El Juzgado de lo Penal número 1 de Vinaroz (Castellón) ha condenado a 21 meses de cárcel a cada una de las dos enfermeras acusadas de una negligencia que causó la muerte a una niña de dos años en el hospital comarcal de la localidad.
El magistrado considera probado que cometieron un delito de homicidio por imprudencia grave a causa de “imprudencia profesional”, al administrar a la menor una pauta de fluidoterapia distinta a la prescrita por el personal facultativo, propiciando que entrara en coma hiperglucémico y falleciera ese mismo día.
La sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial, establece además la inhabilitación para el ejercicio de la profesión sanitaria o de enfermera por 46 meses e indemnizaciones para los padres de la víctima que suman casi los 232.00 euros, de las cuales deberán responder las condenadas, tres compañías de seguros y, de forma subsidiaria, la Consejería de Sanidad.
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Un suero distinto al pautado
Los hechos se remontan al pasado 13 de noviembre de 2018, cuando los padres llevaron a la niña al servicio de Urgencias del centro con un cuadro de diarreas y vómitos de cinco días de evolución. La facultativa que la atendió le pautó para su hidratación la administración de suero glucosalino (1/3 de 500 mililitros) más suero glucosado (40 mililitros al 50%) durante cuatro horas; la primera a una velocidad 250 mililitros por hora y de la segunda a la cuarta hora a 125 ml/h.
Sin embargo, la enfermera que estaba en el turno de mañana le suministró uno distinto al pautado, “con desconocimiento grave de la técnica y ciencia aplicable al desempeño de su profesión, debido a su falta de atención y cuidado en el examen de la paciente”, según recoge la sentencia.
En concreto, uno con 1/3 de 500 mililitros de suero glusosalino a una velocidad de 40 ml/h y otro con suero glucosado al 50% a 250 ml/h. Además, según se recoge, dejó “preparado para pasar otro recipiente de glucosado de las mismas características que el anterior, colgado en el mismo palo de gotero”.
La enfermera que sustituyó en el turno de tarde a la que había facilitado el tratamiento erróneo, continuó con el mismo “sin revisar la pauta” que se había administrado a la menor y la que se le estaba suministrando”. El tribunal recoge asimismo que prosiguió “sin previa consulta con el facultativo que había indicado la pauta de tratamiento”.
Dolor y debilidad generalizada
Al comprobar que la bomba de suero glucosado se había agotado, esta segunda acusada la repuso en dos ocasiones. Como consecuencia de estos actos, el estado de la menor empeoró con signos de dolor y debilidad generalizada, sufriendo sobre una situación de hiperglucemia y un cuadro convulsivo, con convulsiones tónico-clónicas generalizadas de treinta minutos de duración, pese a que se le administró medicina necesaria para revertir el estado en el que se encontraba.
A resultas de todo ello, la menor entró en un estado de coma hiperglucémico con un nivel de glucemia de 1.732 mg/dl que la colocó en una situación de extrema gravedad y de incompatibilidad con la vida, siendo trasladada por el SAMU a la UCI pediátrica del Hospital General de Castellón, “en el que se certificó su fallecimiento a causa del fallo multiorgánico y del edema cerebral con hemorragia subaracnoidea a nivel frontoparietal bilateral con enclavamiento amigdalar”.
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