Varios estudios han demostrado que los patrones dietéticos que tienen un bajo índice glucémico (IG) o carga glucémica (CG) mejoran el control glucémico y los factores de riesgo cardiometabólico en personas que tienen riesgo de padecer diabetes o que ya la padecen, y se asocian a una menor incidencia de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Y ahora, un estudio colaborativo llevado a cabo por un equipo investigador de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, la Universidad de Toronto (Canadá) y la Universidad de Zagreb (Croacia) ha revelado que las dietas o patrones dietéticos con un bajo IG/CG reducen la hemoglobina glicosilada, que mide el nivel promedio de glucosa en la sangre durante los últimos tres meses, en comparación con las dietas con un IG/CG alto.
Además, ha observado mejoras clínicamente significativas en otros factores de riesgo cardiometabólico (colesterol y triglicéridos en sangre, peso corporal e inflamación) en el caso de pacientes diabéticos con niveles de glucosa en sangre moderadamente controlados.
El IG es un número que clasifica a un alimento que contiene hidratos de carbono en función de la cantidad en que eleva los niveles de azúcar en sangre tras su consumo. Únicamente los alimentos que contienen carbohidratos tienen un índice glucémico.
Para conocer el IG se comparan los niveles de azúcar en sangre que se obtienen después de su consumo con los niveles que se obtienen tras ingerir glucosa pura o pan blanco (alimentos de referencia con un IG de 100). Por lo tanto, si se compara el efecto que tiene un alimento rico en carbohidratos con la glucosa pura o el pan blanco sobre los niveles de azúcar en sangre, se puede establecer un IG para cada alimento. Se considera un IG bajo cuando es ≤55; medio cuando está entre 56 y 69, y alto cuando es ≥70. Por ejemplo, los alimentos con un alto contenido en hidratos de carbono simples o azúcar tendrán un IG alto, como por ejemplo la zanahoria y patata cocida, la miel, el pan blanco, entre otros, recuerda la Universidad Rovira i Virgili-IISPV.
Dado que estos beneficios se observan más allá del tratamiento concurrente con fármacos orales para controlar la hiperglucemia o con insulina, “los patrones dietéticos de bajo IG/CG podrían ser especialmente útiles como tratamiento complementario para ayudar a las personas con diabetes tipo 1 y 2 a alcanzar sus objetivos de control glucémico y factores de riesgo cardiometabólico”, afirma el catedrático Jordi Salas-Salvadó, de la Universidad Rovira i Virgili, el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV-CERCA) y el Centro de Investigaciones en Red sobre Obesidad y Nutrición (Ciberon).
Los resultados de este estudio se han publicado en la revista científica Bristish Medical Journal con el objetivo de utilizarse para la actualización de las guías de práctica clínica para la terapia nutricional en la diabetes de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
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