Los residentes pretenden llenar este mediodía el centro del Paseo de Prado de batas blancas y pijamas para demostrar al Ministerio de Sanidad su disconformidad con el nuevo sistema de elección telemática de plaza MIR, EIR y FIR 2021. Una protesta que tiene detrás el apoyo de numerosas organizaciones, particularmente médicas, partidos políticos y hasta autonomías. ¿La principal demanda? Poder elegir la plaza en directo. ¿El peligro del modelo actual? Miles de vacantes.
La protesta, organizada de forma conjunta por la plataforma 'FSE Unida' y el sindicato CESM, previsiblemente reunirá a unos 1.500 personas, entre aspirantes, estudiantes, representantes del sindicato médico, miembros de colegios de médicos y otras organizaciones del Foro de la Profesión Médica. Está previsto que los primeros autobuses, que vendrán en toda España, lleguen a la capital sobre las 12:00 horas. Aparte de la lectura de manifiestos y una sentada de protesta, también está previsto que llegue un coro de mariachis, que ya estuvieron el pasado 17 de mayo frente al ministerio pagados por un grupo de candidatos MIR.
Hasta Unidas Podemos, socio de Gobierno del PSOE, se ha manifestado a favor de una elección en directo, incluso telemática, para que los candidatos puedan elegir plaza con todas las garantías y no queden vacantes en el sistema, dos de los argumentos más repetidos por los profesionales. PP, Ciudadanos y Más Madrid también han confirmado que participarán en la protesta de hoy.
Pero el Ministerio de Sanidad -cartera en manos de los socialistas- parece enrocado en el modelo establecido, que, defiende, es más ágil y seguro que la tradicional elección presencial. Por una parte, una elección telemática evita aglomeraciones y acorta los plazos. Por otra, una elección online en directo no está exenta de riesgos, por ejemplo por problemas de conexión.
En 2020, el sistema telemático -impuesto en teoría por la pandemia- consistía en mantener un sistema de elección por turnos, con la salvedad de que el candidato debía mandar con al menos 12 horas de antelación su solicitud de plazas, por orden de preferencia.
No era un sistema exento de polémica (el primero del 5º turno de selección tenía más claro sus opciones de plaza que el último del 4º turno de selección y era imposible retrasar turno), pero cabía realizar algunos ajustes a medida que se iban consumiendo las vacantes. En la práctica, gracias a las medidas cautelares dictadas por el Tribunal Supremo, los aspirantes MIR de entonces pudieron mantener la elección presencial.
En 2021, el Ministerio de Sanidad ha decidido que lo más justo es abrir un periodo de solicitud de plaza por titulación, que todo el mundo solicite cuantas plazas desee y que resolverá el proceso en un acto único de adjudicación. O, dicho de otra forma: lo que el aspirante ponga en su lista va a misa. Puede poner, por ejemplo, sólo 500 plazas de las casi 8.000 disponibles o, por el contrario, incluir todas y cada una de ellas. Pero lo hará sin información de las preferencias del resto de aspirantes que van por delante.
Si el anterior sistema no tenía demasiados adeptos, el nuevo ha levantado ampollas. "Falta de transparencia", "elección a ciegas", e "incertidumbre" son las críticas que más se repiten, junto al descontento por los problemas de la página web. Por ejemplo, este lunes comenzaba el plazo de elección de plazas EIR y alguien se había dejado por el camino 11 plazas, entre ellas las de Ceuta y Melilla, que no podían incluirse en las listas.
"El problema es que la mentalidad cambia mucho cuando tienes proactividad para escoger plaza", argumenta Domingo Sánchez, vocal MIR de la Organización Médica Colegial (OMC), que ha señalado en su cuenta de Twitter que "no nos podemos permitir una fisura en el sistema. Desde la OMC seguimos en la línea de la mediación y la rectificación, porque nuestro sistema lo merece".
CESM, por su parte, ya ha pedido medidas cautelarísimas para evitar la vía telemática, si bien instan a Sanidad a rectificar antes de que los tribunales se pronuncien, quizás muy tarde. "Están a tiempo. Sólo hace falta voluntad para, detectadas las deficiencias, redacten otra orden ministerial", ha comentado Sheila Justo, representante MIR de CESM.
Por el contrario, Sanidad trabaja con la hipótesis de que, al haber más candidatos con número de orden que plazas y, dado que los aspirantes tienen en cuenta su puntuación para estudiar las opciones que tienen (un 9.000, por ejemplo, es consciente de que tiene más opciones de conseguir una plaza de Medicina de Familia que de Cirugía Plástica), todas las plazas conseguirán su adjudicatario.
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Los médicos no lo tienen tan claro. Cada año miles de opositores renuncian a escoger plaza sencillamente porque ven que el número de orden no les llega plaza su especialidad deseada, o bien los puestos que estaba dispuesto a escoger ya habían sido elegidos por otros candidatos. De ahí que los profesionales hablen del peligro de 2.000 vacantes.
Si todo el mundo elige a ciegas, ¿estarán todos satisfechos con la plaza adjudicada? Si todos los aspirantes se ciñen exclusivamente a las plazas que les gusten, ¿no habrá puestos que no tengan demanda, por ejemplo por su situación geográfica?
Porque, de momento, no hay segunda vuelta contemplada para 'repartir los restos' (una opción que se puso en marcha en 2011 para los extracomunitarios y se eliminó en 2015): plaza sin adjudicatario, o plaza adjudicada a la que el residente renuncie (según Sanidad, cada año hay 2% de renuncias de nuevos R1), plaza vacante. Y una plaza vacante es un futuro profesional menos para este sistema tan necesitado de sanitarios.
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