No existen datos suficientes de sumisión química (SQ) debido a los problemas de las víctimas para recordar y las dificultades para detectar la sustancia implicada. No obstante, el Ministerio de Justicia habla de que una de cada tres agresiones sexuales de los últimos cinco años podría haberse producido con la víctima bajo estado de sumisión química. El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses constató 3.001 agresiones sexuales en 2021, practicó análisis a 994 víctimas ante la sospecha de SQ y el resultado fue positivo en el 72% de ellas.
Unos datos que son solo "la punta del iceberg", según la especialista en Medicina de Familia y Salud Comunitaria Alicia Díaz Revilla, miembro del GDTMujer de SoMaMFYC y de la Comisión de Violencia del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid. De hecho, la sumisión química también está detrás de robos y otros delitos. En la mayoría de las comunidades autónomas no existe un protocolo específico que puedan seguir los profesionales de atención primaria (AP). Alicia Díaz Revilla, tutora en el centro de salud universitario San Juan de la Cruz de Pozuelo (Madrid), ofrece en esta entrevista algunas claves para manejar correctamente estos casos.
PREGUNTA. ¿Qué dificultades plantea la sumisión química para los médicos de atención primaria?
RESPUESTA. En muchas ocasiones el diagnóstico puede llegar demasiado tarde porque las víctimas se encuentran en un estado de confusión tal que no saben cómo actuar. Tienen miedo, no se acuerdan de lo sucedido y en un primer momento pueden no acudir al médico. Además, los prejuicios que aún persisten en torno a las agresiones sexuales les llevan a sentirse culpables o encerrarse en sí mismas. Les da vergüenza y piensan que no les creerán si no hay pruebas. Por otro lado, existen dificultades para detectar las sustancias implicadas.
Las víctimas pueden llegar a nosotros comentando vagamente algo que les quita el sueño o les tiene preocupadas o les impide salir o relacionarse con los demás. En estos momentos, es muy importante crear un ambiente de confianza, evitar juzgar y, ante la sospecha, preguntar.
P. ¿Cuándo hay que sospechar?
R. Los síntomas son inespecíficos, por lo que es imprescindible desplegar un alto nivel de sospecha. Podemos encontrarnos con una paciente con bajo nivel de conciencia, traída por algún acompañante o por la policía, o bien con otra que acude sola o acompañada. Su comportamiento puede ser extraño, que esté desorientada, confusa o angustiada, refiriendo encontrarse mal de forma imprecisa, con un relato inconexo. Puede que verbalice síntomas de mareo, visión borrosa, taquicardia, malestar y amnesia casi siempre.
También puede referir síntomas o signos de agresión sexual; si no lo hace, ante la sospecha, debemos preguntar por este aspecto. Otras ocasiones sospechan haber sido inducidas a facilitar dinero, joyas, propiedades, documentos, etc. de forma no libre, pero sin amenaza física o agresión.
Algunas señales de alerta que nos relatan son que se han encontrado en un sitio desconocido sin saber cómo han llegado hasta allí, que les falta ropa o la tienen mal puesta, que sus amigas les cuentan que se han comportado de forma rara, que se encuentran mal, con cefalea y síntomas mayores de lo habitual tras unas copas, que están somnolientas y con más cansancio tras salir por la noche, que tienen lagunas al recordar lo sucedido en las horas previas y que presentan dolor genital.
P. ¿Cuál es la actitud adecuada en caso de que aparezcan estas alertas?
R. Es fundamental conseguir un ambiente de entrevista clínica relajado, cómodo, tranquilizador, dejando el tiempo suficiente al paciente para que se exprese libremente. Si lo desea y contamos con su aprobación, un acompañante de la víctima puede ayudarnos durante la entrevista clínica.
P. ¿Cuáles son los pasos que hay que dar en AP cuando el paciente confiesa lo que ha ocurrido?
R. En la historia clínica siempre se registrará la sospecha de sumisión química, pero es fundamental seguir unas pautas de actuación y conocer los procedimientos médico-legales. No puede faltar una anamnesis dirigida sin olvidar recoger la sintomatología y el motivo de la consulta si cree que ha sido víctima de un delito, así como investigar si existe consumo voluntario. Todo ello sin culpabilizar ni juzgar.
En segundo lugar, hay que hacer una exploración física somera utilizando el protocolo específico de agresión sexual. Es recomendable que sea con testigos y extremar la precaución para la recogida posterior de muestras. Se puede hacer una exploración breve por aparatos y recoger síntomas psicológicos. En AP no se recogen muestras ni se dan sedantes.
Es importante registrarlo todo en la historia clínica. Como actualmente no disponemos de un código específico, se adscribirá a los códigos diagnósticos, por ejemplo CIE-9: 968.5 para intoxicación por estimulantes del sistema nervioso central o CIE-10: T50.903 A 10000 para envenenamiento por fármacos.
"La droga más habitual es el alcohol, en un 80% de los casos; el 20% restante son benzodiacepinas, éxtasis líquido, ketamina y burundanga"
P. ¿En qué situaciones hay que derivar al hospital?
R. Debemos preparar el traslado a urgencias del hospital, si el/la paciente lo consiente, no corre peligro su vida y puede tomar esa decisión. Siempre se contacta con el 061 para realizar la alerta hospitalaria en el hospital de destino. En las pacientes asintomáticas y con más de 72 horas desde el hecho, no se hace traslado urgente para la recogida de muestras; en estos casos, es mejor aconsejar que primero se dirija a la comisaría y después al hospital para recoger la orina y lo que el/la forense estime conveniente.
Independientemente de que se formule denuncia o no es obligatorio cumplimentar el parte de lesiones, especificando “sospecha de sumisión química”. Con los menores que sufren malos tratos o abuso hay que avisar a la Grume y cuando hay agresión sexual hay que recurrir a la UFAM.
P. Sin embargo, hay veces que la víctima no quiere contar lo ocurrido.
R. Si el grado de sospecha es alto pero la paciente lo niega, podemos recoger dicha sospecha en la historia clínica, incluso en algunos casos se podría hacer el parte de lesiones. Como siempre en atención primaria, trataremos de atender médicamente a estas personas, pero también desde el punto de vista psicológico y legal, es decir, se les informará de la importancia de reconocer lo sucedido para la toma de pruebas porque hay un tiempo determinado para ello. En cualquier caso, respetaremos su voluntad, si está en condiciones de decidir.
Cuando el perfil de la víctima corresponda a una persona vulnerable por una situación previa o por la crisis vital que se produce tras la agresión o por la suma de ambas, contactaremos con un/una profesional de trabajo social sanitario para que realice las intervenciones oportunas y la acompañe en el proceso.
P. Existen algunos riesgos. ¿Qué medidas de prevención hay que adoptar?
R. No podemos olvidar la prevención. Hay que informar de la profilaxis para determinadas circunstancias, concretamente las enfermedades de transmisión sexual, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el virus de la hepatitis B y, si es mujer, la prevención de la gestación, el cribado de cáncer de cérvix y la vacuna del Papiloma humano (VPH).
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