Se calcula que entre el 10-15% de los varones que han sido intervenidos por patología prostática, sobre todo cáncer de próstata, necesitan un tratamiento para la incontinencia urinaria. Pero, quizá, sea más frecuente, y es difícilmente cuantificable, la incontinencia de urgencia relacionada con la hiperplasia benigna de próstata (HBP). La de esfuerzo, en cambio, es menos frecuente en el varón que en la mujer.
De esta forma dibuja el panorama de la incontinencia urinaria masculina Emilio López Alcina, jefe de Departamento de Urología del Hospital General de Valencia, quien apunta, entre las posibles causas de este trastorno, "la HBP, fundamentalmente de urgencia, y la secundaria a cirugías por enfermedades prostáticas, por daño del cuello vesical o del esfínter externo que controla la micción".
Según su experiencia, la incontinencia urinaria tiene un impacto psicosocial importante. "El hombre -continúa- ve la enfermedad como una debilidad y esto tiene un impacto psicológico evidente. Por otro lado, nuestra predisposición a la prevención y el autocuidado es en general menor. Desde el punto de vista social es claro que la incontinencia supone una importante limitación. El miedo, el desánimo y la sensación de vulnerabilidad o frustración son habituales cuando los pacientes consultan por esta circunstancia".
Carlos López Sobrino, vocal de Ortopedia del COF de Pontevedra, señala a este medio que uno de los problemas que hay con este trastorno es que el hombre que lo sufre no suele hablar del tema y no suele acudir al médico. "En este caso, el farmacéutico comunitario juega un papel importante porque suele haber una relación de confianza con el paciente, de tal manera que tenemos la posibilidad de atenderle y derivar al médico cuando sea necesario". Eso sí, recomienda ofrecer esta atención individualizada en una zona de atención farmacéutica para preservar la intimidad del paciente.
Esta visión es compartida por Pedro Pérez Castellanos, vocal de Ortopedia del COF de Valladolid, quien afirma que el impacto, aparte del problema en sí, "suele aparejar una falta de autoestima, hace al paciente menos seguro de si mismo, e incluso puede desembocar en una depresión". En su opinión, "la incontinencia en hombres no es peor que en las mujeres, pero ha permanecido oculta durante más tiempo, siendo un problema más tabú si cabe. Lo importante es ayudar y hacer ver al paciente que siguiendo unas pautas de higiene, cuidados, ejercicios, etc., puede llevar una vida normal, sin interferencias y disfrutando de su tiempo".
Primeros síntomas
Como informa Hartmann en su página web, los primeros síntomas que pueden determinar una afección del sistema urinario como las pérdidas de orina, se pueden clasificar en obstructivos e irritativos. "Los obstructivos están relacionados con el vaciado de la vejiga. Podemos encontrarnos con goteo posmiccional, dificultad para iniciar la micción o incluso esfuerzo, un flujo urinario débil o intermitente, sensación de vaciado incompleto, entre otros. Mientras que los irritativos se asocian con el llenado de la vejiga. Algunos ejemplos serían: aumento de la frecuencia (poliuria), urgencia, nicturia, escozor al orinar (disuria), pérdidas de orina, etc."
Tratamientos
Según los expertos de Hartmann, el protocolo de tratamiento que se suele seguir es "en pacientes con síntomas irritativos leves, se aconsejan cambios de hábitos y un seguimiento rutinario del especialista; si no mejorara o empeorara, se iniciaría un tratamiento farmacológico; en casos de afectación severa al nivel de calidad de vida del hombre, se suele proceder a la intervención quirúrgica".
Respecto al tratamiento, López Alcina señala que "dependerá de diversos factores, como el tipo de incontinencia, su severidad y la edad del paciente". Y añade que la terapia puede centrase en la reeducación vesical, la rehabilitación y tonificación del suelo pélvico, tratamientos farmacológicos o en última instancia tratamientos quirúrgicos, como los cabestrillos o esfínteres artificiales, principalmente.
Preguntados a los dos expertos por los tipos de absorbentes y si están indicados para los hombres, ambos confirman que, efectivamente, los hay, están indicados para ellos, y que "existen en el mercado dispositivos y absorbentes específicamente desarrollados para los varones", confirma el urólogo.
