Jesús Cabezudo, farmacéutico comunitario en Donostia (San Sebastián), es un enamorado de la dermo; bueno, de la cosmética y de su profesión en general, que vive con entusiasmo, entrega y con un espíritu innovador. La unión de todo esto ha llevado a este profesional a ofrecer un servicio de dermofarmacia novedoso en su botica, que se estructura en dos pilares: tecnología y consejo profesional.
Y no lo ha hecho solo, sino con apoyo del grupo Sanifarma, al que pertenece, y es el que realmente posibilita esta prestación a sus socios. ¿En qué consiste? En ofrecer a los usuarios de la farmacia la posibilidad de hacerse un análisis de piel a dos niveles micro y macroscópico. ¿Cómo? Con un aparato que se llama la Esfera IOMA. "Esta tecnología tiene el aspecto de una bola gigante, en la que en una parte hay un hueco, donde el cliente introduce la cabeza y se hacen cinco fotografías del rostro", explica a CF Cabezudo. Con estas imágenes se lleva a cabo el análisis macro y se mide la luz visible, la poralizada paralela y cruzada, la luz ultravioleta y la luz fluorescente azul.
Dos sondas y dos muestras
Además, la esfera tiene dos sondas: una es la Fisio, que mide hidratación, y otra la Visio, que incluye una cámara y con la que se analizan las muestras de piel que también se toman durante el proceso. ¿Muestras de piel? Sí. En concreto, se recogen dos muestras, mediante unas pegatinas que se colocan en puntos diferentes de la cara. Con la sonda Visio, se hacen fotos de ambas muestras y se determina cuál es el nivel de descamación y de sebo.
"Con todo esto -añade Cabezudo-, obtenemos en tiempo real (en el momento) los valores reales de hidratación, firmeza, daño por luz visible, rojeces, actividad bacteriana, descamación, exceso de sebo, arrugas, líneas de expresión y manchas pigmentarias".
Y durante todo el proceso, el farmacéutico realiza una entrevista para conocer hábitos del cuidado de la piel y otras cuestiones relevantes.
Según su experiencia (oferta el servicio desde 2010), no es nada complicado de interpretar y usar por parte del farmacéutico, pues "ya con las fotos hechas y las mediciones que se muestran en una pantalla vamos viendo cada uno de los parámetros y con ello podemos hacer una recomendación real en función de cómo está esa piel en ese momento".
El farmacéutico hace hincapié en que, aunque la tecnología es de un laboratorio cosmético -IOMA, con sede en París y que cuenta con su propia línea de productos-, el profesional no está obligado a aconsejar y a vender sus cosméticos. "Recomendamos lo que esa persona necesita realmente sin estar atados de pies y manos, y esto es lo bonito del servicio -aclara Cabezudo-. El vademecum que tenga cada farmacia es propia y la recomendación se hará en función de esa oferta y de las necesidades de la persona".
La ‘Esfera IOMA’ realiza fotos del rostro del cliente y, gracias a unas sondas, se toman imágenes de muestras de piel
La intervención dermocosmética del farmacéutico no termina aquí, sino que también se le ofrece al cliente un seguimiento posterior para comprobar que la recomendación está teniendo resultados. "A la persona que se le hace el análisis de piel le abrimos una ficha, donde se recogen sus datos y la recomendación, y le invitamos a hacer un seguimiento con una segunda visita a los dos meses, donde se lleva a cabo un nuevo análisis. Es aquí donde vamos a ver los resultados reales", recalca Cabezudo.
En este tiempo, ha podido comprobar que quien va por segunda vez y "ha hecho el tratamiento medianamente bien", matiza, va a ver resultados y que su piel está mejor. "Ver los resultados in situ y la buena evolución -añade- mostrará al usuario con datos objetivos que el tratamiento funciona y se va a convertir en una persona fidelizada".
Ni se compra ni se alquila
Como este es un servicio que ofrece Sanifarma a los socios que estén interesados y que lo contraten (Cabezudo paga 150 euros al mes), la Esfera IOMA ni se compra ni se alquila, ya que esta tecnología va rotando a lo largo del año por las distintas farmacias del grupo que lo ofrecen y están con ella unos días. "Cada farmacia disfruta del servicio de análisis de piel cada mes y medio o dos meses y, dependiendo de cada una, puede dar el servicio durante dos o tres días. En mi caso, tenemos la esfera tres días cada dos meses”, puntualiza el farmacéutico de Donostia.
En esta logística, hay que contemplar otros aspectos importantes, como son el pago por esta intervención y a quién ofrecerlo.
Cabezudo cobra a los nuevos clientes 5 euros, "y, de esta manera, nos quitamos a la gente que no valora el servicio y al final no se presentan a la cita y a los que no van a querer exprimirlo al máximo". A los que repiten y están fidelizados ya no les cobra, porque "valoran lo que hacemos", argumenta.
Respecto a quién se lo ofrece, Cabezudo comenta que el 80% de quienes han pasado ya por sus manos, o, mejor dicho, por la esfera, responde a un perfil muy concreto: mujer de entre 45 y 65 años. Desgraciadamente, los hombres, que alguno ha tenido, no están muy por la labor. “Ojalá nos cuidáramos más y tuviéramos la necesidad de cuidarnos por fuera y por dentro”, dice el experto en dermo.
Y hablando de quienes han pasado por sus manos, Cabezudo afirma que, normalmente, atiende a unas 14 personas por día; en total 42 personas durante tres días. "Dos tercios son seguimientos y un tercio son visitas nuevas". Si echa números del total de clientes que se han beneficiado del servicio desde 2010, le salen. aproximadamente. 250 personas. Se dice pronto.
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