Oficina Virtual GRATIS 2 MESES

Oficina Virtual GRATIS 2 MESES
CONSIGUE TU OFICINA VIRTUAL GRATIS

lunes, 8 de febrero de 2021

Ministros de Sanidad en España: datos de un despropósito

Opinión
Josezarate
Lun, 08/02/2021 - 14:05
De los 24 ministros de la democracia, solo cuatro han sido médicos
Carolina Darias, en el traspaso de la cartera de Sanidad de manos de su antecesor, Salvador Illa.
Carolina Darias, en el traspaso de la cartera de Sanidad de manos de su antecesor, Salvador Illa.

Durante toda la democracia, el Ministerio de Sanidad ha sido siempre infravalorado por los presidentes de los diferentes Gobiernos. Esta sensación, quizá subjetiva, se deriva de que en los 42 años de democracia ha habido 24 ministros distintos, con una media de estancia en el cargo de 1,8 años. Con este corto espacio de tiempo es imposible hacer nada.

Otro ejemplo, quizá mas indicativo, está en la profesión del titular: diez eran licenciados en Derecho. Es muy importante que se conozcan las leyes para que curemos a los enfermos. Así arreglaron las normas jurídicas para permitirles cambiar la relación laboral de los médicos con la Administración. Pasamos de un sistema de concurso oposición (convocado cada seis meses con las vacantes existentes) para obtener una plaza en propiedad a que se convirtieran en OPE que cada uno convoca cuando quiere. Así aparecieron los interinos eternos. Pero no solo fue eso, sino que aparecieron los contratos de acúmulo de tareas, los contratos del día de guardia. Los contratos eran laborales y los médicos pasaron a depender del gerente de turno, de tal forma que solo te renovaban los contratos si te avenías a lo que decía el todopoderoso gerente.

Cuatro ministros eran licenciados en Económicas. La Sanidad es cara y necesitamos a alguien que maneje bien los dineros. Sobre todo, para que gastemos poco. Los médicos, según los dirigentes, son los responsables del aumento del gasto porque piden pruebas complementarias para diagnosticar o incluso quieren operar, lo que gasta mucho mas.

Uno era licenciado en Física, que se sabía la Ley de la Gravedad. Fue el ministro de la colza que decía: “Es un bichito muy pequeño, que si se cae al suelo se mata”. Otra era funcionaria, siempre en el candelero político o entretenimiento televisivo. Otra licenciada en Ciencias Políticas. Todo componendas e incompetencias. Le tocó el Ébola, que se paró pronto, aunque mató un perro. Otra licenciada en Sociología, muy joven y muy política. Otro licenciado en Filología. No lo hizo mal, porque no hizo nada. Un ingeniero industrial y economista; tampoco hizo nada.

Cuatro licenciados en Medicina, dos con muy poca relevancia y poco tiempo en el cargo, sin hacer nada reseñable y dos más de los que no tengo mal recuerdo, salvo la LOPS y el intento de la ley de eutanasia. Salvo los cuatro médicos y dos más, su experiencia en el mundo sanitario era nula.

Lo curioso es que algunos tenían dos licenciaturas, pero ninguna sanitaria. Tuvieron que hacer el MIR ejerciendo de máximos mandatarios. Una maravilla para la Sanidad.

La peor época para Illa

Siguiendo la norma, el último ha sido un licenciado en Filosofía que acaba de dimitir desempeñando solo un año el puesto de ministro. Es todavía menos tiempo que la media. También tiene un máster en Economía del IESE. Esto le ha permitido algunos puestos políticos de responsabilidad en el Ayuntamiento de Barcelona, y dar alguna clase de Grado en la Facultad Blanquerna y en un Master de Gestión Pública en la Universidad de Barcelona. Illa no tiene experiencia laboral. No ha escrito ningún trabajo sobre Filosofía o Economía, su segunda afición. Se ha dedicado a la política, dentro del PSC, desde que fue elegido a los 21 años concejal de su pueblo, Roca del Vallés, y posteriormente alcalde. Fue designado ministro en enero 2020, debido a que había que cubrir el cupo del PSC en el Gobierno.

Le adjudicaron la cartera de Sanidad porque consideraban que era un Ministerio sin contenido (fue rechazado por eso por Pablo Iglesias) debido a las trasferencias sanitarias. El ministro no necesitaba tener relación con la Medicina y por eso Illa era un ministro adecuado, ya que le dejaría tiempo para negociar con los catalanes, lo que primaba entonces.

