Amanda Murillo dejó su Murcia natal para estudiar Medicina en Lituania. "Siempre me había atraído el vivir en el extranjero y cuando se presentó la oportunidad, pues hice las pruebas de evaluación, los exámenes de Allí me aceptaron y me fui". Estudió en la LSMU Lithuanian University if Health and Science donde conoció a su novio, también médico. Al terminar la carrera en 2019 convalidó su título y regresó para trabajar en un pueblo de Jaén, como pediatra rural ella y como médico de familia él, un año antes. La falta de médicos de atención primaria y de pediatras rurales les permitió comenzar a trabajar sin necesidad del MIR, pero sin gran estabilidad.
"Al final el contrato que teníamos era excepcional por la falta de médicos, pero si en un futuro hay más médicos y llega alguien con la especialidad podrían despedirnos aunque lleváramos 20 años de carrera allí". Por este motivo, decidieron presentarse al examen. Así, del tirón, sin estudiar. Ambos sacaron una nota similar, apenas con 100 puestos de diferencia. Él consiguió nota para lo que quería y donde quería: Medicina Preventiva en Elche. Ella necesitaba más nota para Dermatología, así que después del examen se puso a estudiar. "Tengo claro que es una fantasía difícil de conseguir, pero si no lo intento seguro que no lo consigo". Dermatología es tradicionalmente la primera en acabar sus plazas. ¿Segunda opción? "Me gusta mucho Inmunología y Alergología porque son campos con mucha investigación pero tengo que planteármelo más detenidamente". En cualquier caso, le gustaría hacer la residencia en Alicante o Murcia para estar cerca de la familia.
"La mayoría de la gente lo que te recomienda es confiar en lo que sabes e ir con la seguridad los exámenes de que sabes mucho más de lo que piensas.
Lucha las preguntas y sácalas.
Es un examen que , por mucho que te prepares, es inabarcable y siempre van a preguntar cosas que no conozcas, que no hayas estudiado y que no te suenan absolutamente nada.
Manejarte este grado de incertidumbre es algo muy necesario para estos exámenes.
Lo más difícil es confiar que aunque no te estén saliendo las cosas bien, como los simulacros, aunque no seas el mejor en la lista, o estés entre medias, o estés abajo, confía en lo que sabes, ve a por todas y lúchalo".
Así se está preparando
Apenas dos días después de acabar el examen, y de mudarse a un pueblo de Alicante para estar más cerca de la familia, comenzó a prepararse para el año siguiente con la academia AMIR. Nunca se planteó prepararse por su cuenta. "El material que te facilita la academia y las clases presenciales contienen todo lo que necesitas para el examen. Si aspiras a una nota alta, presentarse por libre no creo que sea una buena opción".
La pauta de la academia son una 10 horas de estudio diarias, pero Amanda reconoce "que hay días muy locos de 15 o 16". "A nivel emocional y de cansancio en general, 8 horas las tolero mejor y muchas veces veo que a largo plazo es más productivo, pero es cierto que 10 horas es lo que necesitas para meter todo lo que te piden".
Pero el planning no contempla la enfermedad. "Cuando tengo migrañas estoy incapacitada todo el día. Entonces, si tengo cuatro migrañas al mes son cuatro días que he perdido, y para recuperarlo supone días de 15 o 16 horas, porque si no, no hay forma". A pesar de todo, lo mejor es escuchar el cuerpo. "He intentado sobre todo respetar el estar mala. El otro día me levanté con fiebre, con dolor de cabeza y no me encontraba bien. Entonces dije, vale, prefiero no estudiar en absoluto y descansar, pasar todo el día en la cama y mañana será otro día".
Para llevar esto de la mejor forma posible, los tiempos de descanso y desconexión son fundamentales. Amanda lo canaliza a través del deporte. "Hago circo, un poco de aro, telas, cintas..." Y si, ahora por las fechas navideñas, hay que quedar a comer con la familia, pues se queda. "Si tengo una comida, estudio toda la mañana, iré a la comida, y al día siguiente continúo estudiando". Sin dramas. No quiere llegar al examen "quemada". "Pienso que es mejor tener tus descansos y momentos de interacciones para que luego seas capaz de ir bien y con todo al examen. Mi punto fuerte es razonar, así que si llego con la cabeza embotada y triste no me va a servir de nada".
"Creo que el haberme presentado el año pasado a probar me va a ayudar en cuanto a ir más tranquila y conocer el campo de batalla, sobretodo a quitarme nervios".
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