El pasado miércoles, un juez autorizaba permitir la ozonoterapia como "uso compasivo" a un paciente ingresado en la UCI del Hospital de La Plana de Vila-real, en Castellón, por la covid-19.
El auto judicial avalaba la petición de la familia del paciente, un hombre de 49 años con neumonía bilateral para que se le administre el tratamiento en ese hospital público. No obstante, tanto la Consellería de Sanidad valenciana como el propio hospital se oponían al citado tratamiento de ozono por vía rectal, nasogástrica y endovenosa a un paciente grave de covid-19, ya que no estaba incluida en su cartera de servicios.
Según el auto, el juez acuerda ahora autorizar que se aplique al paciente el "tratamiento compasivo con ozonoterapia" dirigido por un médico especialista, que en este caso es ajeno al hospital público.
La justicia asume con este auto el tratamiento compasivo "por encontrarse su vida en peligro grave y no haber surtido efecto positivo ninguno de los tratamientos dispensados hasta la fecha en la UCI del Hospital de La Plana", indica el auto.
Ni segura, ni eficaz
Sin embargo, las reacciones médicas no se han hecho esperar. La Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva, ha señalado que el uso de ozono en estos momentos no se contempla como una alternativa segura y eficaz en los pacientes críticos afectos de covid-19. Los estudios publicados con su uso son de bajo impacto científico y en ningún caso con enfermos en estado crítico”.
En similares términos se ha pronunciado al Junta Clínica del Hospital de la Plana, que expresa, “por unanimidad, su apoyo a los profesionales de la UCI y su rechazo a la imposición del Juzgado de lo Contencioso de permitir terapias sin evidencia científica, por personas ajenas al hospital”.
Desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas se apunta a que “es un precedente peligroso que se obligue a un hospital a aceptar que personal ajeno al Sistema Nacional de Salud actúe dentro de una Unidad de Cuidados Intensivos, sobre todo para aplicar procedimientos no autorizados por la Agencia Española del Medicamento, catalogados como pseudoterapias por parte de la Organización Médica Colegial y en contra del criterio clínico del personal del servicio responsable de la atención al paciente.
Aunque existen estudios que intentan demostrar si el uso de ozono tienen algún tipo de eficacia –de hecho, al comienzo de la pandemia se intentaron todo tipo de estrategias que, como la ozonoterapia, no ofreció los resultados esperados-, “este tipo de estudios, generalmente de baja calidad, con poco número de pacientes y sin significancia estadística, son una constante en el mundo de las pseudoterapias", señalan desde la citada asociación.
Vidas en riesgo
Matizan, no obstante, que esto no implica, en ningún caso, que estas prácticas tengan capacidad curativa o estén carentes de graves efectos secundarios. Y, en todo caso, debe ser un ensayo clínico donde se delimiten estás cuestiones. Pero este tipo de acciones, además de poner aún más en riesgo la vida de enfermos graves, no tienen valor como estudio científico, puesto que un único caso, sin los controles adecuados ni los estándares de un ensayo clínico, solo sirve para poner en riesgo la vida de los pacientes a cambio de nada”.
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