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domingo, 14 de febrero de 2021

"Necesitamos ser más contundentes y parar los pies a la Administración donde no pueden opinar"

Profesión
nuriamonso
Lun, 15/02/2021 - 08:00
Elecciones en la OMC
Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)
Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)

Luisa María González, anestesióloga del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, es la única mujer entre cuatro candidatos a presidir el Consejo General de Colegios de Médicos, el órgano de representación nacional de la Organización Médica Colegial (OMC).

Las elecciones se celebran el próximo sábado 27 de febrero, en las que los presidentes de los colegios de médicos votarán a su máximo representante. Los otros candidatos son el actual presidente, Serafín Romero; el vicepresidente 1º, Tomás Cobo, y Pablo Lázaro, ex vocal de Ejercicio Libre del Colegio de Médicos de Madrid.

Actual vicepresidencia del Colegio de Médicos de Madrid desde el pasado mes de septiembre, González defiende que es necesario establecer un diálogo horizontal con la Administración para darle su valor al criterio clínico, potenciar la autogestión y poner en valor el código deontológico.

PREGUNTA.- ¿Por qué se presenta a la presidencia de la OMC?

RESPUESTA.- Lo que me ha motivado es cambiar las cosas. Una ha hecho mucho para llegar hasta aquí durante 25 años de trayectoria. Para una mujer en el mundo de la Medicina, aunque somos mayoría, no es fácil, porque tenemos que conciliar una profesión exigente, en mi caso Anestesista, con la responsabilidad que conlleva, con la formación, la docencia, la investigación y, en mi caso, seis hijos. 

He trabajado en la pública y en la privada. He gestionado equipos de gente muy diversa y he aprendido mucho de tolerancia y de pluralidad. Esto, sumado a las cualidades de las mujeres de integrar la diversidad y de ser especialistas en los cuidados, te da mucho conocimiento y ese conocimiento te da un poder transformador. Yo quiero hacer esa transformación que la OMC necesita, que la sociedad nos está pidiendo a gritos y que la pandemia ha puesto especialmente de manifiesto. 

Tengo otro motivo: enarbolar la bandera de nuestros nobles ideales, que parecen estar dormidos en nosotros. Reforzar  la identidad de los profesionales, que es nuestra razón de ser, y a la vez ponerla en el lugar que le corresponde.

P.- ¿Y qué cambios concretos quiere conseguir?

La Medicina tiene que hablar de tú a tú con la Administración y yo estoy dispuesta y preparada para la arena, remangarme y hablar con todos los representantes en un diálogo donde el médico deje de estar arrinconado bajo el poder de las gerencias y un excesivo enfoque hacia lo económico. 

Esa presión por la productividad ha transformado la Medicina en mercantilismo, y eso daña la relación médico-paciente de manera brutal y directa. Se está convirtiendo en una relación de clientes, se mira más la productividad que la calidad asistencial.

Bajando a lo concreto, hay que aumentar los tiempos de valoración para cada paciente. En la atención primaria hay listas de 40 enfermos para ver en una tarde o en una mañana. Eso no te permite establecer una relación de confianza y respeto que se merece tu enfermo, y eso es algo urgente, muy grave.

También hay que erradicar la gran precariedad que existe en la gente joven, hay una gran fuga de especialistas. Hay que establecer un marco laboral distinto y eso exige una reforma profunda, en cierto modo revolucionaria, para flexibilizar las jornadas, permitir la conciliación e introducir un elemento moderno, que lo tiene cualquier empresa importante hoy en día: la autogestión.

P.- ¿Qué hacer con los médicos que practican las llamadas terapias alternativas?

Personalmente a mí me parece que todo aquello que tenga evidencias científicas demostradas, que tenga revisiones, que demuestre eficacia superior frente al placebo, como, por ejemplo, la acupuntura para el tratamiento del dolor, que forma parte de mi especialidad de Anestesia, creo que se tiene que aceptar, y por tanto tiene que estar avalada por los colegios.

Luego habrá otras terapias que si no tienen los suficientes estudios que avalen y demuestren su eficacia médica, no podrán ser ciencia, serán pseudociencia. La respuesta está en la literatura científica y en los casos dudosos, los colegios deben animar a estos profesionales a realizar estos estudios.

Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)
Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)

P.- ¿Cómo valora la gestión de la pandemia por parte de la OMC?

No se han realizado las cosas con la coordinación debida. Si la OMC tuviera el peso que debe tener como la institución pública que es, tendría que haber exigido y logrado que la Administración escuchara a los médicos. Se ha hecho la política sanitaria sin contar con los médicos, ¿y quién ha pagado el pato? La población. Se han dado recomendaciones variopintas y confusas, no se ha conseguido centrar las recomendaciones en la evidencia científica...

Habría que haber logrado este diálogo y ser operativo y eficaz. Ha habido buena intención; por ejemplo, se ha conseguido que se reconozca que la covid es enfermedad profesional, pero es insuficiente...

Uno de mis objetivos es construir una institución fuerte, que pueda hablar de tú a tú, en una relación horizontal -y no vertical como la que tenemos- con la Administración, porque esto forma parte de nuestras funciones públicas.

Considero que durante la pandemia la OMC ha hecho esfuerzos encomiables y bien intencionados, pero han sido lentos, reactivos. Han ido por detrás de los acontecimientos. 

Sería una irresponsabilidad estar 4 años más mareando la perdiz.  La estructura está obsoleta, hay que hacer una catarsis... yo soy joven, tengo sobrada experiencia y tengo la energía y la determinación. Soy el aire fresco que la organización necesita. Me parece que ha llegado la oportunidad de cambio no sólo por ser mujer, sino además por mi valía personal.

El director médico tiene que tener el mismo poder que el gerente, no podemos estar bajo el poder omnímodo de la Administración

Es un gran reto, porque son 48 presidentes y 4 presidentas de colegio de médicos los que me tienen que votar y hay una resistencia natural al cambio. 

Pero el cambio hay que darlo y vivimos en un tiempo excepcional, con la sanidad en la UCI por la pandemia. Ha revelado todas las carencias que teníamos, aunque es verdad que hemos aprendido y que en esta tercera ola hemos mejorado y aprendido cosas importantes.

Una de ellas es fomentar la colaboración. Cuando hay una pandemia deben estar coordinados los profesionales con la Administración y también con los medios de comunicación. España está sufriendo y la sanidad tiene que dar la respuesta, porque nosotros los médicos estamos comprometidos con los enfermos, y la situación que tenemos requiere posicionarnos donde tenemos que estar.

P.- Tanto la OMC como las sociedades científicas dicen haber hecho esfuerzos para que la voz del médico se escuchara durante la crisis, pero han acusado a la Administración de no escucharles muchas veces. ¿Usted personalmente cómo valora la actuación por parte de los gestores? 

El Gobierno central ha hecho oídos sordos a las recomendaciones científicas y no ha basado sus decisiones en un comité de expertos real que estuviera a la altura. Se saturaron los hospitales, hubo enfermos que no tuvieron acceso al tratamiento, no se garantizó la transferencia de enfermos entre autonomías y hospitales... La OMC debería haber mostrado un poco más de energía y haber peleado más.

En la primera ola hay ciertos atenuantes porque fue algo que nos vino de imprevisto de forma demoledora, pero la protección de los sanitarios no se garantizó. Se contagiaron muchos profesionales, muchos médicos, y eso es una responsabilidad muy grande porque han muerto muchas personas, muchos enfermos.

En la tercera ola hemos mejorado en el tema de protección, pero ya teníamos más de 50.000 muertos encima, que es una barbaridad. Parece que el Gobierno está muy lejos de acometer los problemas reales. Estas cifras de mortalidad... no se ve en los gobernantes ni el interés ni los esfuerzos suficientes. Por eso es más que necesario que, por la sociedad y los ciudadanos, los médicos seamos más contundentes, y tengamos esa relación con la Administración de pararles los pies donde no pueden opinar porque no saben.

P.- ¿Piensa que las autonomías han actuado mejor? ¿Ha existido suficiente coordinación?

