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sábado, 7 de septiembre de 2024

Cabras y tuberculosis en Almería: cómo un estudio 'One Health' descubrió la bacteria responsable de casos en los últimos 20 años

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
rocio.rodriguez
Sáb, 07/09/2024 - 08:48
Premio europeo Hugo David

Llevamos años escuchando el concepto One Health para poner nombre, por aquello de usar siempre anglicismos para renombrar cosas de toda la vida, a algo que sabemos ancestralmente, aunque la vida moderna nos haya ido haciendo olvidarlo: que la salud humana y la animal son interdependientes y se vinculan a los ecosistemas en los que coexisten. En la práctica por desgracia, a pesar de haberlo vivido en carnes propias con la covid, es muy difícil encontrar implementadas políticas One Health, pero un trabajo de este tipo realizado por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón es lo que ha permitido resolver el misterio de un brote de tuberculosis en Almería.

El caso tiene todos los ingredientes para una serie de Netflix: misterio, investigación, una familia afectada por tuberculosis y... una granja de cabras. Y de fondo, la pandemia, que lo hacía todo más complicado. Pero el proyecto en el que se enmarca esta investigación concreta arrancó hace más de 20 años. Se trata de un trabajo colaborativo entre el Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, la Unidad de Gestión de Laboratorios del Complejo Hospitalario Torrecárdenas (Almería) y el grupo de epidemiólogos de esa provincia.

"Llevamos alrededor de 20 años colaborando con microbiólogos y epidemiólogos de Almería. ¿Por qué esta ciudad? Porque allí las tasas de tuberculosis son más altas que las del promedio del país y porque tienen una problemática específica en relación a los movimientos poblacionales. Llevamos 20 años aplicando análisis genómico para entender un poco mejor cómo se transmite la tuberculosis en ese tipo de poblaciones complejas. Son esos mismos estudios genómicos que usamos en pandemia para ver las variantes que circulaban y cuándo entraban, pues esta misma filosofía la llevamos aplicando mucho tiempo con la tuberculosis", explica Darío García de Viedma, coordinador, junto con Laura Pérez García, del laboratorio de Genómica Microbiana del citado Servicio de Microbiología del Hospital Gregorio Marañón.

Tuberculosis por 'M. caprae'

Dentro de este programa de vigilancia genómica, surgió una transmisión en un entorno domiciliario que despertó las alarmas y es la historia que centra este reportaje. "Íbamos a estudiarlo como cualquier brote, pero el análisis genómico desveló algo que no esperábamos y es que no estaban infectados por Mycobacterium tuberculosis, la bacteria más frecuentemente asociada a esta enfermedad en humanos, sino por Mycobacterium caprae que, como su nombre indica, es una bacteria que normalmente infecta a cabras, a otro ganado y también a fauna salvaje", cuenta García de Viedma.

Según el especialista, esta sutil diferencia en realidad es importantísima ya que esta micobacteria de origen zoonótico no se transmite entre humanos y el descubrimiento obligaba a un replanteamiento del caso. Para empezar, no se había sospechado nada porque Mycobacterium caprae, que podría decirse que es prima de Mycobacterium tuberculosis, no se identifica de forma rutinaria a nivel de especie ya que carece de características clínicas específicas de presentación y en un laboratorio no se suele llegar a ese nivel de especificidad, salvo que se haga secuenciación del genoma completo (WGS), como se realiza hace años en el Marañón.

