El escocés Alexander Garden (1730-1791) estudió medicina en las universidades de Aberdeen y Edimburgo, donde uno de sus profesores, Charles Alston, botánico y conservador del Real Jardín Botánico de Edimburgo, despertó su pasión por las plantas medicinales y la botánica en general. Al acabar la carrera, emigró a Carolina del Sur y se asentó en Charles Town (hoy Charleston) para ejercer la medicina. Tras las muchas horas diarias de ejercicio profesional en el consultorio, dedicaba su tiempo libre a cultivar su pasión: el estudio de la historia natural, de las nuevas plantas y animales que un día sí y otro también le llamaban la atención en Norteamérica. Sin científicos locales con los que compartir su pasión, mantuvo una intensa correspondencia con naturalistas europeos como el sueco Carlos Linneo y el londinense John Ellis, a quien estuvo enviando durante decenios ejemplares de aves, reptiles, anfibios, peces y plantas, muchas plantas desconocidas hasta entonces.
La que hoy lleva su nombre, sin embargo, no es ninguna de las plantas enviadas por Garden a Europa; de hecho, ni siquiera procedía de Norteamérica. En reconocimiento a la labor de su colega de Charles Town, el botánico John Ellis decidió bautizar Gardenia, en un artículo que publicó en las Philosophical Transactions of the Royal Society (1761), una nueva planta traída de la India, de hermosas y aromáticas flores blancas. Nueva para los botánicos europeos del siglo XVIII, pero cultivada en la China desde hacía mil años, y hoy símbolo de la gracia femenina. «Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir “te quiero, te adoro”…» dejó escrito para siempre en 1945, con ritmo dulce de bolero, la cubana Isolina Carrillo.
Fernando A. Navarro
Las gardenias, símbolo de la gracia femenina, llevan el nombre de un antiguo médico escocés. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/rmVyGZi
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