Analizar la presencia de reacciones adversas relacionadas con el uso de los opioides. Este es el objetivo principal del estudio impulsado por la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León, llevado a cabo del 15 de marzo al 30 de junio de este año, y en el que se han involucrado 63 farmacias comunitarias de la red más otras 20 que no se consideran centinela, pero a las que se les ha abierto la participación.
Como explica a este medio Juan Prieto, coordinador de la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León y vicepresidente de Consejo de COF de esta comunidad autónoma, esta investigación se inicia tras observarse que el consumo de opioides se ha multiplicado por dos en los últimos diez años. "Por ello, creímos oportuno estudiar la seguridad del uso ambulatorio de los opioides para ver si podíamos sacar alguna incidencia de utilización y mejorar la prescripción y uso de estos medicamentos en población real", afirma Prieto.
Para llevar a cabo el trabajo, se diseñó un protocolo y se presentó ante la Dirección General de Salud Pública y ante el Comité Ético de Investigación de Medicamentos con el fin de conseguir su autorización. Además, se ofreció a los participantes la formación necesaria para poder realizar el estudio. En esta formación se abordó la farmacología de los opioides, el protocolo y cómo hacer la selección de los pacientes, entre otros aspectos.
Opioides mayores y menores
La investigación se centró en tres cohortes: pacientes que usan opioides que se consideran menores, como el tramadol; los que tienen pautados opioides más potentes (mayores), como el fentanilo, la oxicodona o la morfina, en definitiva, "los del Grupo N02A, excepto tramadol, codeína y combinaciones con AINE", matiza Prieto, y un tercer grupo de control con personas en tratamiento con un analgésico no opioide, como el paracetamol.
"Los pacientes tenían que estar como mínimo tres meses de tratamiento con estos fármacos y no más de dos años, porque, "a partir de dos años, considerábamos que hay riesgo, sobre todo con los opioides mayores, de adicción y/o dependencia", aclara.
Los items analizados han sido problemas de salud que han tenido en ese tiempo relacionados con las reacciones adversas más frecuentes en este tipo de pacientes (somnolencia, mareos, problemas en el sistema nervioso central, dependencia, síndrome de abstinencia en caso de retirada del fármaco) y si estas reacciones son más o menos frecuentes y graves, dependiendo del tipo de opioide.
Aunque Prieto apunta que están en fase de análisis, el trabajo arroja algunos datos que ya se pueden desvelar. Así, se han efectuado 532 intervenciones y han detectado 2.750 problemas de salud. "Esto se relaciona con que son personas que tienen patologías complicadas y que estos son fármacos con un altísimo porcentaje de posibles reacciones adversas", argumenta Prieto.
Además, han detectado 21 reacciones adversas, principalmente, en el ámbito neurológico, que ya han sido comunicadas a través de NotificaRAM al Sistema Español de Farmacovigilancia.
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