El Ejecutivo catalán, que preside Pere Aragonès, sostiene que el traspaso de competencias en materia de formación sanitaria especializada forma parte del listado de 56 posibles trasferencias a Cataluña, de acuerdo con lo acordado el lunes pasado en la reactivada mesa bilateral Gobierno-Generalitat, pero representantes destacados de la profesión médica autonómica no tienen información al respecto. Es lo confirmado por Antoni Trilla, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, y por Jaume Padrós, presidente del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña y del Colegio de Médicos de Barcelona.
Este último ha salido al paso de la polémica en Twitter diciendo: “Quiero recordar que más allá del titular, no hay nada; que desde hace unos 20 años que la noticia aparece de manera recurrente sin que se diga su contenido excepto para crear un debate estéril más de verano. El @CCMC no tiene conocimiento de nada ni ha sido consultado al respecto”.
“Quiero destacar que lo que realmente sí interesa prioritariamente es que Cataluña -también las CCAA que así lo deseen- pueda abordar competencialmente el número de plazas, la acreditación de las unidades docentes y los recursos para hacerlo. La realidad sociodemográfica nos indica que necesitamos más médicos en algunas especialidades. Hay que aumentar esta capacidad docente y que se pueda planificar según las necesidades. Eso sí es prioritario. Un ejemplo, comparativamente con un número similar de facultativos pero con una población muy inferior, Madrid oferta hasta un 40 % de plazas MIR de especialidades (no MFyC) más que Cataluña. Basta ya de demagogia y de discursos rancios sobre la 'unidad y hermandad nacional', que sirven a otros intereses pero que en nada ayudan a entrar racionalmente en el fondo del problema y a encontrar soluciones y de acuerdo con el marco competencial que también da el Estatuto (de Autonomía de Cataluña)”.
El artículo 162 del Estatuto catalán recoge textualmente: "Corresponde a la Generalitat, en todo caso, la competencia compartida en los siguientes ámbitos: (…) d) La formación sanitaria especializada, que incluye la acreditación y la evaluación de centros; la planificación de la oferta de plazas; la participación en la elaboración de las convocatorias y la gestión de los programas de formación de las especialidades y las áreas de capacitación específica, y la expedición de diplomas de áreas de capacitación específica".
“Hoy por hoy, este tema forma parte de los 56 traspasos que trataremos a partir de octubre. Es uno de los que podríamos tener resultados antes, pero no tenemos aún más concreción”, informaron horas después de la reunión bilateral a este diario fuentes autorizadas de Presidencia de la Generalitat.
La formación sanitaria especializada en España está planificada, dirigida y gestionada por el Ministerio de Sanidad y por los sistemas de salud de las comunidades autónomas (que no por las universidades). Tanto ministerio como autonomías han regulado al respecto (por ejemplo, aspectos sobre las figura de los tutores).
La falta de concreción no ha impedido que salten de nuevo las especulaciones y la polémica por el posible traspaso del MIR a Cataluña, y que se sucedan las reacciones en contra. Hoy le ha tocado el turno al Consejo General de Colegios de Médicos (CGCM), el Foro de la Profesión Médica y la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).
El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCM), por su parte, pide prudencia al plantear cambios en el sistema MIR y defiende el modelo actual como “símbolo de igualdad, cohesión y calidad en la formación de especialistas”.
El CGCM: falta una "propuesta real"
Admite que “el desconocimiento de una propuesta real en torno a esta posibilidad y las discusiones políticas que puedan derivarse de ello generan confusión y no facilitan la creación de estrategias adecuadas”, destaca. Y traslada su disposición a las administraciones, “para trabajar de manera conjunta en acciones enfocadas a la mejora de la actividad profesional de los médicos, en consonancia con la información transmitida por el Ministerio de Sanidad”.
