La nueva y flamante Secretaría de Estado de Sanidad que ayer anunció el Gobierno de Pedro Sánchez ya tiene una cara visible al frente. Se llama Silvia Calzón, tiene 45 años, es especialista en Medicina Preventiva y ejercía hasta ahora como epidemióloga de atención primaria en el Distrito Sanitario Sevilla. Sobre el papel, el perfil de la directiva que hoy ha nombrado el Consejo de Ministros se ajusta al papel preponderante que el Ejecutivo quiere darle al nuevo órgano en la necesaria coordinación con las autonomías para afrontar la crisis sanitaria generada por la Covid-19.
Calzón es epidemióloga -uno de los perfiles profesionales clave en la gestión de las pandemias-, máster en Salud Pública y Economía de la Salud -con lo que se le presuponen conocimientos de organización y planificación estructural- y, además, ha trabajado en atención primaria, el nivel asistencial que, tanto el Ministerio de Sanidad como las comunidades autónomas, han señalado como prioritario para el control de los rebrotes y el seguimiento de los nuevos casos.
Pero además tiene experiencia en gestión sanitaria -ha sido gerente de las áreas sanitarias Sur de Córdoba y Sur de Sevilla-, de forma que, a su perfil estrictamente médico, une, en teoría, la capacidad gestora y de negociación que ayer reclamaban las organizaciones profesionales y directivas sanitarias para la persona que ocupara el nuevo departamento.
Epidemióloga en primaria, tiene también experiencia como gestora sanitaria en Andalucía
Ahora sólo hace falta que la probada capacidad que atestigua su curriculum sea suficiente para ejercer una coordinación "ágil, eficaz y transparente" -como también le pedía ayer el sector- con unas comunidades que tienen transferido el grueso de las competencias sanitarias, y que pueda dotar al nuevo órgano ministerial de la capacidad, infraestructura, medios y personal necesarios para "afrontar los retos presentes y futuros, entre ellos, los derivados de la pandemia de la Covid-19", como reza la enfática nota ministerial que anuncia su nombramiento.
De momento, tendrá a su cargo una estructura que, orgánicamente, mantendrá el mismo número de direcciones generales que la extinta Secretaría General de Sanidad (Salud Pública, Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, Ordenación Profesional y Delegación del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas). Al frente de estas cuatro direcciones generales, se mantienen sus actuales responsables: Pilar Aparicio, Patricia Lacruz, Rodrigo Gutiérrez Fernández y Azucena Martí, respectivamente.
La digitalización en ciernes
La Secretaría General de Sanidad, que hasta ahora ocupaba Faustino Blanco, se transforma en la nueva Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud (SNS), y al frente de ella el Consejo de Ministros ha puesto a Alfredo González (Zamora, 1976), licenciado en Derecho y en Ciencia Política y de la Administración por la Universidad de Salamanca. Entre otros cargos, González ha sido vicesecretario general de la Presidencia del Gobierno y, dentro del ámbito sanitario, subsecretario en el Ministerio de Sanidad.
El recién estrenado secretario general de Salud Digital -que así se llamará su cargo- asumirá todas las competencias relativas a la innovación en el sistema y la industria sanitaria, la digitalización del SNS, la gestión de la información sanitaria y los proyectos de innovación sanitaria.
De la Secretaría General de González penderá una nueva Dirección General, la de Salud Digital y Sistemas de Información para el SNS, que estará ocupada por Juan Fernando Muñoz, hasta ahora subdirector general de Tecnologías de la Información en el Ministerio de Sanidad.
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