Durante los últimos meses, muchos países han comenzado a inmunizar a millones de personas mediante el uso de vacunas basadas en vectores virales. Sin embargo, efectos secundarios graves se hicieron evidentes durante estas campañas de vacunación: las trombosis de los senos venosos cerebrales, eventos extremadamente raros en condiciones de vida normales, se encontraron como un efecto secundario grave que se produjo entre 4 y 14 días después de las primeras vacunaciones.
Además de las trombosis de senos cavernosos, también se observó trombosis de la vena esplácnica. Ayer se sumaba a la lista de complicaciones la aparición de coágulos en las arterias, sobre todo la carótida y la media cerebral, directamente ligada a ictus isquémico.
Este tipo de evento adverso no se había observado en los estudios clínicos de AstraZeneca, por lo que las autoridades sanitarias de varios países europeos interrumpieron cautelarmente las vacunaciones.
Estos eventos se asociaron principalmente con trombocitopenia y, por lo tanto, similares a la conocida trombocitopenia inducida por heparina (TIH). Pero, a pesar de que la ciencia ha propuesto un mecanismo para explicar esta trombocitopenia inducida por la vacuna, no se proporcionaba una explicación satisfactoria de los episodios tromboembólicos tardíos.
La entrada del gen en el núcleo
Un nuevo trabajo 'preprint' publicado en Research Square, no revisado por pares, coordinado por Rolf Marschalek, del Instituto de Biología Farmacéutica de la Universidad Goethe de Frankfurt, en Alemania, señala que la causa de los raros cóagulos sanguíneos relacionados con las vacunas contra el coronavirus de Oxford/ AstraZeneca y Janssen/Johnson&Johnson estaría en los vectores de adenovirus que ambas vacunas utilizan para introducir en el organismo la proteína de la espícula del Sars-CoV-2.
Se trata de lo que los investigadores han denominado como síndrome de "mímica de la covid-19 inducida por vacuna" y cuyo mecanismo de acción se centra en las reacciones de empalme dentro del marco de lectura abierto de pico de SARS-CoV-2 que darían como resultado variantes de proteína de pico que pueden causar eventos tromboembólicos en pacientes inmunizados con vacunas basadas en vectores
“Cuando los genes de estos virus están en el núcleo, pueden provocar problemas", señala el investigador, quien subraya que este fenómeno podría modificarse y eliminar así la reacción. De hecho, Johnson&Johnson ya estaría "tratando de optimizar su vacuna", indica.
En el estudio, los investigadores señalan que el mecanismo empleado por estas vacunas implica que la espícula (S) llega al núcleo de la célula, en vez de al citosol. Una vez en el interior del núcleo, algunas partes de la proteína se empalman o se separan y crean nuevas versiones, que no pueden unirse a la membrana de la célula. Esas partes de la proteína que quedan flotando son expulsadas de la célula y originan estos raros trombos.
Por el contrario, las vacunas basadas en ARN mensajero, como las de BioNTech/Pfizer y Moderna, llevan el material genético de la espícula al líquido de la célula y nunca entra en el núcleo.
Según Marschalek, “el problema radica en los vectores de adenovirus que ambas vacunas usan para entregar las instrucciones genéticas a la ‘proteína de pico’ del SARS-CoV-2 en el organismo. El mecanismo de administración significa que las vacunas envían las secuencias de genes de ADN de la proteína de pico al núcleo celular en lugar del líquido citosol que se encuentra dentro de la célula donde el virus normalmente produce proteínas.
Una vez dentro del núcleo celular, ciertas partes de la proteína de pico se empalman o se separan, creando versiones mutantes, que no pueden unirse a la membrana celular donde tiene lugar una inmunización importante. “Las proteínas mutantes flotantes son secretadas por las células en el cuerpo, provocando coágulos de sangre en aproximadamente una de cada 100.000 personas”, según los estudios de este grupo alemán.
Los últimos datos ponen de manifiesto que esta rara reacción de coagulación sanguínea se ha registrado en 309 de las 33 millones de personas que han recibido la vacuna AstraZeneca en el Reino Unido, causando 56 muertes. En Europa, al menos 142 personas han experimentado coágulos de sangre de 16 millones de receptores de la vacuna.
Estos efectos adversos provocaron que el uso de la vacuna de AstraZeneca se ha restringido o suspendido en más de una docena de países y Johnson& Johnson comenzó el lanzamiento de su vacuna en Europa con una advertencia en su etiqueta en abril.
Posible solución
Sin embargo, en el nuevo trabajo, los científicos también indican que puede haber una ‘sencilla solución’ si los fabricantes de la vacuna modifican la secuencia genética que codifica la proteína de pico para evitar su separación. “Las vacunas se pueden modificar para evitar los trombos. Con los datos disponibles, podemos orientar a las farmacéuticas sobre cómo mutar estas secuencias, codificando la proteína de pico de una manera que evite reacciones de empalme no deseadas".
Así las cosas, otros grupos de investigación, como el de Johannes Oldenburg, profesor de Medicina Transfusional en la Universidad de Bonn, en Alemania, señalan que esta teoría es una entre muchas y que se necesitan más estudios para fundamentar estos datos. “Falta evidencia para mostrar la cadena causal del empalme a los eventos trombóticos. Es una hipótesis que debe ser probada con datos experimentales".
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