Josep Maria Argimon Pallés ya es el nuevo consejero de Salud de Cataluña, tras tomar posesión del cargo ante el desde el lunes nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC). Argimon, médico a diferencia de sus predecesores en el cargo Alba Vergés (ERC) y Antoni Comín, era hasta ahora director gerente del Instituto Catalán de la Salud (8 hospitales, 75% de la red de primaria autonómica y una plantilla de 45.000 personas), cargo que simultaneaba con el de secretario de Salud Pública, por lo que en él ha recaído la gestión de la última etapa de la pandemia de covid-19 en la comunidad autónoma.
Llega al cargo de consejero a propuesta de Junts, el partido de los postconvergentes del ex presidente Carles Puigdemont, huido de la justicia en España y diputado en el Parlamento europeo, que ya anunciaron el nombramiento como consejero de Argimon en la campaña electoral.
Es epidemiólogo, licenciado en Medicina y doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública por el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB); diplomado en Epidemiología y Estadística por la Universidad Pierre et Marie Curie Paris IV; máster en atención médica basado en evidencia de la Universidad de Oxford y maestría en planificación de la salud y epidemiología de la Universidad de Gales.
También ha sido consultor internacional en América Latina para la Unión Europea y la Agencia Alemana de Cooperación. Es autor de libros y artículos sobre epidemiología clínica, planificación de la salud y salud pública.
Ha ejercido de director general del Instituto Catalán de la Salud desde junio de 2018 pero es un gran conocedor de la administración y el sector sanitario catalán puesto que ha desarrollado varias responsabilidades en el mismo. De septiembre de 2012 a enero de 2016 fue director de la Agencia Catalana de Evaluación de la Calidad y la Salud (AQuAS) y desde febrero de 2016 hasta junio de 2018 fue subdirector de CatSalut.
Los agentes del sector sanitario, consultados por este diario durante la campaña electoral de los comicios autonómicos del pasado 14 de febrero, sugirieron al futuro consejero (entonces no sabían quién sería) que incremente el presupuesto para Salud y mejore las condiciones laborales y profesionales de lo sanitarios, entre muchas otras propuestas que le darían un vuelco a un sistema maltratado por los recortes presupuestarios a partir de 2011, los diez años de parálisis gubernamental por el llamado ‘procés’ independentista y, ahora también, la emergencia sanitaria sin precedentes por la covid-19.
Jaume Padrós, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, manifestó que “los hospitales no pueden tener el mismo trato que, por ejemplo, el negociado de multas del Ayuntamiento de Barcelona y tienen que estar liderados por los clínicos y las gerencias”. Sobre la atención primaria dijo que la pandemia ha dado pie a un liderazgo profesional que “ha venido para quedarse” y también defendió para ella la autonomía de gestión y la rendición de cuentas. Hay que recordar que el COMB fue el promotor de las entidades de base asociativa (EBA) para la autogestión de centros de primaria. “Los hospitales y centros de primaria tiene que funcionar como los del resto de Europa”, ha añadido.
También abogó por incorporar al sistema figuras emergentes de trabajadores sanitarios no asistenciales que liberen de cargas burocráticas a los sanitarios. Padrós considera asimismo relevante estabilizar la investigación biomédica catalana, que representa un potente cluster en el contexto español y europeo, con inversión directa. Otras de sus propuestas: actualizar la atención comunitaria y focalizarla en los enfermos crónicos y complejos y rediseñar, con mirada sanitaria, el modelo de residencias para mayores, que están concentrando personas frágiles.
Sobre las condiciones laborales de los médicos, cree que son necesarias condiciones homogéneas, contratación indefinida y un mismo modelo de desarrollo profesional para todo el sistema sanitario autonómico, lo que incluiría al Instituto Catalán de la Salud y los centros públicos y privados concertados (Siscat) y supondría que cada profesional pudiese moverse con su mochila de formación y experiencia por todos los centros de la red. Para quienes critican la participación privada (base del modelos sanitario catalán) apuntó entonces que “no hay que cuestionar titularidad de los centros sino su resultado”.
Y sugirió que, para avanzar en la mejora del sistema, “hay que aparcar ideologías y basarse en datos de un sistema de evaluación independiente y transparente”. Padrós, por último, también cree importante equilibrar todo el territorio catalán con un modelo de organización sanitaria que favorezca la retención del talento en cada región sanitaria.
Se da la circunstancia que Argimon y Padrós, que fue diputado de Convergencia Democrática de Cataluña en el Parlamento autonómico entre 1989 y 1995, son los protagonistas del libro 2 médicos y 1 pandemia. La vida y lo que la rodea, publicado por Símbolo Editores. En el libro, editado en forma de conversación con la periodista Gemma Bruna, los dos médicos reflexionan sobre cómo la irrupción de la pandemia ha hecho replantear todo lo que rodea a la salud de las personas en todos los ámbitos, sin rehuir cuestiones del presente que todos dos han vivido en primera línea, pero en posiciones, a veces, diferentes por el rol institucional de cada uno. Los derechos de autor generados por el libro serán destinados a Arrels.
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