La pandemia retrasó que Una piel para toda la vida, una obra escrita por Pedro Jaén, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, saliera a la luz en el momento adecuado.
Pero, este recorrido sobre cómo mantener una piel saludable durante todas las etapas vitales –comienza analizando la piel del bebé hasta llegar a la piel del adulto mayor, sin olvidar enfermedades dermatológicas y las actuales estrategias médicas y quirúrgicas para alteraciones que pueden surgir a cualquier edad-, ya está disponible desde hace unos meses.
A través de esta guía, el también fundador y director del Grupo Pedro Jaén, en Madrid, un referente europeo en atención dermatológica, quiere aportar su ‘grano de ciencia’, además de la necesariamente se lleva a cabo desde la AEDV, y dejar claro que “el principal enemigo de la salud es la ignorancia y las noticias falsas. Y la piel se presta a realizar mucha divulgación interesada”, considera este dermatólogo que subraya que la idea era hacer algo sencillo, ameno, pero con conocimientos actualizados sobre qué es nuestra piel, cómo enferma y qué se puede hacer para mejorarla en cada una de las etapas de nuestra vida”.
PREGUNTA. ¿Se están viendo variaciones o alteraciones cutáneas relacionadas con las condiciones de vida a las que nos ha sometido el coronavirus y la propia infección?
RESPUESTA. Sí. Hay algunos condicionantes. Por ejemplo, en el caso de las mascarillas, vemos que cambia un poco el ecosistema de la piel del rostro. Observamos, por ejemplo, rosácea, alteración de complejo tratamiento que se confunde con rozaduras de la mascarilla, pero que son rosácea u otras dermatitis. Estas alteraciones han aumentado muchísimo.
Como es sabido, se ha visto mucho la caída postcovid del cabello, así como lesiones cutáneas específicas de la infección. Y, por supuesto, el uso de geles hidroalcohólicos ha variado las células del estrato córneo de la piel de las manos, aumentando lesiones y daños.
De la misma forma, las situaciones de estrés y ansiedad que se han vivido han tenido, y siguen teniendo, una gran repercusión en el propio aspecto físico de las personas.
P. El hecho que no haber tomado el sol durante mucho tiempo, y por tanto, ‘carecer de reservas’ de vitamina D, ¿qué implicaciones puede tener para la piel y qué medidas específicas habría que adoptar este verano para tomar el sol con más moderación, si cabe?
R. Desde luego, este año, habría que tener más cuidado, especialmente en zonas que han estado cubiertas y menos expuestas a la luz solar. La piel está más desprotegida que otros años y hay que evitar las quemaduras. Las recomendaciones en cuanto a fotoprotectores son las mismas de siempre, pero incidiendo en buscar más la sombra, protegerse con ropa…; en resumen, iguales medidas, pero con más ahínco.
Este año, la exposición a la luz solar debe realizarse con más cuidado porque ha estado más desprotegida.
P. ¿Cuáles son los beneficios de esta vitamina que tanto nos ha faltado durante este tiempo y que ha estado en el 'ojo del huracán' durante la pandemia?
R. En su momento, pensábamos que la falta de vitamina D sólo afectaba a los organismos en crecimiento, originando raquitismo. Pero, posteriormente se han comprobado otras acciones esenciales de esta vitamina y una de ellas, por ejemplo, es que colabora con el sistema inmunológico en la vigilancia del cáncer.
El déficit de vitamina D no tiene un reflejo sintomático en la piel. Por ello se aconsejan exposiciones cortas de luz solar, tiempos de entre 10 y 20 minutos, en las piernas o en los brazos, que son suficientes para mantener niveles adecuados.
P. En la obra también alude a procedimientos quirúrgicos y estéticos dermatológicos. Estos han variado, disminuido o aumentando con la pandemia?
R. No ha variado sustancialmente. Es más, se han reanudado. Los pacientes se siguen sometiendo a tratamientos quirúrgicos de estética.
P. ¿Han observado una disminución de los cánceres cutáneos?
R. No. Siguen en aumento porque los procesos tumorales que vemos hoy son el producto de daños de años anteriores. Lo que sí es un hecho evidenciado es que durante la pandemia, sobre todo en el confinamiento, e incluso durante este año, ha habido pacientes que no han podido acudir al médico, por lo que es muy probable que 'a posteriori' se confirme que no se han diagnosticado muchos cánceres, no sólo de piel. De hecho, ya se están viendo lesiones más evolucionadas y de peor pronóstico.
Durante este tiempo no se han diagnosticado precozmente muchos cánceres, incluidos los de piel
P. ¿Por qué debemos cuidar la piel desde que nacemos hasta que morimos?
R. Sólo tenemos una piel para toda la vida. Hay una parte del daño ocasionado en una determinada edad que no se recupera. Es importante saberlo y conocerlo para mantener las precauciones. Y después, hay que tener una cierta información de los problemas y enfermedades más comunes que afectan a nuestra piel para adoptar medidas sensatas. Hay muchas informaciones insensatas y no fiables.
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