El borrador de RD, aunque habla de especialidades de ciencias de la salud, adapta su desarrollo a las necesidades y singularidades de las especialidades médicas
e incomprensible trato desigual hacia las especialidades enfermeras.
Este borrador de RD viene a añadir confusión y a demostrar el nulo interés existente en el Ministerio de Sanidad por regular de manera específica las especialidades enfermeras.
Meter en un mismo saco a todas las especialidades de Ciencias de la Salud
-PREGUNTA: El borrador del nuevo decreto de formación sanitaria especializada establece que quienes tengan títulos de especialista y ACE deberán recertificar sus competencias. ¿Qué pasa con los profesionales de Enfermería que no tienen especialidad, pero sí Diplomas de Acreditación y Diplomas de Acreditación Avanzada?
-RESPUESTA: El borrador de RD, aunque habla de especialidades de ciencias de la salud, adapta su desarrollo a las necesidades y singularidades de las especialidades médicas, como han solido hacer siempre desde el Ministerio de sanidad. Quiero recordar que con el fallido intento de troncalidad ya pasó algo similar, por lo que en su momento nos posicionamos desde la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) claramente en contra de cómo se regulaba por el manifiesto e incomprensible trato desigual hacia las especialidades enfermeras.
Este borrador de RD viene a añadir confusión y a demostrar el nulo interés existente en el Ministerio de Sanidad por regular de manera específica las especialidades enfermeras. Meter en un mismo saco a todas las especialidades de Ciencias de la Salud demuestra que no existe intención alguna por determinar las diferencias que las especialidades tienen en enfermería dado que parten y se desarrollan desde un paradigma diferente al de la medicina, lo que obliga a hacer abordajes diferentes a los de las especialidades médicas o de otras disciplinas.
De aquellas lluvias que se produjeron con la publicación del RD de Especialidades Enfermeras de 2005 con un claro mimetismo del modelo médico del MIR vienen estos lodos de las ACE que reproducen idénticos, si no peores, errores que los cometidos entonces. Desde AEC seguimos insistiendo en que se debe planificar la especialización enfermera y no actuar como acompañamiento de las necesidades, legítimas pero específicas, de las especialidades médicas. Por mucho que todos seamos profesionales de la salud, aunque esto es algo que a algunos, quiero recordar, no tan solo no les gusta sino que lo rechazan claramente, partimos de realidades y visiones diferentes de la salud o de la enfermedad y de cómo afrontarla, lo que obliga o debiera obligar a hacer planteamientos diferenciados que recogiesen tales particularidades sin las cuales resultará muy difícil dar respuesta a las necesidades formativas de las enfermeras y a las respuestas que desde las especialidades deben darse a la población.
Uno de estos problemas, sin duda, es el que plantea en su pregunta con los Diplomas de Acreditación y de Acreditación Avanzada. Las enfermeras tenemos desarrolladas actualmente seis especialidades (matrona, comunitaria, salud mental, trabajo, geriatría y pediatría) que dejan fuera áreas específicas de atención que no encajan en ninguna de estas especialidades como por ejemplo diálisis, perfusionistas y tantos otros que a través de los citados Diplomas podrían regularse sin necesidad de mimetizar de nuevo la fragmentación especializada médica, pero que tampoco pueden quedar excluidas por lo que de problema representa para garantizar una prestación de cuidados de calidad que, además, entendemos deben ser regulados de tal manera que sean un requisito para acceder a dichos puestos y no tan solo un mérito como se ha venido planteando. Esto es, aunque no lo parezca, una clara competencia de ordenación profesional en la que además deben participar otras organizaciones a las que normalmente se les ha venido dando la espalda desde el Ministerio.
-P: ¿Cree que este borrador no está teniendo en cuenta las características de la profesión enfermera (2 años de especialidad, pocas especialidades y muchos enfermeros expertos)? Razones.
-R: Blanco y en botella. No encaja, por mucho que quieran hacer ver lo contrario lo que se plantea en el borrador con la realidad actual de las especialidades enfermeras. Ni por el fondo ni por la forma. Repito que se trata de una regulación de las especialidades médicas hecha a su imagen y semejanza en la que se ha querido meter con calzador al resto de especialidades de ciencias de la salud y que en el caso de las de enfermería generan graves distorsiones que lo único que pueden provocar es un mayor desconcierto del ya existente:
Cuando ni tan siquiera están adecuadamente regulada la incorporación de las enfermeras de las diferentes especialidades, salvo matronas por tener criterios propios dictados por la Comunidad Europea, se pretende hacer un encaje que realmente se trata de un parche ya que no responde ni a las necesidades de las especialidades enfermeras ni a las de cuidados que actualmente, y más tras esta pandemia, tiene la sociedad.
Desde AEC no abogamos por el desarrollo de más especialidades. De entrada, no creemos que sea la solución, aunque tampoco nos negamos a analizar y reflexionar sobre su posible oportunidad. Pero entendemos que antes hay que arreglar lo que ya empezó mal y no es de recibo que en lugar de arreglarlo se contribuya a estropearlo aún más. Quiero recordar que tras más de 15 años seguimos sin que se haya celebrado la prueba excepcional de acceso a la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria que debiera ser el paso previo a cualquier tipo de regulación que con posterioridad se quiera plantear.
-P: ¿Quién debería recertificar y por qué? ¿Lo deja claro el borrador?
-R: El borrador tan solo deja claro que son los Ministerios de Sanidad y de Universidades quienes lo hagan. Esto es un claro indicador de la falta de voluntad política por regular algo que en muchos países lleva muchos años desarrollándose con la normalidad que aquí parece rechazarse. Las Sociedades Científicas y los Colegios Profesionales, junto a los ministerios citados, deberían conformar los órganos de acreditación. No hacerlo es usurpar las competencias que dichas organizaciones tienen recogidas como órganos de representación y desarrollo de las profesiones reguladas, por otra parte, a través de la Ley de Ordenación de las Profesiones. No regular esta cuestión en el RD es una clara deficiencia que comportará graves problemas posteriores.
