El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) ha recibido una nueva ayuda del Fondo Covid-19, concedida por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), para apoyar un proyecto de diseño de variantes del receptor del virus SARS-CoV-2, la proteína ACE2, que puedan ser utilizadas como medicamento contra la Covid-19.
Numerosas investigaciones ya han evidenciado que el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, se introduce en las células humanas gracias a un enzima denominado ACE2, muy abundante en las células pulmonares. Este enzima, que juega un papel crítico en el control de la presión arterial, se localiza en las membranas exteriores de las células. El virus utiliza una proteína que tiene en sus espículas o púas exteriores (la proteína S) como llave para unirse a la proteína ACE2 e introducirse en la célula.
Este conocimiento originó, desde el principio de la pandemia, un intenso debate en torno a si la administración de fármacos que intervienen en la activación de esta proteína y si los pacientes que tomaban IECAs y ARAII para el control de su HTA, así como de otras enfermedades cardíacas, estaban más o menos expuestos a la acción del virus, así como si estos agentes ejercían o no algún tipo de protección. Hasta el momento, la conclusión más evidente de todos los estudios es que los pacientes no deben abandonar los tratamientos prescritos para el control de su enfermedad de base.
Un 'superseñuelo' para la puerta de entrada
El estudio, coordinado por Alberto Marina y Vicente Rubio, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CiberER) en el Instituto de Biomedicina de Valencia del CSIC (IBV-CSIC), “busca diseñar variantes de la proteína ACE2 inactivas, solubles y con gran afinidad por SARS-CoV-2 que administradas en grandes cantidades a los pacientes actúen como señuelo inhibiendo la entrada del coronavirus a la célula sin producir ningún otro tipo de efecto biológico”, señalan ambos investigadores.
Partiendo del conocimiento de la estructura tridimensional de ACE2 en complejo con la proteína S del SARS-CoV-2, el equipo diseñará variantes de la forma soluble de ACE2 con gran avidez por SARS-CoV-2 y por lo tanto con capacidad mejorada de bloqueo. Asimismo, el proyecto pretende que las variantes del enzima diseñadas sean catalíticamente inactivas y tengan una elevada estabilidad para evitar efectos secundarios en los niveles de tensión arterial de los pacientes tratados con ACE2. De este modo esperan poder fabricar un superseñuelo que desvíe al virus de su interacción con la célula, por su abundancia, por su gran afinidad por el virus, por su estabilidad y por no estar ligado a membrana, evitando que el virus infecte.
Se analizará además la capacidad de unión de SARS-CoV-2 a las diferentes variantes de la proteína ACE2 presentes en la población mundial, lo que podría clarificar la diferente susceptibilidad a la infección observada entre individuos.
En el proyecto participan otros miembros del CiberER, como José Luis Llácer, Clara Marco y Nadine Gougeard, en colaboración con los grupos de ingeniería de proteínas del IBV-CSIC, coordinados por Jerónimo Bravo y José Luis LLácer, y del Grupo de Virología Médica, de la Universidad de Valencia, dirigido por Jesús Rodríguez.
La proteína ACE2 es el centro de atención de una nueva terapia cuyo objetivo es 'engañar' al virus para que no use a esta proteína como puerta de entrada al organismo humano, evitando así la infección coronavirus Off R. Serrano Off
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2T0lLlw
No hay comentarios:
Publicar un comentario