Tengo comprobado que, cuando una persona bilingüe o plurilingüe habla en otro idioma, muda el timbre de su voz, la entonación y la modulación verbal: no suena igual, no, que cuando se expresa en su lengua materna. ¿Cambia también algo más dentro de nosotros, en lo más íntimo de nuestra masa encefálica, cuando cambiamos de lengua?
Estudió el asunto durante decenios la sociolingüista estadounidense Susan M. Ervin-Tripp (1927-2018), ya desde su misma tesis doctoral, que llevaba por título The verbal behaviour of bilinguals (1955). En 1964, pidió a 64 adultos bilingües (inglés-francés) que, a partir de una misma imagen del TAT (test de apercepción temática), crearan dos historias de tres minutos, cada una en un idioma diferente. Al analizar los temas abordados en esos relatos, la investigadora apreció algunas diferencias estadísticamente significativas entre las narraciones en inglés y en francés de una misma persona. En inglés, por ejemplo, era más frecuente hablar de éxito femenino, de agresiones físicas y de agresividad verbal hacia los padres, mientras que en francés predominaban la agresividad verbal hacia iguales, la culpa, la autonomía y el aislamiento. Ervin S.: «Language and TAT content in bilinguals». The Journal of Abnormal and Social Psychology, 1964; 68: 500‑507.
Según parece, pues, el lenguaje posee «algo» que condiciona nuestro modo de pensar e interpretar el mundo. Confirman tal impresión otros resultados de la propia Ervin-Tripp con bilingües inglés-japonés, así como un estudio de Michèle E. J. Koven en 1998 con bilingües francés-portugués «Two languages in the self / the self in two languages: French-Portuguese bilinguals' verbal enactments and experiences of self in narrative discourse» Ethos, 1998; 26: 410-455.
Más directos, los lingüistas Jean-Marc Dewaele y Aneta Pavlenko mantuvieron en la Universidad de Londres, entre los años 2001 y 2003, un cuestionario sobre bilingüismo y emociones al que respondieron más de mil personas bilingües. A la pregunta de si se sentían «como alguien diferente» cuando hablaban en cada lengua, casi dos tercios de los encuestados respondieron afirmativamente.
Fernando A. Navarro
El lenguaje posee «algo» que condiciona nuestro modo de pensar e interpretar el mundo; cuando cambiamos de lengua, ¿cambia también nuestra personalidad? Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2A9PGBe
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