El momento ha llegado: junio de 2025 estaba marcado como fecha de cierre de los proyectos enmarcados en la Estrategia de Salud Digital (ESD) del SNS. Algunos finalizados, otros en desarrollo, la ESD ha marcado un hito en el Sistema Nacional de Salud: logró que, probablemente por primera vez en la historia, las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad se pusieran de acuerdo y definieran una forma de trabajo colaborativo que no se puede desaprovechar.
Por ello, la ESD continua y, ahora con el horizonte puesto en 2029, da un nuevo paso con el despliegue de cuatro proyectos clave que definen la hoja de ruta en innovación asistencial para los próximos años. Con financiación europea y coordinación entre los agentes implicados, estas iniciativas abordan desde la implantación práctica de la inteligencia artificial (IA) hasta el fortalecimiento de la atención digital personalizada, el intercambio de imágenes médicas y la ampliación de la red nacional para enfermedades raras. El objetivo común: transformar el dato en herramienta clínica útil, mejorar la eficiencia del sistema y avanzar hacia un modelo más conectado, personalizado y equitativo.
Uno de los pilares es el programa de Inteligencia Artificial en el SNS (IASNS), que busca facilitar la implantación homogénea de soluciones de IA en todos los territorios. Entre sus fines están la desburocratización de tareas administrativas para liberar tiempo de los profesionales sanitarios, la mejora de la calidad asistencial, la reducción de la variabilidad clínica cuando proceda, el impulso a la movilidad profesional y el uso coordinado de herramientas inteligentes en todo el sistema. IASNS persigue, además, fortalecer la equidad entre comunidades autónomas, garantizando que la transformación digital no reproduzca brechas preexistentes.
En paralelo, la Red de Intercambio de Imágenes Médicas (RIIMSNS) permitirá compartir estudios radiológicos entre comunidades autónomas, independientemente de su origen, con fines tanto asistenciales como secundarios (formación, investigación, evaluación). Este sistema busca reforzar la seguridad clínica del paciente en movilidad, evitar duplicidades, minimizar la exposición innecesaria a radiaciones y facilitar interconsultas entre profesionales. Supone una pieza estratégica para garantizar la continuidad asistencial en un sistema cada vez más interconectado.
A estos dos programas se suma el despliegue nacional de los dos grandes casos de uso de la ESD: el Programa de Atención Digital Personalizada (PADP) y el Proyecto Únicas. El primero pretende consolidar el modelo de atención proactiva y centrada en el paciente mediante herramientas digitales. Implica extender los pilotos ya realizados, ampliar el catálogo de servicios y patologías cubiertas, e integrar nuevas funcionalidades en los servicios sanitarios autonómicos. Por su parte, Únicas, centrado en enfermedades raras pediátricas, evoluciona a Únicas+, ampliando su alcance a otras patologías, grupos etarios y condiciones como la ELA. Incluirá la participación de atención primaria, así como la incorporación de inteligencia artificial y analítica avanzada para optimizar diagnósticos y tratamientos.
La cabeza visible de la ESD, Juan Fernando Muñoz Montalvo, secretario general de Salud Digital, Investigación e Innovación en el SNS del Ministerio de Sanidad, nos cuenta cómo se desarrollarán estos proyectos.
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