La estrategia para la desescalada se basa en el refuerzo de atención primaria, a la que, según el protocolo hecho público por el Ministerio de Sanidad el pasado 4 de mayo, "se garantizará la capacidad diagnóstica y el manejo de casos en ese nivel con el material necesario", incluidas PCR y equipos de protección personal. Pues bien, ni lo uno ni lo otro, según una encuesta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Sólo el 13,1% de los médicos de Familia que han contestado al sondeo de SEMG asegura tener un acceso ilimitado a las pruebas PCR -uno de los pilares básicos de la estrategia ministerial-, con las consiguientes dificultades que esa restricción tiene para la rápida detección y aislamiento de nuevos contagios. Y si la respuesta diagnóstica nace lastrada, la protección de los profesionales también es más teórica que real: sólo la mitad de los encuestados (51,6%) dice tener acceso a un EPI completo, y hasta un 24% asegura que en su zona sanitaria no se ha hecho test de detección de la enfermedad a ningún médico.
La encuesta, en la que han participado 1.210 profesionales de las 17 autonomías (el 90% médicos y MIR de Familia), se cumplimentó entre el 24 de abril y el 6 de mayo, y es la segunda oleada de un sondeo que la SEMG ha lanzado entre sus socios para calibrar cómo afrontan la pandemia. La primera oleada se hizo entre el 10 y el 14 de marzo.
Lo verdaderamente alarmante de esta foto fija es que se cerró apenas cinco días antes de que el pasado lunes hasta 11 autonomías completas pasasen a la fase 1 de la desescalada y, en teoría, tuviesen que dotar a sus respectivas primarias de los medios diagnósticos precisos para asumir el papel nuclear que la estrategia ministerial les reserva.
Pues bien, si la PCR es clave, hasta un 29,7% de los encuestados aseguraba el 6 de mayo que no tenía acceso a ella; un 58,3% podía disponer de PCR, pero "con muchas restricciones", y sólo ese 13,1% de los médicos de Familia podía hacer PCR "sin limitaciones, siempre que fuera necesaria". ¿Cómo es posible revertir esos porcentajes en apenas 5 días y dotar a la primaria de esas 11 autonomías de la capacidad diagnóstica precisa? La respuesta de Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la SEMG, es diáfana: no es posible.
"Con un margen de tiempo tan estrecho, ese déficit sólo se puede solventar improvisando, que es lo que me temo que están haciendo la mayoría de los compañeros. Hay muchos protocolos -por cierto, todos ellos muy cambiantes y heterogéneos por autonomías-, pero nadie da instrucciones claras y precisas; entre otras cosas, porque para darlas hacen falta recursos y medios".
El propio presidente de la SEMG, Antonio Fernández-Pro Ledesma, médico de Familia en el Área de Salud de Toledo, es uno de los facultativos que forma parte de ese 58,3% de profesionales con acceso restringido a la PCR: "El hospital de referencia tiene acceso a un número limitado de test al día, y con esos es con los que tenemos que trabajar. Ahora bien, es posible que en unos días esa capacidad se amplíe, porque nosotros seguimos en fase 0".
En cualquier caso Fernández-Pro tiene claro que "con restricciones, no se puede hacer lo que, en teoría, primaria debe hacer. No estamos hablando sólo de un diagnóstico precoz y rápido, en menos de 24 horas, estamos hablando de que ese diagnóstico es la base inicial de todo un protocolo de aislamiento, seguimiento y rastreo de posibles nuevos contagios entre los contactos del paciente. Estamos hablando, en definitiva, de la piedra angular de la estrategia".
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