En un intento de evitar los problemas de incumplimiento terapéutico que comportan muchas formas de politerapia, se ha propuesto, para prevenir el infarto de miocardio y el infarto cerebral, una asociación en dosis fijas que combina en una sola pastilla tres principios activos (un IECA, un hipocolesterolemiante como la simvastatina y un antiagregante plaquetario como el ácido acetilsalicílico [AAS]), cuatro principios activos (dos antihipertensores, simvastatina y AAS) o incluso cinco principios activos (tres antihipertensores, simvastatina y AAS). Para darle nombre, en inglés lo tienen fácil: polypill; pero ¿y en español?
El primer impulso es decir polipíldora, puesto que el inglés pill corresponde en español a ‘píldora’, ¿o no? Pues no; o, mejor dicho, «sí y no». Como les explicaba aquí mismo la semana pasada, pill puede corresponder a la forma galénica que en español llamamos ‘píldora’ (medicamento en forma de bolita), pero estas píldoras tradicionales no se ven ya apenas en las farmacias, no se usan ya apenas en la medicina actual, y es rarísimo encontrar pill en inglés con este sentido. En el inglés de hoy, lo habitual es que pill haga referencia a cualquier medicina o medicamento administrado por vía oral en formulación sólida; más o menos, pues, a lo que en español coloquial llamamos ‘pastilla’.
Eso nos daría polipastilla como traducción de polypill, pero tiene el inconveniente no solo de la polisemia que arrastra del inglés original (‘pastilla’ puede corresponder a diversas formas galénicas, principalmente comprimidos y cápsulas), sino también de que resulta chocante dentro de un texto especializado en español (no así en inglés, donde pill sobrepasa el habla coloquial de los pacientes y se extiende al registro culto y especializado).
Mejor sería buscarle un nombre más específico, preciso y claro: policomprimido, por ejemplo, o policápsula, según la forma galénica concreta de que se trate. Que es bien fácil de determinar, por cierto: siempre que he pedido a un cardiólogo que me muestre una polypill, lo que me ha enseñado era claramente una cápsula. Una cápsula, cierto es, algo especial (no con un solo principio activo, sino con una combinación de tres o más principios activos en dosis fijas), pero una cápsula al fin y al cabo. La cuestión, pues, está bien clara para mí: las polypills de uso en cardiología, hoy por hoy, son claramente policápsulas, y así deberíamos llamarlas. Otra cosa será, claro, el día en que se comercialicen polypills en forma de policomprimido; mientras ese día no llegue, polypill es policápsula. La primera, Trinomia, de los Laboratorios Ferrer se anuncia «tres protectores cardiovasculares en una sola cápsula».
Fernando A. Navarro
Columna extractada del «Viaje al corazón de las palabras» de Revista Española de Cardiología (2017)
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