Paloma Martínez Serrano, matrona del Centro de Salud Gregorio Marañón de Alcorcón (Madrid), es la investigadora principal de la tesis doctoral Morir antes de nacer. Experiencias de madres, padres y profesionales ante la situación de muerte fetal tardía, que ha obtenido uno de los galardones de los II Premios de Investigación del Consejo General de Enfermería II Premios en la categoría de Tesis Doctoral.
Empezó a fraguar la idea al realizar el TFM del Máster de Investigación en Cuidados en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en 2010, aunque más adelante mejoró el protocolo de investigación. "En ese momento me parecía importante, no solo profundizar en el tema, sino dar visibilidad a una situación no muy conocida socialmente y con importantes carencias en la asistencia y acompañamiento", explica.
Reconoce que ha elegido este tema porque la muerte fetal tardía es un hecho que no es frecuente y que no ha sido suficientemente investigado en nuestro entorno. De hecho, dice que la mayor parte de las referencias que hay son del medio anglosajón, donde el papel del padre está muy poco reflejado y siempre de forma indirecta a través de la madre.
"Los datos recogidos en el INE informan de una prevalencia en torno a 1.000 casos al año cuando hablamos de muerte fetal tardía (muertes en edad gestacional mayor de 28 semanas). En este punto me parece importante enfatizar que los resultados obtenidos en la tesis permiten considerar que la experiencia de las madres y padres ante una pérdida gestacional, y por tanto sus necesidades o acciones que facilitan la elaboración del duelo, no difieren en función de la edad gestacional. Cuando hablamos de pérdidas del primer y segundo trimestre, encontramos situaciones comunes y trasversales al proceso que requieren de la misma consideración y cuidado. Algunas de estas situaciones son la comunicación de la noticia, el manejo de la información, el trato respetuoso y empático o el apoyo a las decisiones de los padres. Por tanto, los cuidados durante el parto y tras el nacimiento deben ser similares independientemente de la edad gestacional, favoreciendo que sean los padres, con el apoyo del profesional, quien tome las decisiones sobre el proceso", asegura Martínez Serrano.
Añade que, si se parte de esta visión más amplia de la pérdida gestacional, se dimensiona la prevalencia. "El INE solo contempla las pérdidas mayores a 22 semanas de gestación, por lo que no podemos saber la dimensión real de los casos desde el primer trimestre".
Dos objetivos
Los objetivos de la tesis -que está publicada en el repositorio de la Universidad Jaume I, uno de los artículos que exponen los resultados está publicado en la revista Metas de Enfermería y otros dos en la revista Midwifery- son describir la experiencia de la madre y el padre en la atención recibida durante el proceso de parto en la muerte fetal tardía, así como la experiencia de los profesionales, concretamente matronas y auxiliares de enfermería, en la atención al parto en estos casos.
"Para ello, se analizó la evidencia disponible referente a la vivencia de madres, padres y profesionales y se llevaron a cabo dos trabajos de campo. En uno de ellos, mediante entrevistas en profundidad realizadas a madres y padres, se planteó conocer las acciones facilitadoras y no facilitadoras percibidas por los mismos en la atención en el proceso de parto, así como conocer sus necesidades. El otro trabajo de campo se realizó con matronas y auxiliares de enfermería a través de grupos de discusión, con el fin de identificar las principales necesidades y limitaciones percibidas al atender este tipo de procesos".
Los profesionales reconocen que centran el cuidado en la mujer, a pesar de entender que el padre también sufre la pérdida
En su opinión, conocer la experiencia en profundidad de los padres permite una planificación de cuidados que dé respuesta a sus necesidades. Y al conocer las limitaciones de los profesionales, "podemos realizar estrategias para un mejor afrontamiento de estos casos, lo que repercute directamente en la calidad de los cuidados".
Resultados
En relación a los resultados, Martínez Serrano explica que es importante destacar que las madres y padres "consideran clave una atención empática, sensible y humana, donde se reconozca su maternidad y paternidad, y donde perciban que su hijo es tratado con respeto y humanidad".
Se trata de hacer real la pérdida que sufren y la existencia de sus hijos. "Por ello es importante la creación de recuerdos y proporcionar una despedida donde se incluya a la familia. Para ello, el profesional que atiende este proceso debe informar, asesorar, guiar y apoyar a las madres y padres en la toma de estas decisiones, generando así una relación de confianza, y permitiéndoles una mayor situación de control. Este acompañamiento facilitará a los padres iniciar un proceso de duelo saludable".
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