El Grupo Internacional de Respiratorio en Atención Primaria (IPCRG), una organización sin ánimo de lucro que llega a más de 150.000 profesionales sanitarios de varios países, tiene en marcha el proyecto Asmath Right Care, un movimiento social encaminado a combatir el mal uso de la medicación de rescate (SABA, que responde a las siglas short-acting Beta-Adrenergic Agonist bronchodilators), de manera que no sean usados como terapia de mantenimiento del asma, que es lo que está sucediendo actualmente.
Para ello, el IPCRG ha articulado el programa Teach the Teacher, que se estructura en tres niveles: el primero, en el que se forma a 4 o 5 representantes en respiratorio en atención primaria de cada país; el segundo nivel, que desciende al ámbito nacional, en el que se crea una red de entre 15 y 20 profesionales, y un tercero, circunscrito al ámbito regional, que aspira a formar a 250 sanitarios del ámbito de primaria. La idea es instruir a una masa de expertos suficientemente grande para, así, fomentar en la población el buen uso de los tratamientos para el asma.
Como explican desde el IPCRG, "El modelo Teach the Teacher representa un enfoque educativo innovador en atención respiratoria, que busca construir redes internacionales, nacionales y locales de médicos y educadores de atención primaria; facilita la adaptación de enfoques de tratamiento basados en evidencia a los sistemas locales de atención primaria; desarrolla capacidad educativa, además de conocimientos, habilidades y práctica para el diagnóstico y tratamiento del asma, y se basa en la colaboración".
A diferencia de los programas convencionales de formación de formadores, basados en un modelo de conocimiento en cascada, los impulsores de este programa defienden que su enfoque "permite a los médicos que trabajan en múltiples sistemas de salud y en diferentes idiomas pensar creativamente sobre el desarrollo de programas específicos basados en la evidencia generada en atención primaria de la vida real".
También para farmacéuticos
Otra de las bondades es que está abierto a todos los profesionales sanitarios de atención primaria, entre ellos, los farmacéuticos comunitarios. Y es aquí donde entra en juego Julián Laínez, farmacéutico comunitario y miembro del Grupo de Respiratorio y Tabaquismo de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac).
Según explica a este medio, la aventura de los farmacéuticos comunitarios en esta iniciativa arranca en 2019, en Oporto (Portugal), donde se celebró un encuentro internacional (primer nivel) con 16 países, al que asistieron Francesc Moranta Ribas, Navidad Sánchez Marcos y Francisco Javier Plaza Zamora, de Sefac. Ellos, junto a dos médicos Miguel Román Rodríguez y Mar Martínez Vázquez, del Grupo de Respiratorio en Atención Primaria (GRAP), fueron los encargados, en diciembre de 2022, de formar a un farmacéutico referente de cada comunidad autónoma, como lo es Laínez en Andalucía (segundo nivel).
Y aquí es cuando este farmacéutico sevillano tomó el testigo de esta carrera de fondo, que pretende que la formación en asma y en el buen uso de los medicamentos para esta enfermedad cale como agua fina en todos los niveles y capas del sistema de salud para llegar a los pacientes y obtengan mejores resultados en salud.
Así, a finales de noviembre, organizó una reunión presencial con compañeros andaluces para compartir los conocimientos que le habían sido transmitidos a él. Y logró que asistieran dos farmacéuticos de cada provincia andaluza. Un éxito rotundo, teniendo en cuenta que no han contado con patrocinio alguno y no se ha pagado alojamiento a los asistentes que acudían de cada provincia, como enfatiza Laínez.
Además de explicar las recomendaciones y escalas terapúeticas recogidas en la última edición de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA), en su intervención Laínez quiso transmitir un mensaje claro: "En el mostrador de la farmacia se puede fomentar una educación sanitaria adecuada y hacer una buena dispensación, preguntando al paciente por su medicación, para que el tratamiento de mantenimiento lo use adecuadamante y sepa cuándo tiene que recurrir al SABA. Por tanto, el farmacéutico es primordial para mejorar la calidad de vida del paciente asmático y es el que se debe encargar de esa educación sanitaria, aportando consejos de salud. Eso sí, para ello, debemos estar formados para saber cómo explicar al paciente que debe tomarse su medicación de mantenimiento y no la de rescate como la de mantenimiento". Y es que, añade, que "el paciente, cuando se encuentra mal o tiene una crisis muchas veces no va al centro de salud sino a la farmacia, por lo que somos muy importantes en esta cadena sanitaria".
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