Corría el año 2019 (no hace tanto) y en noviembre salieron al mercado los dos primeros anti-CGRP, indicados para el tratamiento de la migraña. Fue entonces, cuando la Unidad de Atención Farmacéutica a Pacientes Externos del Hospital General Universitario Dr. Balmis, en Alicante, dicieron poner en marcha un servicio de seguimiento farmacoterapéutico centrado en pacientes con migraña y que recibieran estos tratamientos.
"Yo trabajaba como adjunta en este servicio siendo una de las responsables de la Unidad de Atención Farmacéutica a Pacientes Externos. Estos tratamientos eran de dispensación hospitalaria y desde el Servicio de Farmacia, en coordinación con la neuróloga responsable de la consulta monográfica de cefaleas, Isabel Beltrán, establecimos el circuito que consideramos era la mejor opción para garantizar la efectividad y seguridad de estos tratamientos", recuerda Rosa Fuster, hoy jefa del Servicio de Farmacia del Hospital de Marina Baixa, que aporta a CF todos los detalles de una experiencia que ha resultado ser un éxito y que está implantada ya como un servicio más.
Primero, un estudio
El seguimiento de estos fármacos se justifacaba, no solo por su "alto impacto económico" sino también porque, como apunta Fuster, "en los ensayos clínicos se había visto que no todos los pacientes se beneficiaban del tratamiento, por lo que se llegó a un compromiso con la dirección del centro de presentar resultados en salud". Por ello, Farmacia lideró un estudio observacional retrospectivo para evaluar la efectividad y seguridad del erenumab y galcanezumab en vida real en migraña crónica y episódica.
En aquel estudio participaron Adrián Viudez, primer autor del artículo y residente que estaba rotando con Fuster en la consulta en ese momento; Ángela Pascual, adjunta de Farmacia por aquel entonces; Isabel Beltrán y Raquel Lorido, neurólogas que llevan la consulta monográfica de cefaleas del hospital.
Ese trabajo se llevó a cabo con 142 pacientes que, previamente, no habían respondido a tres alternativas farmacológicas bien establecidas para la prevención de la migraña. Y se analizaron parámetros objetivos, como días mensuales de dolor de cabeza y días de medicación específica para la migraña aguda, y subjetivos, como discapacidad por migraña, impacto del dolor de cabeza, etc.
¿Las conclusiones? Que erenumab y galcanezumab redujeron los días mensuales de dolor de cabeza, los días de medicación específica para la migraña aguda por mes, la puntuación de la Prueba de Impacto del Dolor de Cabeza, la puntuación de la Prueba de Evaluación de Discapacidad de la Migraña y la puntuación de la Escala Visual Analógica después de 3 y 6 dosis.
Asimismo, más del 25% de los pacientes del estudio experimentaron una reducción a la mitad en los días mensuales con dolor de cabeza, y más del 50% informó de una reducción a la mitad en el número de días de medicación específica para la migraña. Ambos tratamientos mostraron un excelente perfil de seguridad y rara vez llevaron a su interrupción debido a una mala tolerancia.
Un programa de AF
Fúster explica a este medio que, además de analizar el perfil de seguridad de los dos anti-CGRP, "lo importante era que la población con migraña a la que van dirigidos cumple muchos de los requisitos para plantearse un programa de atención farmacéutica por tratarse de personas polimedicadas, pluripatológicas, muchas presentan comorbilidad psiquiátrica, como ansiedad y depresión, falta de motivación y baja calidad de vida, lo que, en muchas ocasiones, se traduce en una baja adherencia terapéutica".
Y así, con el apoyo de Juan Selva Otaolaurruchi, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital, "que es el que ha apostado por el proyecto", ensalza Fuster, se puso en marcha el servicio de seguimiento farmacoterapéutico y se diseñó un circuito de dispensación y consultas al paciente con migrañas.
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