La fatiga y la intolerancia al ejercicio son los síntomas más comunes en pacientes con covid persistente. Las sociedades científicas recomiendan programas de ejercicio físico supervisados e iniciados de forma precoz tras un ingreso por neumonía por SARS-CoV-2, pero la presión asistencial y la alta prevalencia de este fenómeno dificultan el acceso de gran parte de las/os pacientes a dichos programas.
Por ello, los programas domiciliarios de entrenamiento de la musculatura inspiratoria (EMI) se vislumbran como una alternativa adecuada, factible, eficaz y efectiva para mejorar la capacidad de ejercicio y la calidad de vida de dichos pacientes, según datos los datos de un nuevo estudio publicado en BMJ Open Respiratory Research.
El ensayo clínico, del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha mostrado que en pacientes sintomáticos, tras más de un año de un ingreso por neumonía por SARS-CoV-2, la aplicación de un programa domiciliario durante 12 semanas es capaz de mejorar de forma significativa su capacidad funcional -cuatro puntos respecto al grupo control- y su calidad de vida.
El trabajo, realizado con la ayuda de una beca de la Sociedad Española de Cardiología, ha tenido como investigadoras principales a Patricia Palau y Laura López, del Grupo de investigación en Insuficiencia Cardíaca de Incliva y responsables de valoración de capacidad funcional y programas de rehabilitación cardíaca en pacientes con insuficiencia cardíaca del Hospital Clínico, y Cruz González, del Grupo de Investigación en Enfermedades Respiratorias y Enfermedades Raras Respiratorias de Incliva y responsable del Laboratorio de Exploración Funcional del Hospital Clínico.
Resultados previos positivos
Respecto al punto de partida del proyecto, explica Palau, "nuestro grupo de trabajo tiene una amplia experiencia con el entrenamiento de la musculatura inspiratoria en los pacientes con insuficiencia cardíaca dentro de los programas de rehabilitación cardíaca del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Numerosos trabajos publicados han demostrado que el entrenamiento de la musculatura inspiratoria mejorar su capacidad funcional y calidad de vida".
Dado que la intolerancia al ejercicio y la sensación de falta de aire en los pacientes con covid persistente comparte mecanismos fisiopatológicos periféricos con numerosas enfermedades crónicas como es la insuficiencia cardíaca, "decidimos diseñar un ensayo clínico", para lo cual contactaron con el Servicio de Neumología del centro.
En el ensayo clínico se incluyeron un total de 26 pacientes tras más de un año del alta hospitalaria, que fueron aleatorizados a recibir un programa de EMI o grupo control. Palau señala que el principal criterio de inclusión fue la persistencia de síntomas tras más de tres meses de un alta hospitalaria por neumonía por SARS-COV2. Por contra, los criterios de exclusión fueron antecedentes de enfermedad pulmonar, reumática o cardiológica previa que pudiese explicar la sintomatología principal de estos pacientes.
A todos los pacientes se les realizó una evaluación neumológica y cardiológica completa, incluyendo una prueba de esfuerzo para evaluar la capacidad funcional máxima (ergoespirometría) y un cuestionario de calidad de vida EQ-5D-3L al inicio del estudio y a las 12 semanas.
López destaca que ese cuestionario "es una herramienta simple y fácil de cumplimentar por el paciente", señalando que "el objetivo fue evaluar sobre todo cambios en la escala de actividades físicas diarias, en la esfera emocional y en la percepción subjetiva global de estado de salud".
El programa, según las investigadoras, es una intervención sencilla, económica y segura. En concreto, requirió de un adiestramiento corto en una primera sesión presencial por parte de la fisioterapeuta y, después, el paciente realizó en su domicilio los ejercicios inspiratorios con un dispositivo que ofrece resistencia a la inspiración.
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