La aprobación de la esketamina, un derivado de la ketamina, abrió la senda de los antidepresivos de acción rápida. Es un primer paso, pero todavía quedan varios retos pendientes hasta lograr que esta nueva clase de fármacos pase a la primera línea terapéutica en los casos de depresión grave.
Un artículo publicado recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences recientemente resume los logros alcanzados y la esperanza que representan los nuevos antidepresivos: “La ketamina, la esketamina, la brexanolona, los psicodélicos y la MDMA son intervenciones psicofarmacológicas intensivas que modulan poderosamente la consciencia y conllevan riesgos médicos, pero también ofrecen caminos para abordar el nihilismo que surge de la eficacia limitada de las opciones de tratamiento estándar. Este es un momento muy esperanzador para la psicofarmacología psiquiátrica y que puede afectar profundamente a la carga global de la depresión”.
Antidepresivos tricíclicos
En los años 50 y 60 del siglo pasado se diseñaron los primeros medicamentos antidepresivos, los denominados tricíclicos. El psiquiatra Luis Agüera, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), resume las principales características de estos fármacos: “eran muy eficaces, pero tenían efectos secundarios -algunos de ellos importantes- que limitaban su uso (en personas mayores o con enfermedades cardiacas, entre otras) y tenían un inicio de acción no inmediato, ya que tardaban dos o tres semanas en empezar a hacer efecto”.
Antidepresivos de segunda generación
La investigación llevada a cabo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI cristalizó en la comercialización de unos antidepresivos mucho más seguros y mejor tolerados, con muchos menos efectos secundarios: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Agüera puntualiza que “no son mucho más eficaces” que los tricíclicos, cuyo uso ha disminuido considerablemente, pero presentan la gran ventaja de que se pueden administrar a “poblaciones frágiles, como los ancianos y enfermos con cardiopatías o con otro tipo de problemas”.
No obstante, estos antidepresivos de segunda generación siguen presentando el mismo retraso en el inicio de su acción de unas dos o tres semanas.
Ventajas e inconvenientes de esketamina
El descubrimiento de la acción antidepresiva del anestésico ketamina culminó hace pocos años en el desarrollo de la esketamina, el primer antidepresivo de acción rápida, aprobado en España en 2022. “Tiene un mecanismo de acción totalmente diferente”, expone el psiquiatra. Es un antagonista del receptor cerebral de NMDA que resulta eficaz en depresiones que eran resistentes a los medicamentos habituales y actúa con mayor rapidez. “Sus efectos se pueden ver a partir de la primera o la segunda dosis”. El experto puntualiza que esto no significa “que el paciente se cure a la segunda dosis, pero no hay que esperar esas tres o cuatro semanas para el inicio de la acción”.
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