La tuberculosis generada por M. tuberculosis y la generada por M. caprae en humanos es muy parecida clínicamente y se trata de la misma forma, pero epidemiológicamente sí hay diferencia y esa es la importancia del hallazgo. "Primero, abre a tener que investigar la exposición de estos individuos a ganado infectado y segundo, porque M. caprae, a diferencia de M. tuberculosis, no se transmite entre humanos, solo de animales a humanos que se exponen a ellos. Los casos infectados se manejaron como si fuera tuberculosis, se hizo un estudio de contactos, se puso tratamiento profiláctico a su entorno e inevitablemente vivieron el estigma que lamentablemente hoy en día todavía tiene esta enfermedad. Si desde el primer momento se hubiera sabido que estaban infectados por M. caprae no hubiera habido una alerta de que podían transmitirlo a otros individuos porque no se contagia entre humanos, no se hubieran gastado esfuerzos en hacer estudios de contactos, ni se hubiera puesto profilaxis innecesaria ni hubieran soportado ese estigma, además de que se hubiera investigado algún foco animal infectado, cosa que no se hizo", relata García de Viedma.

En este sentido, el especialista ahonda y cuenta que esta familia había tenido episodios previos de tuberculosis y se habían manejado como si fueran recaídas porque no se hubiera seguido adecuadamente el tratamiento. "Cuando supimos que estaban infectados por M. caprae  se les preguntó si tenían exposición a animales y no es que tuvieran exposición, es que eran propietarios de una granja de cabras. Esto que puede parecer anecdótico, incluso divertido, demuestra que, si no se tiene una sospecha de la bacteria que está infectado exactamente, el estudio epidemiológico normal no lleva a preguntar si se tiene exposición a animales porque se asume que es M. tuberculosis. Al saber que eran dueños de una explotación caprina se planteó la posibilidad de que no fueran recaídas lo que habían estado sufriendo, sino nuevas exposiciones a su entorno profesional".

García de Viedma apunta que esto sucedió en plena pandemia. "En el laboratorio estábamos hasta arriba de covid y al final del día teníamos que intentar aclarar esta situación y para ello había que pasar a los postulados One Health: una infección en humanos de origen zoonótico no tiene sentido manejarla estudiando solo a los humanos, habrá que estudiar también a los animales de su entorno".

Pero no es algo sencillo, todo lo contrario, ya que el control de tuberculosis en cabras es voluntario en España, a diferencia de vacas y ovejas en las que es obligatorio. "El ganadero está sometido a controles sanitarios y si se dan casos de tuberculosis en su ganado, se sacrifica la cabaña y hay una política de compensaciones económica para paliar las pérdidas.  Algunos animales son para consumo de carne y, de no haber los actuales controles sanitarios, si ésta no se cocinara suficientemente podría haber riesgos. En el caso de las cabras se suelen dedicar solo a producción de leche y en nuestro entorno la leche se pasteuriza hace décadas, lo que elimina totalmente estas bacterias y no hay riesgo para la salud humana. No obstante, existen esos matices en el manejo que se hace de la tuberculosis animal en unas especies y otras, que no es el mismo", explica García de Viedma.

Casos en toda Andalucía

En este caso al ser un control voluntario, había que convencer primero a la familia afectada para que permitiesen estudiar su granja, "sabiendo que en el caso de dar positivo llevaría a unas pérdidas económicas importantes". García de Viedma pone en valor aquí el trabajo de todos los veterinarios implicados, además de los microbiólogos y epidemiólogos almerienses. "Se comprobó que había una tasa de infección muy elevada, se sacrificó a los animales y se analizó su tejido, cultivando y analizando genómicamente las bacterias que contenían. Esto es lo que nos hace poder presumir de que este realmente es un estudio One Health en el que estudiamos y comparamos las secuencias genómicas de las bacterias obtenidas de las cabras en la explotación y las obtenidas de esa familia, y quedó demostrado ese foco zoonótico animal".

Entonces se preguntaron si solo estaba sucediendo ahí o era algo más general. Para ello, colaboraron con otros cinco hospitales de Andalucía, integrando casos de esos centros con todos los casos de tuberculosis en Almería de los últimos 18 años. "Pudimos ver que, en efecto, existían algunas infecciones por tuberculosis que habían sido causadas por M. caprae y habían pasado desapercibidas en esos casi 20 años, un total de 30 casos en toda Andalucía. Quizá pudieran darse otros casos en el resto del territorio español, pero hasta ahora solo hemos tenido oportunidad de hacer estudios en Andalucía", señala García de Viedma.

