermedades relacionadas (diabetes, cardiovasculares) han sido las claves del éxito. Ellos defienden "un sólido conjunto de valores y, para mí, impulsar el cambio para derrotar las enfermedades crónicas graves es el objetivo final", dice Fruergaard.
Sus cifras demuestran por qué se ha convertido en el buque insignia de Dinamarca: uno de cada 10 productos que importa el país sale de Novo Nordisk y suman a las arcas públicas más de 9.000 millones de coronas danesas a través de impuestos corporativos. En 2019 con la llegada al mercado de Ozempic empezó el crecimiento de la empresa. "Iniciamos la investigación en obesidad hace más de 25 años. En general, el descubrimiento y desarrollo de medicamentos es un proceso que requiere mucho tiempo", constata Fruergaard para asegurar que lo que hoy se ve de la empresa es solo una anécdota de años de esfuerzo e inversión. En los primeros nueve meses de 2023 las ventas crecieron un 33% y proporcionaron terapias a casi 40 millones de pacientes, un 11% más respecto al mismo periodo del año anterior.
“En Europa hay muy poca traslación de la ciencia académica a las compañías de inversión de alto riesgo”
El CEO de Novo Nordisk habla en calidad de presidente de EFPIA ante el temor de que Europa se convierta en un museo donde se puedan visitar las viejas glorias que un día albergó, ya que toda la innovación se traslada a otros mercados, como el estadounidense y el chino, entre otros. Las inversiones en I+D del gigante asiático triplicaron a las de la UE entre 2018 y 2022. Y la brecha en I+D entre Europa y EEUU ha sumado dos mil millones de euros por año desde 2002, hasta llegar a los 25 mil millones actuales.
¿Cuál es el impacto de la industria farmacéutica en Europa en materia de innovación?
Resulta interesante reflexionar sobre eso. El desarrollo de medicamentos se basa en el conocimiento científico que fluye de la mente de investigadores muy bien formados y, por supuesto, es una industria con muchas fábricas. Pero estas instalaciones que tenemos hoy en día están produciendo la innovación que ocurrió hace 20 años. Esto es muy importante entenderlo. ¿Qué hace que las personas brillantes innoven hoy en día? ¿Y dónde tienen su sede? Ahora mismo hay una situación en la que cada vez se investiga más fuera de Europa. Y eso se debe a que el ecosistema farmacéutico no se está reforzando como sí se hace en EEUU.
Entonces, ¿a qué nos enfrentamos?
Por ejemplo, si hay una lenta adaptación de la innovación se realiza menos desarrollo clínico. Esto significa que los científicos, líderes de opinión clave en las principales instituciones académicas, no están tan involucrados en el desarrollo de medicamentos aquí como sus colegas de EEUU, que sí están apostando por los futuros científicos. Otro problema es que en Europa hay muy poca traslación de la ciencia académica a las compañías de inversión de alto riesgo. Es otro reto conseguir que las pequeñas y medianas empresas consigan financiación.
Entonces, ¿perdemos tejido industrial y nos cuesta retener el talento en favor de EEUU y otros países?
Las futuras compañías enfocadas a las ciencias de la salud no se están estableciendo en Europa. De hecho, se mudaron a EEUU. Conozco a muchos directores ejecutivos de empresas de biotecnología que comienzan aquí, pero rápidamente se dan cuenta de que necesitan trasladar la empresa al otro lado del Atlántico. Tuve una reunión con uno de ellos recientemente y me dijo que allí en medio día puedes obtener 100 o 150 millones de dólares en fondos para tu empresa simplemente describiendo lo que haces. Esto significa que hay capital riesgo dispuesto a invertir.
“Las instalaciones que tenemos hoy en día están produciendo la innovación que ocurrió hace 20 años”
¿Aquí esa situación les es ajena?
Eso es muy difícil en Europa. Si sumamos nuestra falta de adopción de innovación a la falta de traducción de la ciencia de las instituciones académicas a las empresas emergentes nos encontramos ante un ecosistema que se está debilitando. También las empresas establecidas aquí mirarán fuera de Europa.
Otra de las cuestiones es la financiación de los fármacos. La inversión requiere un retorno, pero no todos pueden pagar. ¿Qué soluciones habría para cubrir las necesidades de todos, industria, estados y pacientes?
La ambición de Novo Nordisk, por ejemplo, es proporcionar nuestros medicamentos a las personas que viven con las enfermedades que tratamos, llegando al mayor número posible. Sin embargo, hay muchas características específicas de los mercados nacionales de la Unión Europea que influyen en el acceso a los medicamentos aquí. El sector farmacéutico innovador, representado por EFPIA, reconoce las diferencias en el acceso a los fármacos en Europa y ha presentado propuestas para abordarlas.
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