Es de primero de marketing. Si quieres vender un producto, tienes que resaltar sus cualidades -magnificarlas incluso- y ocultar o minimizar sus posibles fallos. Tienes que creerte, en suma, el enorme potencial de tu oferta. Ese es, en esencia y con un lenguaje mucho más gráfico, el consejo que Alfredo Martínez, gerente del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O), ha deslizado a los médicos de atención primaria que ejercen en la Comunidad Foral. "Si quieres vender el caballo, no puedes decir que está tuerto, que está cojo, que está sarnoso...".
Donde dice "caballo", léase "atención primaria", y el mensaje del gerente suena, más o menos, así: "Primaria debe seguir siendo un elemento clave en el sistema, pero seguramente no puede ser el mismo elemento clave que hace 30 años. Hay que redefinirla con nuevos modelos y objetivos, y, solo inculcando ese modelo a las nuevas generaciones, haremos viable este nivel en el futuro".
Bajo la atenta mirada de su consejero de Salud, Fernando Domínguez, y arropado por una parte del actual equipo del Departamento de Salud (el que desembarcó en el SNS-O tras las elecciones autonómicas de mayo), Martínez ha aprovechado el Encuentro con la Sanidad de Navarra, celebrado esta semana en el Hospital Universitario (HUN) -y organizado por Diario Médico, en colaboración con el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra y con el apoyo de AstraZeneca, Bayer, Gilead, GSK, Lilly y Siemens Healthineers- para enhebrar un discurso sobre primaria que, por momentos, cobró visos de zarandeo verbal. Y con un destinatario claro: los especialistas del primer nivel asistencial.
"Siempre que tengo la oportunidad de hablar con los médicos de Familia, se lo digo: los que hacen atractiva la especialidad son ellos, pero tienen que empezar a ser ambiciosos, tienen que empezar a pensar a lo grande. ¿Qué tienen los profesionales del hospital que no tengáis vosotros?". A la pregunta retórica que Martínez dejó flotando en el auditorio, seguro que sus interlocutores, los médicos de Familia, pueden dar muchas respuestas, pero una de ellas -probablemente, la mayoritaria- coincide con la que él mismo aventuró: "Los especialistas hospitalarios tienen inversión". Y fue más allá: "Vale, ¿en qué queréis invertir, entonces?". Y volvió a zarandearles con el mismo lema: "Pensad a lo grande, porque todo lo que sea ampliar vuestra cartera de servicios, para mejorar vuestra capacidad de resolución, va a contar con el apoyo del Departamento de Salud".
Tantas y tan entusiastas apelaciones a las bondades del caballo contrastan con el sentir de parte de esos médicos de Familia, al menos el de los 202 que contestaron a la encuesta que hizo pública en noviembre el Sindicato Médico de Navarra (SMN) sobre el grado de cumplimiento del acuerdo de febrero, el que zanjó la última huelga de primaria en la comunidad. El sondeo es claro: el 77% de los centros de salud no cumple con los límites asistenciales fijados en el acuerdo, la burocracia no se ha reducido y en las 57 zonas básicas de las tres áreas de salud (Pamplona, Estella y Tudela) hay plazas de médico sin cubrir. ¿Será verdad que los facultativos se fijan más en que el caballo está tuerto o cojea? ¡Cachis!
Aunque Martínez cree que la realidad del primer nivel asistencial "no es tan catastrófica como la que se refleja a veces en las reuniones de los equipos de gestión o en los medios de comunicación", admite que problemas, haberlos, haylos: "Es evidente que tenemos dificultades de cobertura de médicos de Familia y de pediatras en algunas zonas, y que el modelo general de la OPE, pese a que las convocamos regularmente, no está resolviendo dos objetivos clave: la cobertura de todas esas plazas médicas y la fidelización del personal en determinados puestos".
Lejos de enfriar el entusiasmo del gerente, la constatación de esos problemas, dice, obliga al SNS-O a buscar fórmulas imaginativas o, traducido a lenguaje Martínez, "elementos para ilusionar". Y haberlos, también haylos. El tamaño de la comunidad y su distribución en dos gerencias de Primaria (una para Pamplona y otra conjunta para Tudela y Estella) "nos permite trabajar con ofertas de trabajo prácticamente personalizadas, y en algunas áreas nos están dando muy buen resultado los contratos compartidos, que permiten compaginar varias actividades".
En el catálogo de reclamos, el gerente cita, precisamente, algunos de los que aparecen expresamente recogidos en el acuerdo de febrero, desde la "mejora de la capacidad de autodecisión del médico, para dilucidar qué hacemos con las agendas, quién las fija o cuántas citas tienen al día", hasta la tan traída y llevada desburocratización, "porque todo lo que sea una sobrecarga no justificada tenemos que ver cómo eliminarla".
Todos esos mandamientos se resumen en dos, que -seguro- también les suenan bien a los especialistas: la mejora de sus condiciones laborales y retributivas. Aquí, asegura el gerente, el corsé les aprieta un poco, porque "trabajamos con un marco normativo que, a veces, no nos satisface ni a nosotros, como Administración, ni a los profesionales". Martínez invoca entonces a un dios mayor, que, en el caso de Navarra, se llama nueva Ley Foral de Salud: "Un aspecto importante de esa nueva norma va a tener que ser la modificación de la gestión de las personas, la gestión del conocimiento y la fidelización de profesionales, porque tenemos un marco desde hace más de 30 años [la Ley Foral de 1990] que ya no responde a las necesidades actuales".
La actualización de la columna normativa vertebral de la sanidad autonómica es, precisamente, uno de los ejes estratégicos de la legislatura en curso, según Antonio López Andrés, director general de Salud del Gobierno de Navarra, y la primera meta volante está clara: "Nuestro objetivo es presentar a finales de 2024 un borrador al parlamento autonómico. Esa es la idea en cuanto a los plazos, pero ya veremos si somos capaces de cumplirlo".
Sea o no en esa fecha, lo que tiene claro el segundo de la Consejería de Salud es que el borrador en cuestión habrá sido previamente trabajado con todos los agentes implicados, porque "una ley que tiene vocación de permanencia en el tiempo, ha de ser una ley muy participada, en la que sientan cómodos todos los implicados y que sea fruto del mayor consenso posible".
El modelo macro que ha marcado las directrices sanitarias en Navarra durante las tres últimas décadas ha cumplido con creces, según López Andrés, "y la prueba es que nuestra sanidad ha sido puntera en el Estado", pero esa ley ya está exhausta, urge cambiarla, "y ese cambio tiene que reflejar el modelo asistencial que queremos, porque el actual prácticamente no ha variado en los últimos decenios, ni en Navarra ni en España, y ya no responde ni a la sociedad actual, ni al conocimiento, ni a la gestión de profesionales o recursos, ni al nivel de tecnificación...".
colaboren todos los agentes implicados se sientan cómodos con ella y que sea fruto de un consenso.
Un reto clave es la digitalización: todo lo que podamos avanzar en soluciones digitales a trabajamos que venimos haciendo manualmente desde antes de la actual Ley de Salud. Ha dejado caer que el SNS-O tiene hoy la posibilidad de hacer una fuerte inversión en la digitalización del primer nivel, similar al desembolso que ha hecho la comunida con el Plan INVEAT, para dotar de alta tecnología a sus hospitales, y destinar ese dinero a "proyectos tan importantes como la monitorización de pacientes desde primaria o la intervención en el ámbito sociosanitario, con los pacientes en residencias o los pacientes dependientes en el domicilio". ELEMENTOS PARA ILUSIONAR.
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