El especialista añade que estas infecciones son muy difíciles de erradicar. "Estas micobacterias como problema zoonótico se mantiene en muchos territorios porque las explotaciones ganaderas muchas veces son extensivas, los animales salen a pastos, comen, beben y esos mismos entornos son utilizados por fauna silvestre (ciervos, jabalíes, zorros...) y esto hace que haya un reservorio animal que lo comparten muchas especies en muchos territorios. Además de vigilancia de la salud humana y la salud animal, One Health también es vigilancia del entorno ambiental y éste participa mucho de generar este reservorio de infecciones en animales de producción humana y también silvestre. Eso hace que sea muy difícil la erradicación de estas infecciones en fauna silvestre o en animales de explotación porque hay una gran permeabilidad en los lugares de interacción de estos animales infectados".

Darío García de Viedma (tercero por la izda.) y Laura Pérez García (cuarta por la derecha), coordinadores del laboratorio de Genómica Microbiana, junto a su grupo. Foto: HOSPITAL GREGORIO MARAÑÓN.
Darío García de Viedma (tercero por la izda.) y Laura Pérez García (cuarta por la derecha), coordinadores del laboratorio de Genómica Microbiana, junto a su grupo. Foto: HOSPITAL GREGORIO MARAÑÓN.

Una investigación One Health que ha ganado un premio

El artículo sobre esta investigación, Un enfoque One Health reveló el papel de Mycobacterium caprae como causa prolongada oculta de la tuberculosis humana en una región de España, de 2003 a 2022, se publicó en marzo del año pasado en Eurosurveillance, la revista del Centro Europeo de Enfermedades Infecciosas (ECDC), pero ha sido este año, hace apenas dos meses, cuando la Sociedad Europea de Micobacteriología le ha dado uno de los dos premios anuales Hugo David que otorgan a los mejores artículos publicados por un miembro de esta sociedad científica.

A pesar del premio, García de Viedma pone sobre la mesa la realidad. "Sobre el papel, todos los documentos de la OMS, de las sociedades científicas de infecciosas abogan por el One Health, pero en la realidad y en el laboratorio hay una gran desconexión entre el mundo de la salud humana y la animal. Compartimos las mismas preguntas, las mismas técnicas de laboratorio, los mismos análisis genómicos, pero no se da el paso de trabajar conjuntamente y esto significa sencillamente compartir los resultados".

El especialista pone de ejemplo la pandemia, cuando "se pasó a un depósito libre y global de todas las secuencias genómicas que se obtenían en covid y desde cualquier lugar del mundo se podía explotar la información genómica de compañeros de otras partes". "En genómica es tan sencillo como eso, lo mismo habría que hacer entre veterinarios, compartir las secuencias que obtenemos de la misma manera y que simplemente con programas informáticos cruzándolas a un coste cero nos permitirían ver qué conexiones hay entre infecciones animales e infecciones humanas".

El científico español que quiere erradicar la tuberculosis, "Es muy importante no monopolizar el concepto de One Health en ninguna profesión", La OMS reclama un mayor esfuerzo conjunto para poner fin a la tuberculosis , Cómo debe ser el Sistema de Vigilancia de Sanidad Ambiental que Sanidad abre a consulta
Para el investigador, todos esos recursos genómicos que se han demostrado que en covid son relevantes "no se están transfiriendo a otras enfermedades
Un trabajo colaborativo con secuenciación del genoma completo ha permitido hallar el origen de hasta 30 casos de la enfermedad en un foco zoonótico debido a 'Mycobacterium caprae'. Off Rocío R. García-Abadillo Medicina Preventiva y Salud Pública Investigación Neumología Veterinaria Off

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