La primaria gallega reclama soluciones concretas, no más promesas

La sobrecarga asistencial, la falta de recambio profesional, la contratación en precario, las barreras que complican el acceso de los pacientes a la atención hospitalaria… e instrumental, en muchos casos, obsoleto, son las causas de la crisis desatada en la atención primaria de Galicia. La dimisión en bloque de la mayoría de los jefes de servicio del área sanitaria de Vigo, una decisión inédita en Galicia, captó la atención mediática y política. La Administración sanitaria se vio sorprendida por unos profesionales con larga trayectoria de servicio al sistema, que se autodenominan “apaga fuegos” y que optaron por decir: “Hasta aquí hemos llegado”. En algunos centros de salud se ha dado un paso más y los médicos han renunciado a hacer prolongación de jornada.

Tanto la Consejería de Sanidad como el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, vienen reconociendo que existe un problema, pero defienden que es el mismo que en otras comunidades autónomas, y lo atribuyen a dos motivos: un aumento de la demanda derivada del envejecimiento de la población y el incremento de la cronicidad, y la escasez de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria.

La Xunta dice que el problema es generalizado y lo achaca a dos factores: aumento de la demanda y déficit de médicos

No obstante, ha habido respuesta, y el pasado jueves se presentó un borrador en la reunión semanal del Ejecutivo en el que se ofrecía una nueva modalidad de contrato estable a los MIR de Familia que terminan su residencia el próximo mayo, y poder fidelizar así a esa nueva promoción. El nuevo contrato, que también se ofertará a los médicos que ya trabajan para el sistema, tiene una duración de un año, susceptible de prorrogarse hasta un máximo de tres.

Grupos de trabajo

Otro movimiento ha sido crear grupos de trabajo para buscar soluciones y reordenar el primer nivel asistencial. Estas mesas ya han esbozado algunas medidas: rebajar la carga administrativa de la consulta del médico, abrir y homogeneizar las pruebas complementarias que se pueden pedir, que los médicos puedan gestionar sus agendas, revisar y remunerar adecuadamente las prolongaciones de jornada e implantar triaje para las consultas sin cita.
Pero no es suficiente para aplacar la rebelión. Colegios de médicos, sociedades científicas de primaria, sindicatos, los jefes dimisionarios y muchos profesionales no quieren más promesas. Exigen al Servicio Gallego de Salud (Sergas) que pase a la acción con medidas efectivas e inmediatas: más dinero y más personal.

Los jefes dimisionarios reclaman al consejero un calendario presupuestario que “año tras año empodere al primer nivel”

De hecho, los jefes de servicio de Vigo no participan en estos grupos: “Los cajones de la consejería están llenos de ideas para hacer”, arguye Luciano Garnelo. Mantendrán una reunión con el consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, esta misma semana y reclamarán un calendario presupuestario que, “año tras año”, empodere a la primaria y eleve el presupuesto actual, que cifran en el 12% del gasto sanitario gallego, hasta el 20%, además de una “oferta inmediata de contratos dignos”. En una segunda fase, plantearán la reordenación del nivel, con más competencias para los jefes de servicio, de manera que puedan decidir sobre la cobertura de las ausencias, la gestión de las agendas o la dotación de material.

Reacciones profesionales

El presidente del Consejo Gallego de Colegios de Médicos, José Luis Jiménez, coincide en que los problemas están bien identificados: “No entiendo qué hay que volver a debatir. Hay que poner más dinero, que los médicos tengan tiempo, los jefes más autonomía, que primaria pueda pedir todas las pruebas, que haya más plazas y que los cupos se adapten a la morbilidad”. Son algunas de las conclusiones a las que llegaron otros grupos de trabajo que hace unos meses formaron colegios y sociedades científicas, “y que no se han llevado a cabo”, asegura el presidente colegial.

Colegios, sociedades, sindicatos, jefes dimisionarios y profesionales coinciden en dos ideas: más dinero y más personal

“Es un déjà vu”, argumenta el presidente de Agamfec (Semfyc en Galicia), Jesús Sueiro, para quien los recortes por la crisis se han evidenciado más en primaria, creciendo la brecha de financiación entre el primer nivel y la atención hospitalaria. “Se venía venir; se ha maltratado al personal y muchos médicos se han ido”, dice Antonio Otero, de CESM-Galicia. Ambos confirman que “las espadas siguen en alto”, hasta que, de verdad, se produzca un cambio de rumbo.

María Xosé Abuín, del sindicato CIG-Salud, añade otro factor como desencadenante de la crisis, que es la consolidación de un modelo hospitalocentrista, favorecido por la creación de las estructuras organizativas de gestión integrada. Abuín asegura que son las administraciones las responsables de la escasez de médicos, “por no ver sus propios datos y no adoptar medidas a tiempo”.

El mismo diagnóstico hace la Asociación Gallega para la Defensa de la Sanidad Pública. Su portavoz, Manuel Martín, denuncia que el hospital “impone a los médicos de primaria sus directrices y decisiones, incluso con la derivación”.

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