Andrea Gila, de 25 años, es enfermera e investigadora a tiempo completo. Lleva casi dos años formando parte de un proyecto multidisciplinar, que además es su tesis doctoral, en el Programa de Doctorado de Farmacología y Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Su objetivo es terminar su tesis -que está centrada en la lactancia y la salud de los recién nacidos prematuros- antes de octubre de 2021, pero hay dificultades para financiar el proyecto y se ha recurrido a una campaña de crowdfunding a través del Programa Precipita, de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
![Andrea Gila, enfermera e investigadora a tiempo completo, pide 'limosna' para terminar su tesis doctoral.](https://statics-diariomedico.uecdn.es/cms/2020-08/Foto%20limosna.jpg)
Hace unas semanas se le ocurrió publicar una foto que ha causado cierto revuelo en las redes sociales para denunciar públicamente la precariedad a la que están sometidos muchos investigadores de este país, especialmente los jóvenes, pero no ha surtido el efecto deseado y todavía necesita 4.600 euros para financiar su tesis.
-PREGUNTA: En la foto aparece con un cartel en el que pide limosna para terminar su tesis doctoral. ¿Cuánto dinero necesita y por qué decidió apostar por el crowdfunding?
-RESPUESTA: Después de pedir y ser rechazados en todas las becas para financiar tanto el proyecto como a mí, decidimos recurrir a una plataforma de crowdfunding que pertenece al Ministerio de Ciencia e Innovación y a la Fecyt. El mínimo que necesitamos para poder empezar el análisis de las muestras es de 3.000 euros, y lo óptimo para poder llevar a cabo el proyecto previsto es de 10.000 euros. Actualmente hemos conseguido 5.400 euros a través de la donación de amigos y familiares principalmente.
La foto con un cartel en el que pido una limosna para poder terminar mi tesis doctoral es la estrategia que mejor ha funcionado en redes sociales, ya que conseguimos alrededor de 500 euros en un día y mucha difusión.
-P: ¿Cuáles han sido las reacciones tras tu petición de ayuda por parte del Ministerio de Sanidad, consejerías y compañeros sanitarios?
-R: El mayor impacto ha sido en personas cercanas. Me ha impresionado comprobar que tengo amigos y familiares que están comprometidos con la ciencia y que creen y confían en mí y en mi trabajo.
También he recibido mucho apoyo a través de redes sociales de compañeros de profesión, profesionales de enfermería y personas anónimas que creen que un país que no invierte en ciencia es un país abocado al estancamiento económico y social.
-P: ¿Y las becas para investigar?
-R: La inversión en ciencia es muy escasa, por lo que hay pocas becas para poder hacer el doctorado y financiar proyectos de investigación. La mayoría de las becas son de excelencia, ya que se rigen por la nota media del grado. Al haber tan pocas becas, solo aquellos que tienen una nota por encima del 8,5 pueden competir. El problema es que cuando entras en la universidad con 18 años no siempre tienes claro que quieres hacer un doctorado, sino que lo decides al final de tu formación cuando ya no tienes posibilidad de mejorar la nota. Esta situación supone que una nota media de 7,75 como la mía haya pasado de ser un notable a una nota mediocre.
Como enfermera he aportado una visión más social al proyecto, centrándolo en realizar intervenciones a las madres lactantes para mejorar su salud y las de sus recién nacidos
Un país que no invierte en ciencia está abocado a depender de sectores como el turismo, la agricultura o la ganadería, que aun siendo muy beneficiosos, son finitos. Sin embargo, si España apoyase económicamente a los investigadores e invirtiese en I+D a largo plazo, podríamos competir con las grandes potencias europeas y mundiales.
España tiene una mentalidad cortoplacista. Se invierte lo justo para ver resultados en 4 años, y la ciencia no entiende de inversiones puntuales, sino que la inversión en ciencia debe estar protegida para que no cambie con las legislaturas y ser prolongada en el tiempo.
-P: En España son pocas las enfermeras que investigan, ¿a qué crees que se debe?
-R: Sin duda, las enfermeras que investigan se cuentan con los dedos de una mano. En mi opinión, principalmente hay dos problemas: en la universidad apenas te hablan de que existe esta salida y las enfermeras que quieren investigar encuentran grandes obstáculos para poder financiar sus proyectos.
Aun así, es posible compaginar la asistencia con la investigación. Existen doctorados a media jornada o la posibilidad de formar parte de proyectos ya existentes. Lo que está claro es que enfermería necesita enfermeras que investiguen. Somos las únicas capaces de hacer que la profesión avance.