Creo que las autonomías han actuado mejor, pero durante toda la primera ola había un mando único en España. Luego las cosas han sido distintas, es verdad, porque ya habíamos aprendido mucho de la primera ola: ahora sabemos qué fármacos son más eficaces y mejoran la supervivencia, sabemos el momento de aplicarlos precozmente y eso tiene impacto directo en el resultado final de evolución de la enfermedad, hemos aprendido a que hay que colaborar entre especialidades... 

El tema de las unidades de críticos es otro ejemplo clarísimo de que no se informa bien a la población. Se dice en algunos medios: "Las UCI están al 200%" y no se explica de dónde sale. No es que en la UCI hayan puesto literas para atender a dos pacientes en cada puesto, sino que hay otras unidades de críticos que están dando ese servicio para que se puedan atender covid y no covid...

El sistema se ha viciado por la mercantilización y los médicos corremos el peligro de dejar los valores por el camino

Es importante que se haga un recuento real de las camas de intensivos que tenemos en España. La pandemia ha puesto de manifiesto que las camas que tenemos de facto donde trabajamos los especialistas en cuidados críticos van más allá de las UCI clásicas. 

Otras fuentes de información decían que las UCI están al 70%, que es un dato horrible porque es verdad, pero es contando con todas las camas de críticos, las de intensivistas, las de anestesia...esos datos no se ha dado bien a la población y se alarma en exceso. 

La gente y los enfermos están pasando un momento muy difícil, hay que alertar en su justa medida. Es verdad que hay que llamar a la responsabilidad para frenar los contagios, pero se necesita también optimismo para salir de esta crisis, porque es una crisis sanitaria pero también social y económica brutal y eso hace mella. Estamos viendo en las consultas cómo se ha disparado el uso de psicofármacos. El impacto emocional en los que han estado enfermos es un grande, pero también en los que no, porque tienen miedo a estarlo.

Además, tenemos que organizar la vacunación como Dios manda. Se tiene que poner a vacunar toda la sanidad, organizando dispositivos tanto desde la pública como desde la privada, para lograr el 70% de inmunidad que necesitamos para salir de esto. 

Los médicos tienen que ir a decirles estas cosas a quienes gestionan tanto a nivel autonómico como a nivel central. Esta tarea está por hacer y yo quiero hacerla.

P.- ¿Cree entonces que la clave para mejorar la sanidad es ponerse frente a la Administración?

No es una lucha combativa, es una alianza para un diálogo horizontal, de tú a tú, para romper la verticalidad que existe ahora mismo...no puede mandar más el gerente que el director médico, no puede funcionar la Administración sin el consejo científico. No es una lucha, eso sería una labor más sindical... ellos tienen su papel, el nuestro es otro.

P.- Dice usted que el gerente no puede ser más importante que el director médico, pero al final el profesional sanitario se mueve en un mundo de recursos limitados...

Hay una serie de recursos que se pueden destinar y organizar de una manera o de otra, y de ahí es lo que hemos comentado: hay que reformar el marco laboral, hay que flexibilizar la jornada, mejorar las condiciones laborales, las horas de descanso, los salientes de guardia, no exigir un cumplimiento horario por encima... hay que tener en cuenta también la docencia y la investigación, que actualmente no se nos contabiliza en el horario.

Sí se pueden gestionar los recursos de otra forma si se permite la autogestión de los médicos, si el director médico juega un papel. Los parámetros serán obviamente de eficiencia, porque esto tiene que ser sostenible, pero al final es guiarse por la calidad asistencial.

Se debe medir no sólo la satisfacción del paciente en términos de si le parece que el sistema está más o menos saturado, sino cuántos reingresos ha habido porque el paciente ha tenido dolor o sangrado, o porque no se le dio la información correcta... son parámetros que no se miden.

Por ejemplo, a nosotros en Anestesia no se nos pregunta cómo ha ido el caso, las complicaciones, si el paciente se ha ido sin dolor, si ha vomitado, si la cirugía se ha resuelto bien, si la anestesia ha tenido algún efecto secundario, los días que ha estado ingresado, etc. Lo que se nos pregunta habitualmente es si hemos completado todo el parte, si hemos llenado el quirófano al 100%... 

Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)
Luisa María González Pérez, candidata a la presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) (Luis Camacho)

P.- ¿En qué términos cree que debería cambiar ese marco laboral?

Hay mucho que cambiar para conseguir unas condiciones de trabajo mejores, más dignas, que no se nos equipare con los demás sanitarios. Aquí voy a ser políticamente incorrecta: nosotros necesitamos de la Enfermería, de los auxiliares, de todo el personal de los hospitales, pero nosotros somos médicos, no somos sanitarios

Hay una diferencia y hay un afán por parte de determinados sectores de equipararlo todo. Y no es igual. ¿Por qué? Esto tiene que ver con el hecho de que yo soy mujer...soy anestesista desde hace más de 25 años, y no ha sido fácil llegar hasta aquí. He tenido que hacer mi doctorado, mi especialidad, que es intensa y exigente, manteniéndome actualizada, en formación. He dado docencia en tres universidades, estoy trabajando activamente, ahora estoy también en el colegio de médicos. Los médicos y las médicas hemos tenido que superar barreras muy grandes para llegar hasta aquí.

Eso te da un conocimiento y ese conocimiento es lo que te da el poder de transformar. Yo no vengo aquí como Antoñita La Fantástica. He tenido que poder conciliar formación, la educación de mis hijos, la actividad en los quirófanos, la investigación clínica... ¿Quién mejor que una mujer para liderar esto? Porque es la realidad, en los hospitales hay un 65% de mujeres que están en esta situación.

Por otra parte, hay gente que lleva enlazando contratos de tres meses durante 7-8 años, interinidades de más de 12 años... no se convocan las plazas en propiedad con la frecuencia necesaria. Tampoco se le da a la carrera profesional la importancia que tiene, los méritos de cada profesional se van acumulando y eso tendría que repercutir por supuesto en el salario. 

He tenido que conciliar formación, la educación de mis hijos, los quirófanos, la investigación... ¿Quién mejor que una mujer para liderar esto? 

Esa es otra: nuestra formación MIR es muy valorada en Europa, pero hay una gran falta de justicia en la retribución salarial del médico. Creo que en esto no hay ni un sólo médico que no esté de acuerdo (ríe).

P.- ¿Considera usted que las mujeres médicas se enfrentan a un techo de cristal y que habría que hacer discriminación positiva?

No creo que hay que haya hacer discriminación ni positiva ni negativa, sino que, partiendo de los méritos y de la valía personal, reconocer esas cualidades específicas que tiene la mujer. Primero, la experiencia en la conciliación, que es flexibilizar tu vida para llegar a todo; segundo, la capacidad integradora a la hora de dirigir equipos; tercero, que estamos especialmente dotadas para los cuidados, que es hacia donde va la Medicina, con pacientes envejecidos, pluripatológicos... muchas personas no se curarán por ser crónicos, pero habrá que cuidarlas.

Por eso creo que, en igualdad de méritos, también hay que mirar con ojos más favorables a la mujer médico, que a lo largo de todos estos años ha demostrado su valía con excelencia clínica, a la vez que lo compaginaba con otras cosas de la vida familiar. 

Creo que somos un valor en alza y creo que es necesario que haya una mujer representando a los médicos en la OMC. La Medicina de siglo XXI es femenina y necesita de las cualidades femeninas. Forma parte de la modernización.

En el día a día del hospital, la relación es absolutamente de igual a igual. Sin embargo, hay que romper la brecha de la presencia en los puestos de responsabilidad... pero no por números, que haya cuatro y cuatro, no. Me refiero a romper la brecha. Que empiecen a entrar las mujeres, que se vea cuál es nuestra capacidad de gestión. Estoy firmemente convencida que supondrá una mejora de la sanidad sin una paridad exacta, porque eso es absurdo. Hombres y mujeres no tienen que estar en lucha, tenemos cualidades complementarias y juntos somos mejores. Y si somos mejores, atenderemos mejor a nuestros enfermos. 

Luisa María González, candidata a presidir la OMC, cree que hay que potenciar el rol del médico y el juicio clínico frente a criterios que mercantilizan la Medicina. coronavirus Off Nuria Monsó. Madrid Off

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