Los aceites esenciales están viviendo una época dorada en lo que a interés de la comunidad científica se refiere, con más de 40 ensayos clínicos publicados en lo que va de año, en los que se analizan distintas aplicaciones. Algunos sobre los que más trabajos se están realizando son la Menta piperita, la Lavandula officinalis o los extraídos de los cítricos, así como el árbol de té (Melaleuca alternifolia), éste último por su efecto preventivo del fotoenvejecimiento.
La definición del Ministerio de Sanidad sobre un aceite esencial, siguiendo la terminología de la Comisión de la Farmacopea Europea, es que se trata de un producto oloroso, generalmente de composición compleja, obtenido a partir de una materia prima vegetal definida botánicamente, por destilación con vapor, por destilación seca o por un proceso mecánico apropiado sin calentamiento.
Se pueden acumular en cualquier tipo de órgano vegetal, aunque principalmente se encuentran en flores y hojas, según explica la Guía sobre aceites esenciales en productos cosméticos, editada por el Ministerio de Sanidad. Así, los aceites esenciales son sustancias volátiles extraídas de diversas partes de las plantas aromáticas y que reciben la denominación de esenciales "por contener la esencia de la planta, es decir, su olor y sus propiedades", explica Paula Hernández, farmacéutica y responsable de formación técnica del laboratorio Terpenic.
Pero no todas las plantas son candidatas para la extracción de aceites esenciales, del mismo modo que no todas son plantas terapéuticas, según María García del Hierro, farmacéutica y vicepresidenta del COF de Cantabria. Se calcula que en torno al 10% de las plantas medicinales presentan posibles usos para su utilización a través de aceites esenciales.
Las más usadas
Algunos de los aceites esenciales más utilizados en cosmética, según un trabajo publicado por el Departamento de Farmacología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla son la esencia de pino, para la elaboración de champús y jabones; el de romero, para fortalecer el cabello y en cremas cosméticas antiedad por sus propiedades antioxidantes; el de eucalipto, por su poder antiséptico y antinflamatorio así como para limpiar la piel y mejorar la regeneración de tejidos; el árbol de té, por sus propiedades antisépticas, y la esencia de limón, para blanquear las manchas de la piel. Asimismo, la esencia de jazmín es muy utilizada para elaborar perfumes, jabones y cremas cosméticas, así como para dar masajes por su poder relajante.
Según este trabajo, para abordar patologías como el acné son útiles el aceite de semilla de uva, el árbol de té, el aceite de lavanda, rosa mosqueta, caléndula, jojoba y bergamota. Y para corregir arrugas, el aceite esencial de ciprés, el de germen de trigo y rosas, además de los de lavanda, rosa mosqueta, almendras y jojoba.
Para recuperar las condiciones normales del cabello o retrasar su caída se emplean el aceite de coco, oliva, lavanda, ricino, jojoba y almendras.
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