-P: El borrador establece que los especialistas en Ciencias de la Salud deberán someterse a un procedimiento de recertificación de las competencias como especialista cada 10 años (en lugar de los 5 planteados inicialmente), por el procedimiento que determine la persona titular del Ministerio de Sanidad. ¿Por qué debería hacerse antes? ¿Qué ocurre en otros países?
-R: Esta es otra sorpresa del citado borrador. Plantear una recertificación a 10 años es, desde nuestro punto de vista, una clara distorsión que se aleja claramente de cualquier planteamiento científico. Tan solo hay que analizar, por ejemplo, las referencias bibliográficas que se requiere consultar para desarrollar cualquier estudio científico y que se recomienda sean las de los últimos 5 años. O, otro ejemplo, ante una situación como la que estamos viviendo de pandemia, parece razonable hacer reacreditaciones a 10 años. La evolución de las evidencias científicas deja obsoletos los resultados obtenidos en periodos tan largos, lo que parece que no justifique en ningún caso reacreditaciones a tan largo plazo. Otra cuestión será los criterios que se establezcan para dichas reacreditaciones y la forma de cómo llevarlas a cabo que es algo que ni tan siquiera se contempla.
En otros países como EEUU, Canadá o Gran Bretaña, desde luego no se hacen reacreditaciones con dicho intervalo de tiempo a parte de que tienen una experiencia de muchos años en su realización a través de los Colegios Profesionales y la participación de las Sociedades Científicas. ¿En qué somos diferentes para no hacerlo así?
-P: Desde su sociedad científica, ¿han trabajado ya en definir mapas de competencias para marcar unos mínimos con los que tenían que cumplir los profesionales y posteriormente en el desarrollo de herramientas para hacer esta evaluación?
-R: Desde AEC hace más de 10 años que desarrollamos ese mapa del que habla. Propuesta que ha sido presentada a todos los equipos que han ido sucediéndose en el Ministerio de Sanidad y a todas las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas.
Pero a los hechos me remito. Tras formar a miles de enfermeras siguen sin tener, en la mayoría de los servicios de salud, la categoría creada y mucho menos regulada. Y esto además de suponer una absoluta falta de voluntad política por parte de los decisores, tanto del ministerio como de las comunidades autónomas, en cuanto a dar respuesta a las especialidades enfermeras en general y a la de Enfermería Familiar y Comunitaria en particular, supone que no se haya regulado la manera en cómo articular la atención compartida entre especialistas y no especialistas que van a tener que convivir necesariamente. Y con este escenario se plantean las ACE.
Esto es otra muestra clarísima de la absoluta ignorancia que sobre la realidad enfermera se tiene o se traslada. Porque se plantea la recertificación de especialistas, pero me quiere decir usted a mi ¿qué pasa con la recertificación de enfermeras no especialistas? Porque esta es la realidad de la enfermería que no es como la de medicina en la que todos son especialistas. Ojo y con esto no estoy abogando porque en enfermería lo seamos todos también. En absoluto. Lo que digo, e insisto en ello, es que hay que hacer abordajes diferenciados que permitan dar las respuestas que precisan las enfermeras y no querer encajarlas con criterios y normas que escapan a su realidad y se alejan claramente de sus necesidades tanto formativas como de desarrollo.
-P: Las ACE solo podrían hacerlas los especialistas, según este borrador. ¿Qué cree que pasaría con los enfermeros expertos? ¿Cómo se podría articular esta diferencia respecto a los médicos en el decreto de formación especializada?
-R: Otra vuelta de tuerca. Ya he comentado anteriormente que la falta de planificación y, sobre todo, la ausencia absoluta de un análisis específico de la realidad enfermera, quedan excluidos en el desarrollo de este borrador dejando muchas más interrogantes que soluciones, muchas más dudas que certezas. En definitiva, se ha obviado a las enfermeras, aunque se quiera aparentar lo contrario. Desvestir a un santo para vestir a otro no es la solución y esto es lo que están haciendo sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, o haciéndolo tan solo a uno de ellos.
-P: El borrador también plantea que quienes quieran cursar un ACE tendrán que llevar dos años de ejercicio profesional como especialistas. ¿Qué pasa con enfermería?
-R: Teniendo en cuanta además que las especialidades enfermeras tienen una duración de 2 años de formación, ¿cómo se pretende articular esta propuesta para las especialidades enfermeras? o ¿simplemente es una forma legal de dejarlas fuera, aunque en apariencia y al integrarlas bajo el genérico de especialidades de ciencias de la salud pueda parecer que se tienen en cuenta?
Con enfermería y con las enfermeras pasa que no se les tiene en consideración se les sigue viendo como profesionales subsidiarios, aunque luego se les llene la boca diciendo que somos el pilar fundamental de la sanidad. Hechos son amores y no buenas razones. Si realmente, como debiera ser, se cree en las enfermeras y en su aportación y puesta en valor en el SNS, no se plantearían estas propuestas. Pero para ello lo primero que se debería hacer es contar con la voz de las enfermeras y con que la misma tuviese capacidad de decisión en los órganos competentes tales como el Ministerio de Sanidad, como por otra parte viene reclamando insistentemente la OMS a la que, como órgano asesor, se le escucha en el mejor de los casos, pero no se le obvia sistemáticamente.
En definitiva, desde AEC, y a falta de un análisis más en profundidad del citado borrador podemos adelantar que consideramos que no da en absoluto respuesta a las necesidades de la especialización enfermera.
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