Y recuerda que el CGCM ha propuesto reformas distintas a las conocidas estos días y alineadas con el entorno europeo, y ha puesto en marcha proyectos como la Escuela de la Profesión Médica, cuyo primer seminario se celebra los días 23 y 24 de septiembre –en Santander- y alberga una jornada de debate sobre la evaluación de la formación de los médicos en España, entre otros temas de interés.
El Foro de la Profesión Médica ha reiterado, como ya hiciera la última vez que se deslizó esta posibilidad en enero de 2020 sin que se concretara ninguna propuesta, que “un posible traspaso o fragmentación supondría dinamitar un modelo de éxito con nefastas consecuencias tanto para los especialistas en formación como para los centros docentes, y por extensión para todo el sistema sanitario, lo que terminaría afectando también a los pacientes, destinatarios últimos del mismo”.
Las bases comunes, en el ministerio
Y ha aseverado que considera que “tanto el sistema de selección del MIR como la acreditación, evaluación y elaboración de los programas docentes deben ser de ámbito nacional, por lo que es el Ministerio de Sanidad quien debe establecer las bases comunes del régimen laboral y de los aspectos formativos para todo el territorio”. Por ello agradece las palabras de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmando que no está sobre la mesa ningún cambio ni traspaso del sistema MIR.
Por último, la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), organización de ámbito nacional que agrupa la voz de más de 120.000 médicos especialistas, ha mostrado su preocupación “porque la fragmentación del sistema actual supondría el fin de un modelo de éxito y penalizaría no solo a los especialistas en formación y a los centros docentes, sino a todo el sistema sanitario, los pacientes y, en último término, a los ciudadanos”. Y ha pedido que no se tomen decisiones que puedan afectar a la formación de especialistas sin contar con las asociaciones científicas y profesionales.
43 años de un caso de éxito indiscutible
La formación MIR fue formalizada por el Real Decreto 2015/1978, y en 1984 otro real decreto estableció que fuese la única vía de especialización médica, lo cual ha resultado uno de lo mayores éxitos de la sanidad española. La formación especializada médica mediante un contrato laboral tiene su antecedente en el Hospital Clínico de Barcelona, en los años sesenta, y emula el sistema de residencia de EEUU, con una diferencia especialmente destacable: mientras en EEUU un aspirante a residente contacta con varias universidades solicitando su admisión, las cuales proceden a escogerlos mediante su propio mecanismo, en España se optó por un examen único y centralizado.
Pero el sistema MIR no ha evolucionado al mismo ritmo que la Medicina, la sanidad y las necesidades sociales, tal y como han ido recogiendo diferentes documentos de expertos. La Conferencia de Decanos de Medicina creó una subcomisión de estudio para la reforma del examen que, entre otras cosas, planteaba la idea de adelantar la fecha de la prueba, para preservar el continuo formativo entre grado y posgrado, cosa que no se hizo.
Algunos problemas pendienets de solución:
-El examen influye negativamente en el grado de Medicina, sobre todo en sexto, un curso muy orientado a la preparación de la prueba.
-Esa prueba es una mera oposición, que a pesar de la Ley de Ordenación de la Profesiones Sanitarias (LOPS), de 2003, sigue sin incluir la valoración de habilidades y otras competencias.
-Quedan demasiados graduados sin plaza MIR y sus diferencias curriculares respecto a los que sí la obtienen son mínimas.
-Es el MIR el que escoge centro, y no los centros -o unidades docentes- los que escogen al residente que mejor se ajusta a sus necesidades.
-El número y distribución de plazas MIR no se ajusta a las necesidades del SNS y los pacientes.
-El decreto de troncalidad, base legal de la primera gran reforma del modelo, ha sido cuestionado profesional y judicialmente.
También hay demasiadas dudas sobre los programas formativos; el papel de las comisiones de docencia; el apoyo, reconocimiento y volumen de tutores; la evaluación del progreso competencial, y la conveniencia de una prueba al final del periodo MIR, contemplada en la LOPS, y motivo de una sonada huelga de los propios residentes.
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