Las ladillas o pediculosis púbica han acompañado al hombre desde hace miles y miles de años. Aunque ha sido un problema de salud pública en determinados en diferentes épocas, en la actualidad no es una infección de transmisión sexual frecuente.
Los farmacéuticos Raquel Carnero Gómez y Luis Marcos Nogales autores del libro Lo que no te esperas del sexo. Una cita con las infecciones de transmisión sexual (ITS), de Menoscuarto Ediciones, afirman en su libro que en Reino Unido la incidencia bajó un 90% entre los años 2003 y 2013.
"Y en España la situación es parecida", añaden. Eso sí, advierten de que como "no es una infección de declaración obligatoria no hay datos precisos y los casos que se han visto son contados". El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC), que incluye las ladillas en el apartado de los piojos, tampoco proporciona datos epidemiológicos concretos.
"Da la sensación de que las ladillas están desapareciendo de los países de nuestro entorno. Las pocas personas infestadas no suelen comentarlo. La vergüenza afecta mucho a las estadísticas de las ITS", explican.
Por si llegara algún caso a la farmacia, no está de más saber qué consejos dar y cómo explicar el tratamiento que deben seguir, pues, como indican ambos expertos, es importante tratar lo antes posible para evitar complicaciones. Por ello, en esta novena entrega de Un verano sin ITS, que publica CF de la mano de Carnero y Nogales, ofrecemos información práctica sobre causas, tratamientos y prevención de contagios por ladillas.
¿Qué parasito ocasiona la ladillas?
La infección por ladillas, también conocida como pediculosis púbica, es causada por pequeños parásitos llamados Phthirus pubis.
"Las liendres de las ladillas son huevos pequeños, ovalados y de color blanco o amarillento, que se adhieren a la base del vello púbico. Después de aproximadamente una semana, las liendres eclosionan y liberan ninfas. Estas ninfas se desarrollan en adultos en unos 7-10 días", relatan los farmacéuticos.
Estos piojos, añaden, se encuentran, principalmente, en la región genital, aunque también pueden infestar otras áreas con vello grueso, como las axilas, el pecho y, en casos menos frecuentes, en la cara en pestañas y cejas.
"Las ladillas se transmiten, principalmente, a través del contacto sexual, pero también pueden propagarse al compartir ropa, sábanas o toallas con una persona infestada", recuerdan.
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