El comienzo de curso ya está aquí. Los gobiernos -ya sean los autonómicos o el Estatal- deben ponerse manos a la obra para aprobar unos presupuestos que cuadren. Si es que el objetivo es ese: que los presupuestos cuadren. Pues bien, en el apartado de gasto sanitario, que dentro del presupuesto autonómico se lleva entorno a un tercio del total, suele quedarse escaso.
Virginia García Hurtado es la secretaria general de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Llegó a este puesto en enero de 2021 después de 13 años de experiencia auditando organismos públicos.
Sus palabras al hablar del gasto sanitario delatan asombro y unas ganas contenidas de decir más cosas de las que su cargo -intuyen- le permiten. "Tenemos un presupuesto ficticio en el sistema sanitario como consecuencia de que tenemos una sanidad de una calidad excepcional. Pero todo cuesta dinero. Las prestaciones de la sanidad pública mejoran continuamente y ello implica, con carácter general, un crecimiento de costes".
García Hurtado lleva tiempo auditando y quizás por eso no puede dejar de destacar ese desfase entre el gasto previsto y el real que se produce en la partida dedicada a Sanidad.
Pregunta: ¿Cree que eso ocurre solo en Sanidad?
Respuesta: "Desde mi experiencia de 13 años auditando organismos del sector público, no he visto los desajustes que hay en el ámbito sanitario. Creo, por ejemplo, que si a un servicio de salud se le dota de financiación adicional para nuevas prestaciones estas quedan automáticamente consolidadas. La peculiaridad de los sistemas sanitarios radica en que la oferta siempre es absorbida por la demanda"
"Hay cuestiones sobrevenidas y también hay un interés de mejora, claro, y todo eso cuesta dinero"
P.: No cree que habría un límite...
R.: "Hasta ahora es difícil cuantificar el gasto real que hay en Sanidad. Creo que cuando estamos con el presupuesto en Sanidad siempre oímos que no es suficiente, porque puede haber situaciones imprevistas como una pandemia o gastos derivados de las mejora tecnológicas o de la aparición de nuevos fármacos y tratamientos .Hay cuestiones sobrevenidas y también hay un interés de mejora, claro, y todo eso implica un gasto que resulta preciso priorizar".
P.: Entonces, ¿es que no hay límite?
R.: "La sanidad pública, que todo el mundo pone en valor, parece que necesariamente genera un gasto ilimitado. Pero debe tener un tope, porque el presupuesto, por definición, es limitado. Si todo el gasto se medicaliza, dejamos de invertir en otra partidas como en educación, medio ambiente, vivienda, que a su vez también contribuyen como determinantes a la mejora de la salud de la población".
P.: Pero es admisible que dentro de la apuesta de un gobierno la Sanidad sea, vamos a decir, su mejor baza.
R.: "Sí, pero sabiendo, además, que el dinero público es limitado. Ese límite supone que tomemos, primero, conciencia. Deberíamos fijar unos compromisos previos y reales y no movernos de ahí. El presupuestos es la plasmación económica del programa político de un gobierno. Dicho esto, debemos apostar por procurar aproximar el gasto real y el gasto presupuestado. Para ello, es probable que haya que acudir a marcos plurianuales y compromisos reales que resulten cumplidos por los gestores".
"Los presupuestos son el programa político de un gobierno"
P.: ¿Qué se podría hacer en el diseño de esos presupuestos de sanidad para acercarlos a la realidad?
R: "Es una conjugación de varios factores. Hay que escuchar fundamentalmente a gestores y profesionales, que son los técnicos que desarrollan el trabajo. Debemos priorizar el gasto que genera valor. Es necesario un análisis profundo de lo que necesitan los servicios de salud. Todo ello teniendo en cuenta que es difícil ajustarse. La cuestión también es saber hasta dónde queremos mejorar".
P.: ¿Cómo se establece ese tope en la cartera de servicio o en la mejora de la atención sanitaria?
R.: "Cuando tienes cubiertas las necesidades básicas siempre quieres una mejora. Por otro lado, la gente debería saber que la sanidad cuesta y que cuesta mucho. Tal vez falte formar e informar al ciudadano. La Sanidad que tenemos cuesta más de lo que reflejan los presupuestos, por lo que recetas a explorar son la priorización de los gastos coste-efectivos y la configuración de marcos plurianuales de financiación".
Con estas palabras, García Hurtado denuncia un mal tan habitual en los presupuestos dedicado a sanidad que empieza a no reconocerse como una patología. Y confiesa: "Un día un médico me dijo: prefiero incurrir en una responsabilidad contable que en una responsabilidad penal".
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