La hipercolesterolemia familiar heterocigota (HF) afecta a cerca de 200.000 personas en España. Este trastorno genético se caracteriza por una marcada elevación de las concentraciones plasmáticas de colesterol LDL (c-LDL) desde el nacimiento y, en consecuencia, un elevado riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA) prematura.
Sin embargo, existe una variabilidad considerable en el momento de la aparición, gravedad y progresión de la ECVA entre los individuos con esta enfermedad, incluso en aquellos de la misma familia y portadores de la misma variante genética causal. Uno de los factores que influye en esa heterogeneidad es el sexo.
Así lo pone de manifiesto el estudio que acaba de publicarse en la edición impresa de la revista Lancet Diabetes-Endocrinology. La investigación, coordinada por Pedro Mata, internista y presidente de la Fundación Hipercolesterolemia Familiar (FHF), revela que las mujeres con HF tienen un menor riesgo de padecer ECVA. Y ese menor riesgo se plasma en el retraso de una década de la aparición de un infarto de miocardio o un ictus isquémico, entre otros posibles eventos.
“Nuestros resultados muestran importantes diferencias de sexo en la carga y el riesgo de ECVA en individuos con hipercolesterolemia familiar”, escriben los autores en el artículo. “Las mujeres recibieron un tratamiento menos intensivo que los hombres, pero ambos presentaron concentraciones de colesterol LDL y reducciones del colesterol LDL similares durante el seguimiento. Las participantes femeninas tuvieron un mayor tiempo de supervivencia libre de ECVA y un menor riesgo de ECVA y muerte cardiovascular que los participantes masculinos, con un retraso de aproximadamente 10 años en la aparición de eventos”.
Referente internacional
El trabajo se ha realizado con los datos de 3.506 pacientes incluidos en el registro de Hipercolesterolemia Familiar Safeheart (acrónimo de Spanish Familial Hypercholesterolemia Cohort Study) y ha contado con la participación de 26 hospitales y con recursos de la FHF y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
El registro, impulsado por la FHF y en el que se aportan datos de más de 5.500 personas pertenecientes a más de mil familias con HF, es desde hace años un referente internacional de la enfermedad.
El estudio que nace de estos datos y ahora publica Lancet es un trabajo de cohorte prospectivo, multicéntrico y a largo plazo, cuyo objetivo ha sido evaluar las diferencias de sexo en el riesgo de ECVA así como su carga vital en pacientes con HF.
El mayor estudio de seguimiento
“Hasta donde sabemos, éste es el mayor estudio de seguimiento de una población con hipercolesterolemia familiar diagnosticada genéticamente, con la mayor proporción de participantes femeninas, que aborda el impacto del sexo en la carga de ECVA a largo plazo. Estos hallazgos podrían ayudar a establecer la necesidad de considerar el impacto del sexo en la predicción del riesgo y en los modelos de atención en individuos con hipercolesterolemia familiar”, destacan los investigadores.
“El artículo aborda un tema importante en la salud pública, ya que la HF es un factor de riesgo significativo para enfermedad cardiovascular. Al centrarse en las diferencias sexuales, el estudio contribuye a una mejor comprensión de cómo el género puede influir en el tratamiento y los resultados”, apunta el cardiólogo Leopoldo Pérez de Isla, cardiólogo y primer firmante del artículo. “Los resultados del análisis revelan la paradoja de que las mujeres con HF tienen menos eventos cardiovasculares a pesar de recibir un tratamiento menos intensivo y por ello se destaca la necesidad de personalizar los programas de detección y tratamiento basados en el sexo”.
Medicina personalizada
En ello abunda Mata: “El trabajo sugiere -pues el riesgo de enfermedad CV es casi el doble en los hombres- que hay que individualizar el tratamiento y no ser tan agresivo en la consecución de objetivos en c-LDL para las mujeres”.
En ese sentido, el internista y presidente de la FHF, apunta a este medio cómo los hallazgos de esta sólida investigación publicada pueden suponer un cambio de paradigma en la estratificación del riesgo cardiovascular y en los planes de tratamiento. “En las guías de práctica clínica se recomienda que la consecución de objetivos en LDL debería ser igual para todos, “y nuestro trabajo demuestra que no es necesario: hay que individualizar el tratamiento en función del sexo y, dentro de este, entre las mujeres jóvenes y las que se encuentran en la posmenopausia. Esta aproximación es lo que se denomina Medicina Personalizada, que es el futuro de la medicina”, puntualiza. Y preguntado sobre eventuales implicaciones en el tratamiento de la hipercolesterolemia no familiar, añade: "En mi opinión, esta aproximación personalizada también serviría para las mujeres sin HF".
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