"Actualmente hemos conseguido 5.400 euros a través de la donación de amigos y familiares principalmente"
El EIR está pensado para aquellos profesionales que quieren especializarse en un ámbito concreto de la enfermería asistencial. Es una buena opción para acceder al doctorado ya que también acaban con formación investigadora. Sin embargo, el EIR no está entre mis planes formativos, ya que la asistencia no es una de mis prioridades profesionales.
Me encantaría decir que en unos años me veo compaginando la docencia en la universidad con la investigación. Sin embargo, no descarto tener que emigrar para que mi trabajo y mi formación sean reconocidos profesional y económicamente.
-P: ¿Por qué decidió hacer el doctorado?
-R: Estudié en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) por su excelencia, localización y por los hospitales adscritos que tiene. En mitad de la carrera me di cuenta de que la asistencia no era lo mío. No iba con la misma ilusión que mis compañeros al hospital, perdí la motivación y me empecé a frustrar porque pensaba que haciendo enfermería solo podía dedicarme a la asistencia.
Como me gustaba mucho la nutrición decidí hacer un máster en la Universidad de Navarra sobre alimentación, nutrición y metabolismo, con el fin de aumentar mis conocimientos y poder aplicarlos en mi práctica clínica. Mi sorpresa fue que descubrí el mundo de la investigación y la gran labor como enfermera que podría desempeñar.
“No descarto tener que emigrar para que mi trabajo y mi formación sean reconocidos profesional y económicamente”
Fue entonces cuando contacté con mis tutores del TFG, en el cual hice una revisión bibliográfica sobre los efectos adversos que tiene la comida basura durante la gestación en la salud de la descendencia. Quería investigar y el primer paso era hacer el doctorado. Me embarqué en un proyecto que combinaba mi pasión por la nutrición con mis estudios de enfermería.
-P: ¿En qué consiste su tesis?
-R: Está centrada en la lactancia y la salud de los recién nacidos prematuros. Es un proyecto en el que pretendemos analizar la composición de la leche materna (centrándonos en compuestos bioactivos) y ver las diferencias que hay entre la leche de una madre cuyo parto ha tenido lugar de forma prematura y a término. Además, ver cómo influyen distintos factores como la edad materna, la alimentación, la composición corporal o el estrés en la composición de esa leche. De esta forma, se podrían llevar a cabo intervenciones con esas madres lactantes para aumentar la cantidad de compuestos bioactivos de su leche y que esto beneficie al recién nacido, especialmente a los prematuros.
-P: ¿Cómo surgió la idea?
-R: El grupo de investigación FOSCH (Food, Oxidative Stress and Cardiovascular Health), al que pertenezco a raíz de hacer la tesis, tenía una línea de salud perinatal. Tienen mucha experiencia en programación fetal y estrés oxidativo en animales. Sin embargo, aunque también trabajo con líneas animales, prefería centrar mi carrera investigadora en humanos, ya que mi aportación iba a ser mayor.
El principal problema del proyecto es la falta de financiación para comprar los reactivos necesarios para realizar los análisis
La idea fue una combinación de las ideas del grupo y de su línea de investigación perinatal con mis conocimientos y mi formación en enfermería y nutrición. Tras reunirnos con el Jefe de Servicio de Neonatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid pudimos diseñar el proyecto y ponerlo en marcha.
-P: ¿Cuál es su papel en el proyecto de investigación del que forma parte? ¿Qué otros perfiles profesionales hay?
-R: En el proyecto no estoy sola. Somos un grupo multidisciplinar formado por Silvia M. Arribas y David Ramiro (fisiólogos) de la UAM y Harvard; Mª Ángeles Martín Cabrejas (química de alimentos) del Instituto de Ciencias de la Alimentación UAM-CSIC; Gloria Herranz (neonatóloga) del HCSC, y yo. La única forma de que un proyecto con tantos factores implicados salga adelante es mediante el trabajo en equipo y la colaboración de profesionales de distintas áreas de conocimiento.
En este proyecto me encargo de recoger las muestras de leche y los cuestionarios de las madres lactantes, realizar los ensayos bioquímicos de las muestras y analizar los resultados. Como enfermera he aportado una visión más social al proyecto, centrándolo en realizar intervenciones a las madres lactantes para mejorar su salud y las de sus recién nacidos, es decir, educación y promoción de la salud.
-P: ¿En qué fase se encuentra el proyecto y cuáles son sus principales obstáculos?
-R: A principios de agosto dimos por concluido el reclutamiento de muestras en el hospital. Se han recogido un total de 150 muestras de leche materna a los días 7, 14 y 28 posparto. El siguiente paso es analizar las muestras de leche y medir diferentes compuestos bioactivos en ella, especialmente los antioxidantes. El principal problema que nos encontramos es la falta de financiación para poder comprar los reactivos necesarios para realizar dichos análisis.
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