Es una persona trabajadora e inteligente. Es médica y doctora en Economía por la Universidad de Granada. Tiene el Máster en Salud Pública y Gestión Sanitaria de la Escuela Andaluza de Salud Pública (@EASPsalud) y fue alumna mía en Granada. Tiene otro Máster en Economía de la Salud y el Medicamento por la Universitat Pompeu Fabra y además un diploma en especialización en género y salud realizado en la propia EASP. Antes de su último puesto de epidemióloga, fue gerente de las Áreas de Gestión Sanitaria Sur de Córdoba y Sur de Sevilla del Servicio Andaluz de Salud. Es una gran persona.
En una amplia conversación que hicimos en el mes de mayo en el marco de las entrevistas que hacía en Gaceta Sanitaria, salieron algunas de las ideas que voy a contar sobre ella:
“Más en lo local y en la práctica en el día a día: Ojalá me hubiera ahorrado esta experiencia. Lo pensamos todos. Se aprenden muchas cosas. En el distrito sanitario donde trabajo hemos tenido una experiencia bonita de trabajo en las residencias, con el equipo multidisciplinar, de los dos niveles, de los tres niveles, y ha sido bonito trabajar en vigilancia codo con codo con las enfermeras gestoras de casos en residencias medicalizadas, con los profesionales del centro de salud y con los internistas del hospital. Ha sido un trabajo enriquecedor. Me ha aportado mucho”.
Y aparecen palabras mágicas como la humildad o la honestidad en su vocabulario:
“En el nivel más global. La necesidad de que seamos humildes, honestos y más que nunca que seamos conscientes de lo que nos necesitamos los unos a otros. Esto no es ninguna competencia. Obligatoriamente tenemos que ir todos bien. Si no vamos todos bien, si no avanzamos juntos, en un par de meses o tres estaremos de nuevo todos mal”.
Pero ella hablaba desde su posición de epidemióloga en un distrito de atención primaria de Sevilla y decía:
“Los estudios de contactos se hacen desde epidemiología, pero en coordinación con los centros de atención primaria. ¿Qué es lo que pasa aquí? Que este reto es distinto y nuevo. El volumen de casos que vamos a manejar y la forma pueden diferir bastante de cómo nos enfrentamos a otros tipos de enfermedades de declaración obligatoria. Conforme avance la desescalada, los estudios de contactos volverán a tener la complejidad de las personas con una vida social normalizada. Esto es un proceso que lógicamente va a consumir muchos recursos, pero que son recursos necesarios, probablemente ahora la única salida. No es fácil preguntarle a la gente por su vida, ni con quién se relaciona ni pedirle que nos diga la verdad”.
Con este apunte que conoce bien de los estudios de contactos, tan importantes y necesarios ahora mismo, plantea:
“Hay que reforzar las dos cosas, tanto la atención primaria como la red de salud pública. En este momento es clave y en el futuro lo seguirá siendo. Ahora estamos intentando controlar una enfemedad, nos va a llevar muchos meses este trabajo. Pero también habrá que empezar a vigilar otros problemas de salud pública que surjan a partir de aquí”.
Y comenta la necesidad de evaluar, de conocer que ha pasado, de saber sobre las desigualdades generadas:
“Llegará el momento de vigilar las consecuencias de la pandemia en la crisis económica y las consecuencias de esa crisis en el posible incremento de las desigualdades sociales en salud. Cuál va a ser el impacto en las desigualdades de género...".
Por último, habla de la Agencia de Salud Pública como una necesidad real:
“Agencia estatal u otro nombre. Da igual el color del gato, lo importante es que cace ratones. Lo que sí está claro es que hace falta mejorar la gobernanza. No puede ser que hayamos llegado en un determinado momento a aportar datos diferentes y a medir las cosas de manera diferente”.
Junto con esta conversación, estuve hablando con ella para preparar su intervención en el Congreso de la Escuela de Pacientes que hicimos a finales de junio. En este congreso, Sílvia participó como ponente. Y contó cosas muy importantes para que los/as pacientes tuvieran los elementos para poder llevar la mejor de las desescaladas, junto a Patrícia Ramírez y Boticaria García. Mucho contaron y muy útil para muchos pacientes.
Suerte Silvia, cómo nueva Secretaria de Estado de Sanidad en un Ministerio difícil en una situación compleja.
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