Este domingo 30 de mayo se celebra por segundo año consecutivo un Día Mundial de la Esclerosis Múltiple (EM) marcado por la pandemia de covid-19, aunque en esta ocasión con más de esperanza que el anterior. Con los programas de vacunación en marcha, una de las incertidumbres es cómo pueden interferir los tratamientos inmunomoduladores en la protección que confieren las vacunas. El neurólogo Klaus Schmierer, de la Universidad Queen Mary de Londres y del Royal London Hospital (Reino Unido), ha investigado el efecto de la vacuna en los pacientes tratados con cladribina (Mavenclad, de Merck). “Tenemos evidencia de que la respuesta permanece bastante inalterada”, explica a DM/CF.
Magnify-MS
La clave estaría en el patrón de reducción y recuperación inmune descrito en un análisis del sub-estudio Magnify-MS, patrocinado por Merck y del que Schmierer es uno de los autores. Esta investigación se llevó a cabo para evaluar la dinámica de depleción del subconjunto de células inmunitarias periféricas y los patrones de repoblación en los primeros 12 meses de tratamiento con cladribina en 57 pacientes.
Según los resultados presentados en la Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología (AAN) 2021, la reducción de linfocitos B de memoria se produjo como muy pronto un mes después de iniciar el tratamiento, y se mantuvieron los niveles más bajos hasta 12 meses, mientras que los linfocitos B naïve, que serían necesarios para la generación de respuestas de anticuerpos tras la vacunación, comenzaron a recuperarse inmediatamente.
El medicamento tiene un efecto citotóxico sobre las células B y, en menor grado, sobre las T, mediante un proceso de “apoptosis semi-selectiva”, describe Schmierer. Recuerda que la inmunidad contra el SARS-CoV2 depende también de las células T y no solo de los anticuerpos. En este sentido, el fármaco tiene un efecto sobre la depleción de linfocitos T CD8 positivos de entre un 20% y un 30%, “que sugiere poca interferencia con la respuesta inmune efectiva”.
Asimismo, un análisis retrospectivo anterior del Magnify-MS mostró que estos pacientes tienen capacidad de generar una respuesta de anticuerpos protectores a las vacunas contra la gripe y la varicela, con independencia del recuento de linfocitos, durante al menos seis meses después de la inmunización.
Estudio de Anat Achiron
Además, hay más datos que apoyan que este inmunomodulador no afecta a la respuesta a la vacuna procedentes de un estudio observacional en pacientes con EM firmado por Anat Achiron, del Centro Médico de Esclerosis Múltiple en Sheba y la Escuela de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv (Israel).
Los resultados, publicados en Therapeutic Advances in Neurological Disorders, mostraron que un mes más tarde de recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech, la respuesta protectora de anticuerpos IgG fue alta y similar entre los 23 pacientes tratados con cladribina, los 32 pacientes con EM que en los que no recibían una terapia modificadora de la enfermedad y los 47 sujetos sanos. Sin embargo, fue baja en los 44 pacientes con ocrelizumab y no se halló ninguna respuesta en los 26 pacientes con fingolimod.
"La inmunización contra el SARS-CoV-2 puede requerir cambiar terapias"
El neurólogo señala que de forma general, ni la pandemia ni el riesgo de covid-19 están alterando los patrones de prescripción de tratamientos para EM. Tampoco las vacunas, y recomienda que "todos los pacientes con EM se vacunen contra la covid-19". Pero afirma que los resultados del estudio de Anat Achiron generan incertidumbre.
“Existe preocupación en los pacientes que reciben ciertas terapias modificadoras de la enfermedad, como los moduladores del S1P, ya que no parecen generar respuestas efectivas de anticuerpos IgG contra el SARS-COV-2. Si bien se está llevando a cabo una mayor recopilación de datos, incluidas las respuestas de las células T, el desafío de combinar el control eficaz de la enfermedad de EM y la inmunización contra el SARS-COV-2 puede requerir en el futuro cambiar entre terapias modificadoras de la enfermedad, al menos temporalmente”.
Los pacientes con EM no presentarían más problemas de seguridad con las vacunas contra la covid-19 que la población general, según revelaba otro estudio con Comirnaty aparecido en Multiple Sclerosis Journal. Por otra parte, no hay evidencias de que el curso de la covid-19 sea peor en los pacientes EM. Un estudio postcomerciliazación con cladribina, con datos en 160 casos confirmados y 101 sospechosos de covid-19 en pacientes, mostró que la mayoría pacientes presentaba síntomas respiratorios de leves a moderados y ninguno requirió ventilación mecánica. Los resultados se publican en Multiple Sclerosis and Related Disorders. “El curso de la covid-19 fue similar en comparación con la población general”, expone Schmierer. “Continuar obteniendo conocimientos adicionales sobre la aplicación en el mundo real de los tratamientos para la EM, en particular en relación con covid-19, es fundamental”.
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