Con 255 plazas este año, Enfermería de la Salud Mental es la tercera especialidad enfermera por numero de plazas ofertadas. A partir del próximo 15 de junio será la la elección de plazas EIR y este año Sanidad ha decidido que sea 100% telemática, a pesar del descontento de los candidatos.
Según los tutores Ignacio Tarazona y Laura Sánchez, enfermeros supervisores del Área hospitalización Salud Mental Infanto-Juvenil y Trastorno Conducta Alimentaria del Hospital Universitario y Politécnico la Fe de Valencia, “la residencia tiene una duración de 2 años, en los que se pretende que tengan una visión de todos los dispositivos de salud mental, tanto hospitalarios como comunitarios. Se intenta hacer un reparto equitativo en ambos aspectos mediante rotatorios que duran aproximadamente entre 2-4 meses”.
Características y habilidades del residente
“Deben tener una visión muy holística de la persona, que incluya los aspectos biopsicosociales en los cuidados que como profesión enfermera nos guían. Además, por supuesto, de la disposición y curiosidad por atender a este tipo de personas”, señalan Tarazona y Sánchez. Para las residentes María Sánchez, Eva García, Sara Gómez, lo importante es ser una “persona empática y poseer la capacidad de escuchar y comprender a los demás”. Aun así, durante la residencia “vamos adquiriendo y mejorando todas estas capacidades”.
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Qué se aprende
Los tutores apuntan que, además de los conocimientos teóricos, es fundamental la adquisición de habilidades de comunicación tales como la escucha y empatía. “El acompañamiento terapéutico es la principal herramienta para proporcionar atención y apoyo a las personas con problemas de salud mental. Ayudar a los pacientes a aceptar y convivir con su enfermedad y a identificar cuándo está en una situación de riesgo”, destacan. Por otra parte, el estudio y conocimiento de la medicación que se administra en Salud Mental, es parte imprescindible de la formación enfermera, con el objetivo de conocer eficacia y mecanismos de acción, así como detectar posibles efectos secundarios y la forma de prevenirlos.
Para las residentes, el proceso “nos ayuda a entender mejor el proceso por el que pasan nuestro tipo de pacientes”. Además de los conocimientos teóricos que vamos aprendiendo a través de esta formación, “nos enseña las herramientas necesarias para tratar con ellos en las distintas situaciones en las que nos podemos ver involucrados”.
Grado de dificultad para obtener una plaza EIR en esta especialidad
El grado de dificultad de obtención de la plaza es elevado, con ratios de candidatos por plaza muy elevada, comentan los tutores. “No es la especialidad más solicitada, aunque cada vez la demanda es creciente y la mayoría de aspirantes tras el examen EIR consideran la especialidad de Salud Mental como primera opción”. La Comunidad Valenciana, a modo de ejemplo, ha hecho una apuesta por reconvertir las plazas de enfermera generalista por la de especialista en Salud Mental en todos los dispositivos de la red. Aunque el camino aún es largo y se demanda la aceleración del proceso, cada vez existen más enfermeras que tienen contrato de especialista.
Perspectivas de salidas laborales y trabajo
Para las residentes, la realización del EIR de Salud Mental te habilita para poder ejercer tu trabajo en los distintos ámbitos de la enfermería psiquiátrica. “No obstante, hay diferencias en las distintas comunidades autónomas. No en todas se efectúa la correspondiente catalogación de estos puestos de trabajo. Lo que conlleva a muchas enfermeras cualificadas en este ámbito a buscar oportunidades laborales en otras comunidades o a trabajar como enfermeras generalistas”. Es necesaria la convocatoria de estas plazas de especialista para garantizar la calidad asistencial y el desarrollo de programas específicos, insisten.
Recomendación para futuras residentes
Las residentes recomiendan esta especialidad porque “es transversal en todos los ámbitos de la enfermería. Realizando esta especialidad se adquieren habilidades de comunicación y escucha, junto con el aprendizaje de cuidados especializados para el paciente y su entorno”. El papel de la enfermera de salud mental está presente en los distintos recursos, tanto en hospitalización como en atención primaria especializada, “en los que forma parte de un equipo multidisciplinar donde aprenderá a ofrecer cuidados desde una perspectiva biopsicosocial”.
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