Tanto es así que la industria ha desarrollado absorbentes con una forma especial que se adapta a la anatomía masculina y se colocan de forma muy sencilla, como si fueran compresas. Es más, también hay en el mercado los formatos pants, que tienen la forma de un calzoncillo.
Eso sí, Pérez Castellanos matiza que entre los productos no financiados sí los hay específicos para el sexo masculino, adaptados a su anatomía, más eficaces que usar un producto femenino, pero "entre los financiados no existe diferenciación entre sexos".
Como expertos en la materia, López Sobrino y Pérez Castellanos comentan que desde la farmacia hay que preguntar cuál es el grado de incontinencia urinaria que tiene para recomendar uno u otro, pues cada producto tiene distintas referencias en función del grado de pérdida de orina. Según el vocal del COF de Valladolid, "hay pacientes que por su patología y grado mayor de incontinencia, directamente precisan de los absorbentes financiados, y siempre los van a necesitar, y otros que necesitando de este tipo al comienzo, pasado un tiempo, pueden llegar a usar productos específicos no financiados, como una compresa de incontinencia adaptada a la anatomía masculina".
Según el portavoz del COF de Pontevedra, sería adecuado hacer más campañas divulgativas para dar a conocer estos productos para el hombre, puesto que la mayoría desconoce que existen.
Además de mostrar los diferentes productos, López Sobrino cree conveniente que el farmacéutico facilite muestras para que el paciente pueda probar antes y ver cómo le funcionan. Para ello, los laboratorios lo ponen fácil, pues suelen darlas.
Prevención
La pregunta que surge a continuación es: ¿se puede prevenir? Según el urólogo, la prevención es posible sobre todo "durante la cirugía, conociendo las bases fisiopatológicas de la incontinencia masculina".
Asimismo, apunta que se pueden diseñar programas de entrenamiento, reeducación vesical y tonificación, y se pueden recomendar ejercicios y actividades deportivas que refuercen la musculatura del suelo pélvico también en los varones. "Hay programas específicos de ejercicios y entrenamientos con excelentes resultados. Esta es un área en la que los fisioterapeutas tienen mucho que aportar. Los ejercicios de Kegel están orientados a mejorar el tono muscular del suelo pélvico".
Desde la página web de Tena se explican algunos de estos ejercicios. Y dan las siguientes pautas, que también puede dar el farmacéutico:
- Antes de empezar, buscar los músculos correctos que se deben activar. "La forma más fácil es apretar los mismos músculos que se utilizan para contener los gases. Cuando aprietes los músculos exactos, estarás ejercitando los músculos de tu suelo pélvico. Al realizar estos ejercicios se mejorará la fuerza y resistencia de los músculos, lo que ayuda a evitar las pérdidas de orina".
- Para trabajar la fuerza, se contraen los músculos del suelo pélvico durante uno o dos segundos. Luego hay que relajar 10 segundos y repetir, completando hasta diez repeticiones. "Hay que intentar no contraer las nalgas ni apretar los muslos ni el estómago a la vez mientras se hace este ejercicio", advierten los expertos de Tena.
- Se puede usar la misma técnica que para el ejercicio de fuerza pero, esta vez, en lugar de repetir contracciones breves, contraer durante 10 segundos, repitiendo hasta 10 veces. Después, hay que relajar 20 segundos entre cada repetición.
- Si se quiere aumentar la resistencia, "intensificar el ejercicio añadiendo resistencia al abdomen cuando se hagan los ejercicios de fuerza y perseverancia".
Consejos higiénicosanitarios
El farmacéutico no debe olvidar recomendar pautas higiénicosanitarias, entre ellas, no beber mucho en la cena y hacerlo durante el día; evitar el estreñimiento, pues favorece las pérdidas de orina, y ver si está tomando medicamentos diuréticos que pudieran empeorar el problema.
López Alcina defiende que es importante que estos pacientes tengan "una buena hidratación, repartida a lo largo del día; restringir la ingesta de bebidas alcohólicas (de alta graduación) o con cafeína; programar las micciones en función de la actividad que se vaya a realizar, y aconsejar actividades deportivas que mejoren el tono muscular del suelo pélvico".
Pérez Castellanos insiste en una "nutrición adecuada, evitar el sedentarismo y esfuerzos innecesarios que compriman en exceso la zona abdominal, forzando el vaciado de la vejiga". "Y, por supuesto, una higiene adecuada", añade.
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