Es un abordaje poco conocido y, sin embargo, la radioterapia, sola o en combinación con otros tratamientos, permite curar hasta un 40% de cánceres. Además, un 60% de estos pacientes precisa radioterapia en algún momento de su enfermedad, según la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).
La pandemia ha tenido como efecto colateral un impulso a la radioterapia en España. El Covid-19, en especial durante la primera ola, ha llevado a una suspensión de intervenciones quirúrgicas. En el caso de la oncología, la radioterapia ha ganado protagonismo como alternativa a la cirugía.
A su vez, el coronavirus supone un espaldarazo al hipofraccionamiento de la radioterapia, que consiste en la aplicación de mayores dosis en un menor número de sesiones. Gracias a esta estrategia, desde la SEOR informan de que un tumor de mama o próstata ha pasado de requerir unas 30 o 35 sesiones a cinco. Para el paciente, en lugar de acudir al hospital durante seis o siete semanas, el tratamiento acaba en solo una.
El desarrollo tecnológico, y en especial la incorporación de la imagen, ha permitido ganar en precisión al aplicar una radiación mucho más dirigida al tumor. También se ha avanzado en las técnicas de modulación de dosis. “El tratamiento es tan efectivo o más que antes, pero con muchas menos toxicidades”, explica el presidente de la SEOR, Jorge Contreras.
Las técnicas de alta precisión, como la radioterapia estereotáxica extracraneal o SBRT, permiten irradiar dosis ablativas en lesiones localizadas. El procedimiento, al igual que la cirugía, permite la ablación del tumor primario o metástasis. También se ha avanzado en el control del movimiento de los tumores: los sistemas de control respiratorio permiten aplicar la radiación justo en el momento adecuado de la respiración, para evitar el daño en órganos adyacentes como el corazón en el tumor de mama.
Como alternativa a la cirugía, la radioterapia ofrece en algunos casos una opción menos mutilante, en tumores de cabeza y cuello como el de laringe, permitiendo mantener la fonación; en recto, manteniendo la funcionalidad del esfínter, o en próstata, evitando incontinencia urinaria y disfunción eréctil. En mama tiene un papel esencial en cirugía conservadora y permite eludir la mastectomía.
“El hipofraccionamiento se aplica en infinidad de localizaciones, desde pacientes pediátricos a muy ancianos, adaptando el tratamiento y la indicación a cada caso”, señala Carmen Rubio, jefa de Servicio de Oncología Radioterápica de HM Hospitales. Afirma que de los 1.700 pacientes tratados con radioterapia el año pasado, en más del 70% se aplicaron 10 sesiones o menos, y el 50% sólo requirió cinco, “en muchos casos con finalidad curativa”.
Rubio advierte de que técnicas como el SBRT y la verificación por imagen están permitiendo administrar grandes dosis en lesiones en movimiento en órganos como el pulmón, el hígado o el páncreas. “Esto hace unos años era impensable por el daño que se podía producir en el tejido sano si no se era preciso”. La menor toxicidad está posibilitando más reirradaciones en pacientes que sufren recaídas. Como tratamiento paliativo, es una herramienta para mejorar la calidad de vida frente a síntomas como el dolor o el sangrado. Uno de los campos emergentes son las oligometástasis. “Se obtienen prolongaciones muy largas de la supervivencia y a veces curaciones”, destaca Rubio.
Y se continúa avanzando en el hipofraccionamiento. “Estamos participando en varios estudios y en muchos tumores los resultados apuntan a que aumentar la dosis ayuda a controlar mejor el cáncer”, resalta Jordi Giralt, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona).
Las cifras de eficacia contrastan con que sólo un 5% del presupuesto en cáncer se dedique a la radioterapia, según SEOR. “La radioterapia en España ha sido la Cenicienta. Es una herramienta muy efectiva, pero muy desconocida por la escasez de recursos”, lamenta su presidente. Ante la falta de inversión pública, la donación de la Fundación Amancio Ortega, estimada en 310 millones para la compra de equipamiento tecnológico en hospitales públicos, ha supuesto “un antes y un después”. En radioterapia, se ha traducido en “unos 115 aceleradores lineales avanzados, que ya están prácticamente disponibles en todas las comunidades autónomas”.
En el Vall d’Hebrón, ha permitido cambiar tres aceleradores por otros de última generación. “Los nuevos equipos permiten trabajar con precisiones inframilimétricas y el beneficio para los pacientes es espectacular”, asegura Giralt, que apunta que en su hospital se tratan alrededor de 1.800 pacientes al año. “El problema es que si después no se incorporan nuevos avances, volveremos a estar a la cola de Europa”.
Un ejemplo de colaboración entre tres centros privados
El modelo del Centro Integral Oncológico Clara Campal (Ciocc) de HM en Madrid se extrapoló primero a Santiago de Compostela y desde hace dos años a Barcelona. “El trabajo conjunto, liderado desde Madrid, nos permite alcanzar mejores cotas asistenciales, docentes y de investigación”, afirma Joan Albanell, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM Ciocc Barcelona.
Los tres Ciocc comparten protocolos de diagnóstico y tratamiento y recursos. “Un paciente puede tratarse en otro centro distinto al de su origen si hay una tecnología o un especialista concreto”, señala Albanell. Pone el ejemplo del consejo genético, los sarcomas o las CART, que se lideran desde Madrid, mientras que en neuroncología el referente es Barcelona.
En investigación, se facilita el acceso de los pacientes a los estudios. “En Madrid hay ensayos muy avanzados con nuevos medicamentos y los pacientes pueden acceder a tratamientos que de otra forma no estarían disponibles”. También investigan en colaboración, y pone de ejemplo un ensayo con biopsia líquida para diagnóstico precoz en cáncer de colon junto con Guardian Health. “Solo en la primera fase con los Ciocc hemos conseguido incluir 300 participantes".
Por último, en docencia, donde destaca el reciente acuerdo con la Universidad Internacional de Catalunya para formar médicos y enfermeras, desarrollan actividades conjuntas para profesionales y población general.
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