Pero le ha tocado la peor época de la medicina moderna. Por eso es una alegría que deje el Ministerio de Sanidad. Esperábamos, con ilusión, pero poca esperanza, que el nuevo ministro fuera una persona conocedora del mundo sanitario, con experiencia en la actividad sanitaria. Pero no. El presidente Sánchez ha optado por Carolina Darias.

Formará parte de los ministros que abrazan la cartera de Sanidad sin haber tenido relación con ella. Es licenciada en Derecho por la Universidad de La Laguna, fue concejala del Ayuntamiento de Las Palmas (1999-2004), subdelegada del Gobierno en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria (2004-2007), diputada en el Parlamento de Canarias (2007-2008), delegada del Gobierno en Canarias (2008-2011), consejera en el Cabildo de Gran Canaria (2011-2015), consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias durante un año y una legislatura entera la ocupó como presidenta del Parlamento de Canarias.

Una R1 en Sanidad

Todo han sido puestos políticos, alejados de la Sanidad. Es decir, que su mayor merito es que tiene una trayectoria muy ligada al PSOE. No ha tenido relación con la sanidad durante su actividad profesional, lo que también hace notar la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), salvo que recientemente ha compartido con Illa la gestión (?) de la pandemia, y que lleva varios meses participando en las reuniones semanales del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Es el principal argumento con el que Sánchez se ha justificado para nombrarla ministra, lo que, trasladado al mundo sanitario, sería una R1 de Sanidad, con un mentor (el anterior ministro) que también era un R1. A ambos les faltan cuatro años más de residencia para completar sus conocimientos.

Además, Darias ha nombrado para altos cargos del Ministerio a personas sin relación con la Sanidad, pero afines a ella y al PSOE. Son el subsecretario Francisco Hernández Spínola, licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna y funcionario del Cuerpo Superior de Administradores, escala de Administradores Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias, y José Moya Otero, como director de Gabinete de la Ministra de Sanidad, que ha ejercido de profesor titular de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, experto para el Ministerio de Educación en la coordinación del Proyecto COM.BAS (dentro del Programa de Cooperación Interterritorial para el desarrollo de las competencias básicas).

Ninguno de los más altos dirigentes del Ministerio tiene relación con la Sanidad. No creo que sea necesario ser médico o enfermero para ser ministro de Sanidad, pero sí que nos gustaría que tuvieran un conocimiento amplio del mundo sanitario.

Ya hay suficientes expertos

Los médicos sabemos bien que para la curación de un paciente es importante que exista una relación de confianza entre ambos. Aquí no existe, pues son unos desconocidos sanitarios. Van a encargarse de resolver el mayor problema de salud que ha existido en España. Tendrán que ganarse esa confianza, lo que conseguirían si consultasen a expertos. No necesitan nombrar un comité de expertos pues los tienen en el propio Ministerio. Se trata del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales, nombrado por la ministra Carcedo.

Este consejo no ha sido consultado nunca por Illa durante su mandato. Además, en el Ministerio está también el Consejo Nacional de Especialidades Médicas y todas las Comisiones Nacionales de Especialidad con las que podrá contar para consultarles lo que sea necesario. Puede asesorarse también con las diferentes organizaciones sanitarias: consejos nacionales de las diferentes profesiones sanitarias, asociaciones científicas de diferentes especialidades y su Federación (Facme), el Foro de la Profesión Médica de España (FPME), sindicatos sanitarios (CEMS y Satse), la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina. También tiene disponible a Farmaindustria. Y hasta las asociaciones de pacientes, como ALCER, u ONG sanitarias como la AECC.

Creo que si, como dice, tiene un espíritu dialogante, tiene donde dialogar, asesorarse y aprender para conseguir que la Sanidad española vuelva al nivel que ha tenido siempre, conseguido gracias al esfuerzo de sus profesionales y que ya se están agotado con la pandemia.

Es importante que el Gobierno se tome en serio el Ministerio de Sanidad y la ministra consiga el respeto y la colaboración de los sanitarios porque, con las teóricamente pocas competencias que le quedan, y a pesar de los ministros que han sido sus titulares, se ha conseguido que la Sanidad española tenga prestigio mundial. Todos sabemos que lo que prestigia la Sanidad española es la ONT, pero el sistema MIR, las comisiones nacionales de cada especialidad, etc., son la base de la formación de los médicos. Estos organismos dependen y los gestiona directamente el Ministerio. Por tanto, no se debe considerar que es un Ministerio vacío de competencias y debe tener un importante protagonismo en la sanidad española.

Off Enrique Sala O’Shea. Médico urólogo jubilado, ex presidente del Colegio de Médicos de las Islas Baleares. Opinión Off

via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3aMvVhW

No hay comentarios:

Publicar un comentario